Compra de minas brasileñas por ACG en US$1.000mn tendrá gran efecto en cadenas de suministro

ACG, compañía de adquisiciones de propósito especial (SPAC) que cotiza en la bolsa de Londres, anunció un acuerdo de US$1.000 millones por la compra de dos operaciones mineras en Brasil de propiedad de fondos de capital privado asesorados por Appian Capital Advisory, transacción que tendrá grandes implicaciones para las cadenas de suministro.

ACG comprará Atlantic Nickel, operador de la mina Santa Rita en el estado de Bahía, una de las minas de sulfuro de níquel a cielo abierto más grandes del mundo, además de Mineração Vale Verde, propietaria de la mina de cobre y oro Serrate en el estado de Alagoas.

El acuerdo está respaldado por la minera internacional Glencore, el grupo automotor Stellantis y el fondo de inversión minera La Mancha Resource Capital, así como por PowerCo, filial del fabricante de automóviles Volkswagen.

Glencore se comprometió a invertir US$100 millones para convertirse en comprador preferente de ACG, lo que le permitirá suministrar concentrados de sulfuro de níquel a las plantas de beneficio de Glencore en Europa Occidental y Norteamérica. Stellantis también realizará una inversión de capital de US$100 millones, mientras que PowerGo aportará otros US$100 millones a ACG a cambio de un volumen equivalente de níquel producido en Santa Rita.

Por otra parte, Royal Gold acordó entregar a ACG una línea de crédito renovable y una oferta de capital por un total de US$300 millones. Al cierre del trato, ACG pasará a llamarse ACG Electric Metals y emitirá nuevas acciones. Con esto, Glencore, Stellantis y La Mancha serán propietarios del 51% de la compañía, mientras que el 49% será capital flotante.

Citigroup, ING y Société Générale serán los proveedores de la deuda sénior.

"ACG Electric Metals será una empresa orientada a aprovechar las oportunidades que presentan las tendencias mundiales de fondo: el aumento masivo de la demanda de metales para baterías, la polarización de las cadenas de suministro y la necesidad de reducir las emisiones de carbono, desde la mina hasta el cliente final", indicó el CEO de ACG, Artem Volynets, en un comunicado.

“Este acuerdo envía una señal importante a todo el sector minero, que es el interés de empresas de otros sectores por estar más conectadas con sus cadenas de suministro. Esto ya no es una tendencia, es una realidad y es probable que negocios como este se multipliquen, incluso en otros sectores de la minería, como el litio, por ejemplo", dijo a BNamericas Valdir Farias, director ejecutivo de la consultora minera Fioito.

Desde el comienzo de la pandemia del COVID-19 y después con la invasión rusa en Ucrania, las empresas internacionales han detectado un enorme impacto en las cadenas logísticas globales, lo que las ha llevado a intensificar su búsqueda de socios comerciales amistosos.

“Durante los procesos de debida diligencia realizados a principios de este año, además de cuestiones reputacionales que afectan a los controladores de las minas, se verificaron también los riesgos geopolíticos asociados a Brasil y la legislación del sector minero”, dijo a BNamericas un ejecutivo que participó en el proceso de debida diligencia del acuerdo, bajo condición de anonimato.

Según los expertos, las características del sector minero brasileño hacen poco probable la intervención estatal.

"En el sector minero brasileño no tenemos actividad de empresas estatales, como sí existe en otros, por lo que, si bien el gobierno es el responsable de formular políticas, en la práctica sus intervenciones son bastante limitadas", indicó Farias.

Brasil tenía anteriormente una gran empresa estatal en el sector minero, Vale, pero fue privatizada a fines de la década de los noventa. Por otro lado, el Estado todavía tiene una marcada influencia en otros sectores,como petróleo y gas, a través de Petrobras, y la banca, a través de Banco do Brasil, Caixa Econômica Federal y BNDES.

Mientras tanto, dada la creciente popularidad de los vehículos eléctricos, los fabricantes de automóviles también están entrando directamente en negocios relacionados con la minería para garantizar en el largo plazo el suministro de cobre, níquel y otros materiales cruciales para la transición energética.

"Esta transacción pone de relieve la importancia de un abastecimiento sólido, confiable y sostenible de commodities para vehículos eléctricos entre los fabricantes occidentales y la industria, pilar central de la estrategia de inversión de Appian. Al proporcionar minerales críticos para la transición energética y la tecnología verde, además de capital para valor agregado y soporte técnico, Appian se posiciona estratégicamente para aprovechar las tendencias globales en materia de descarbonización”, comentó Michael Scherb, fundador y CEO de Appian, en un comunicado.

Las minas brasileñas vendidas ahora por Appian fueron objeto de controversia el año pasado. En octubre de 2021, el grupo sudafricano de metales preciosos Sibanye-Stillwater anunció un acuerdo para comprar las minas, también por US$1.000 millones.

Sin embargo, a principios de 2022, Sibanye-Stillwater abandonó el trato después de lo que llamó un "evento geotécnico" en la mina Santa Rita.