Cierre en acerera Huachipato desata temor por futuro de la siderurgia chilena

La suspensión operacional indefinida de la laminadora de la siderúrgica chilena Huachipato (CSH), atribuida a una crisis financiera y a presuntas prácticas de dumping en la importación de barras de acero chino, inquieta a trabajadores e industrias relacionadas.

El ministro de economía, Nicolás Grau, vinculó el anuncio con un desacuerdo entre CSH y el productor estadounidense de bolas de acero Moly-Cop, que había exigido, junto a la rama siderúrgica del holding CAP, medidas de protección a lo que calificaban de competencia desleal por parte de China, por lo que se aplicaron sobretasas arancelarias.

Moly-Cop era uno de los principales clientes de CSH en la adquisición de barras de acero para fabricar sus bolas de molienda para la minería. Sin embargo, CSH pretendía elevar los precios y conseguir contratos a más largo plazo para compensar la disminución en sus ventas debido a la internación del acero chino. 

Moly-Cop, ante la competencia de importaciones más baratas, se resistió a las alzas de precios, por lo que las negociaciones entre las empresas llegaron a un punto muerto, pues estaba la posibilidad de recurrir a otros proveedores que ofrecían un acero más económico. 

La situación tensó aún más sus relaciones y CSH finalmente decidió detener las operaciones.

Chile tiene desde 2005 un tratado de libre comercio con China que ha aumentado el intercambio comercial, pero también las denuncias de competencia desleal.

En varias oportunidades, una comisión chilena de investigación de mercado, integrada por funcionarios de gobierno, reconocieron las prácticas de dumping y fijaron sobretasas aduaneras para regular la situación.  

En abril, el Ministerio de Hacienda decretó un derecho antidumping provisional de 24,9% para la importación de barras de acero desde el país asiático y de 33,5% para las bolas de acero, pese al descontento de importadores como Magotteaux, filial de Sigdo Koppers.

Las medidas compensatorias, que han sido insuficientes, caducan en septiembre. La administración y sindicatos de CSH estaban en conversaciones con la Fiscalía Nacional Económica para persuadir al gobierno a aumentar los aranceles o mantenerlos por uno o dos años.

Pero CSH anunció que paralizará paulatinamente su producción de coque, el funcionamiento de los altos hornos, la acería, la colada continua y la laminación de productos largos de acero en los próximos meses.  

El ministro de hacienda, Mario Marcel, calificó a CSH y Moly-Cop de “irresponsables” por no llegar a un acuerdo, señalando que más de 2.800 trabajadores y miles de compañías del encadenamiento productivo se verán afectados.  

El Instituto Chileno del Acero, ICHA, comunicó a BNamericas que la decisión “privará al país y a las industrias de la minería y de la construcción de un acero de alta calidad”.

Las barras de acero son insumos clave para fabricar las bolas de molienda que requiere la minería para triturar la roca y separar el mineral. 

En construcción, en tanto, las barras de refuerzo para hormigón que produce CSH cumplen con la normativa para la calidad de las obras de infraestructura y vivienda que necesita Chile como país sísmico, explica Alberto Maccioni, presidente del ICHA en un comunicado. 

Pese a todo, CSH ha manifestado que seguirá firme como socio estratégico de la minería, la industria metalmecánica y la construcción y que impulsará un proyecto de acero verde, así como otros negocios relacionados con las tecnologías limpias.  

En el segmento de acero, CHS posee Cintac en Chile; Tupemesa, Calaminon y Sehover en Perú; Tasa en Argentina; Promet Chile y Promet Perú.

Pese a haber invertido US$300 millones el año pasado y haber iniciado un plan de reducción de costos en CSH, que aportaba el 10% de la producción de la rama siderúrgica de CAP, esta última reportó una pérdida de US$385 millones el año pasado y sus ingresos cayeron 14,5% interanualmente.

Entre las soluciones para resolver los problemas de CHS, hay quienes favorecen una posible compra por parte del Estado y otros apuntan a una incorporación de un accionista chino. 

CAP posee entre sus mayores accionistas a M.C. Inversiones, subsidiaria de la japonesa Mitsubishi Corporation, la cual es titular del 12,5% de las acciones.