Aerolínea estatal sería una arriesgada apuesta empresarial para México

El plan para crear una aerolínea estatal en México, promovido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, podría ser riesgoso para el gobierno y estresar sus finanzas, lo que se sumaría al sombrío panorama que enfrenta el sector local de la aviación, señalaron a BNamericas.

La iniciativa se conoció en los medios de comunicación el año pasado y el diario El País lo describió como la versión de AMLO de la desaparecida compañía Mexicana de Aviación (en la imagen).

El mandatario confirmó la noticia durante la primera semana de octubre, cuando salieron a la luz más detalles, entre ellos que la Secretaría de Defensa (Sedena) estaría a cargo a través de una empresa denominada Grupo Aeroportuario, Ferroviario y Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica. Esta operaría también los aeropuertos Felipe Ángeles (AIFA), Tulum, Chetumal y Palenque, y el Tren Maya.

El proyecto se oficializó el 18 de mayo cuando la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) publicó un decreto en el Diario Oficial autorizando la constitución de una empresa con participación estatal mayoritaria denominada Aerolínea del Estado Mexicano.

Según el dictamen, el objetivo de la aerolínea era “mejorar la calidad y cobertura de los servicios aéreos, así como impulsar la conectividad en el mercado en que existe demanda”.

Juan Antonio José, consultor de Eagle One Aviation México y anteriormente miembro de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), celebró la bienvenida a la noticia. “El estado tiene la obligación de proveer conectividad aérea. Es buena noticia que para el sector aéreo que haya inversión, significa empleos, proveeduría, conectividad. Además, se atiende una necesidad social. La competencia siempre es bienvenida porque es en beneficio del consumidor, siempre y cuando los competidores cumplan con la normatividad”, señaló a BNamericas.

INVERSIÓN

Según El País, la aerolínea iniciaría operaciones con 10 aviones y el costo de lanzamiento se estimó en 1.800 millones de pesos (US$100 millones).

Otros creen que el monto sería mucho mayor, ya que tendría que incluir gastos como arriendo de aviones, planificación de itinerarios y tripulación y personal técnico capacitado para operaciones de hangar, entre otros.

“Estos son los gastos más importantes en los que incurre cualquier aerolínea. La otra cantidad tendrá que ver el día a día de la parte operativa. Se había estimado que requería otra cantidad similar, otros US$100 millones adicionales para poderla operar en el primer año”, señaló a BNamericas Carlos Torres, consultor de aviación independiente con 10 años de experiencia en Aeroméxico, quien agregó que una aerolínea normalmente tendría ganancias en el segundo o tercer año de operaciones.

Juan Carlos Machorro, experto en derecho aeronáutico del bufete Santamarina+Steta, también cree que el monto podría ser mayor, y agrega que la experiencia internacional con respecto a las aerolíneas estatales no augura nada bueno para la de AMLO.

"Todos los ejemplos a nivel mundial lo que indican a nivel mundial es que va a ser una empresa quemadora de recursos públicos", comentó en entrevista con BNamericas. “[US$200 millones por año] no me suenan nada razonables además está esta ocurrencia de comprarle las marcas de mexicana de aviación para usarlas en esta nueva aerolínea. Ciertamente, no estamos hablando de un proyecto de US$100 millones”.

INDUSTRIA RIESGOSA

A pesar de mostrarse optimista respecto a las nuevas inversiones en el sector de la aviación, José admite que el negocio aéreo es arriesgado, ya que requiere enormes inversiones y los márgenes de beneficio son bajos, además de presentar enormes riesgos financieros y de operación.

“El aerotransporte no es para cualquier bolsillo ni para todos los empresarios. Algunos definen a las líneas aéreas como riesgos con alas”, expresó, al tiempo que insistió en que, a pesar de ello, la creación de una aerolínea estatal es una buena noticia.

El negocio de la aviación depende en gran medida del precio del combustible para aviones, que según el diario El Financiero subió más de 100% en 2022 debido a los efectos de la guerra en Ucrania. El sector también es vulnerable a las crisis financieras, las tasas de interés y las problemáticas laborales con la presencia de sindicatos fuertes, así como a cuestiones operativas como la meteorología, el mantenimiento, la capacitación del personal y la seguridad.

“Aquí el punto tiene que ver con la experiencia de Sedena para poder administrar un negocio que es altamente riesgoso, que requiere una gran cantidad de capital cada cierto tiempo y que tiene muchos riesgos externos”, advirtió Torres. "Y si va a estar administrada por personal de la secretaría en su totalidad y no va a haber muchos mandos civiles, creo que representa todo un reto".

“No dudo de la capacidad de la Sedena para realizar su actividad primordial que tiene que ver con temas de seguridad nacional, pero cuando tú distraes a las Fuerzas Armadas para empezar a operar aeropuertos, museos, aduanas, líneas aéreas, etc., es cuando menos muy cuestionable que se tenga la capacidad para ser exitosa en un mercado muy sofisticado y muy competido”, agregó Machorro.

CONECTIVIDAD

Después de que se confirmara la noticia en octubre de 2022, el plan para crear la aerolínea fue criticado dado que podría quitarle participación de mercado a las compañías privadas.

Sin embargo, Torres cree que ese no es el caso, ya que la línea aérea tendría solo 10 aviones al principio y se concentraría en rutas que no están cubiertas por aerolíneas más grandes como Aeroméxico o Vivaaerobus.

Sin embargo, eso no ayudará a su objetivo principal, que es bajar los precios y mejorar la conectividad, explicó.

“Ellos [el gobierno] creen todavía que el hecho de poner una aerolínea adicional en el mercado eventualmente va a generar un beneficio en términos de precios y va a generar un beneficio en términos de conectividad, pero creo que el resultado de crear la aerolínea no va a incidir de manera drástica [en el mercado] ni va a corregir estos puntos de vista que tiene el presidente respecto de precios y de conectividad”, señaló.

Machorro va más allá al afirmar que el lanzamiento de la aerolínea es un golpe para la industria local, que actualmente lucha contra la degradación a la categoría 2 de seguridad por parte de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos en mayo de 2021, tras determinar que la supervisión de México a sus aerolíneas que marchan en EE.UU. no cumplía a cabalidad con los estándares de seguridad establecidos por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).

“Este es otro golpe a la industria porque lo último que necesita el país en este momento es una línea aérea nueva. Lo que necesita es apoyo para el sector, para recuperar la categoría 1 y mantenerla. Necesitan recursos presupuestales, recursos tecnológicos y recursos humanos capacitados, en lugar de estar gastando en miles, porque van a ser cientos de miles de millones de pesos en operar una aerolínea que no necesitamos”, advirtió Machorro.