Colombia coquetea con el peligro al considerar el gas venezolano

El presidente colombiano, Gustavo Petro, generó controversia al anunciar los planes de la energética estatal Ecopetrol de invertir en proyectos de hidrocarburos en Venezuela.

La decisión ha sido calificada de ilógica por los críticos de Petro —entre quienes se incluye una gran mayoría de participantes de la industria colombiana de petróleo y el gas— porque contradice su propia política de apartarse de la producción nacional de combustibles fósiles y reemplazarla por energía renovable.

Sin embargo, en un giro mucho más preocupante, se teme que la medida pueda poner en peligro la seguridad energética de Colombia.

Los detalles primero. El martes, Ecopetrol emitió un comunicado en el que explica que está trabajando en la reactivación de un gasoducto binacional en desuso que permitiría importar gas desde Venezuela.

También solicitó a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos autorización para realizar perforaciones hidrocarburíferas en Venezuela junto con la petrolera nacional del país vecino, PDVSA.

La razón, según Ecopetrol, es el creciente desequilibrio entre oferta y demanda que ha dejado a Colombia al borde de enfrentar déficit de gas natural ya el próximo año.

Petro había insinuado la decisión durante una declaración por televisión junto a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, el 18 de noviembre.

"Es muy probable que Ecopetrol se vuelva socio de PDVSA en la explotación de campos de gas en Venezuela y campos de petróleos. Así se va a asegurar en ambas vías energía eléctrica hacia Venezuela, materias primas fósiles hacia Colombia”, manifestó el mandatario colombiano.

Uno de los primeros en rechazar el anuncio fue el exministro de Hacienda colombiano Rudolf Hommes.

“No se entiende por qué Ecopetrol puede invertir en exploración y ecolocación de gas y petróleo en Venezuela y no lo puede hacer en Colombia. Es más, invertir en Venezuela es sacrificar puestos de trabajo y creación de riqueza en Colombia. ¿Por qué? ¿Para pagar regalías allá?”

La apuesta colombiana de aprovechar las reservas probadas de hidrocarburos de Venezuela —las más abundantes del planeta— se da un mes después de que Estados Unidos acordara levantar temporalmente algunas sanciones contra el país petrolero.

La medida podría allanar el camino para que empresas internacionales como ENI, Repsol y Maurel & Prom aumenten sus inversiones y la producción en Venezuela.

No obstante, se ha planteado que Petro —lejos de priorizar los intereses nacionales de Colombia— está entrando en un peligroso juego de geopolítica.

David Luna, ministro de Información, Tecnología y Comunicaciones de Colombia entre 2015 y 2018, calificó las acciones de Petro de "incoherentes".

“¿A qué juega el presidente? Lo que quiere es ayudar a perpetuar a Maduro a costa de los colombianos que cada día estamos pagando más cara la gasolina”, acusó el congresista.

Las ideas aparentemente confusas de la administración Petro podrían ser la menor de las preocupaciones para Colombia.

Incluso si OFAC aprueba el plan de Petro, no hay garantías de que Washington acepte levantar permanentemente las restricciones a Venezuela.

La Casa Blanca ha advertido que la administración de Maduro debe tomar medidas inmediatas para garantizar una elección presidencial libre y transparente en 2024 para que continúe flexibilizando las sanciones.

"El riesgo es que Ecopetrol se comprometa a realizar inversiones importantes en proyectos venezolanos que luego sean bloqueados por la reimposición de sanciones", advierte un funcionario colombiano del sector energético que habló con BNamericas bajo condición de anonimato.

Hay varias otras formas en que Colombia puede aumentar el suministro de gas natural sin comprometer su independencia energética ni forjar vínculos comerciales con regímenes despóticos.

Podría comenzar acelerando los proyectos de exploración existentes frente a su propia costa caribeña, donde los recursos de gas estimados suman entre 70 y 100 billones de pies cúbicos, hasta 33 veces las reservas probadas actuales del país.

Una opción mucho más rápida podría ser aumentar la capacidad de regasificación de gas natural licuado (GNL) de Colombia. La terminal Spec controlada por Promigas en Cartagena, que puede regasificar hasta 400 millones de pies cúbicos por día, es actualmente la única instalación importadora de GNL del país

La otra solución es invertir en la búsqueda de nuevos yacimientos de gas natural en Colombia. Sin embargo, eso requeriría un abrupto golpe de timón por parte de Petro, quien se ha mantenido firme en su decisión de acabar con las rondas de licenciamiento de áreas de exploración.

"La estrategia del gobierno no tiene mucho sentido", añadió el funcionario energético.

Lo que está claro es que Petro está utilizando a Ecopetrol para una maniobra política arriesgada que antepone ideologías por sobre la soberanía energética. Las consecuencias para Ecopetrol y el sector energético colombiano podrían ser nefastas.