Disputa de poder amenaza con retrasar reforma fiscal de Brasil

La aprobación final del reglamento de la reforma tributaria de Brasil podría posponerse en medio de una disputa de poder en el Congreso.

En julio, la Cámara de Diputados aprobó normas básicas para la reforma tributaria que recibió luz verde el año pasado sin modificaciones. La reforma sustituirá los impuestos PIS, Cofins, IPI, ICMS e ISS por los impuestos federales y estatales IBS y CBS, equivalentes al IVA en otros países.

El reglamento aún debe ser aprobado por el Senado y el régimen fiscal debiera irse implementando progresivamente entre 2026 y 2033.

Su aprobación se anticipaba para el segundo semestre, pero “actualmente el escenario más probable es que la reforma tributaria recién tenga aprobación final en el Senado el próximo año”, dijo a BNamericas bajo condición de reserva de identidad un abogado de una asociación empresarial que ha estado siguiendo el debate.

El enfrentamiento entre el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, y el líder de la Cámara Baja, Arthur Lira, se vislumbra como el principal obstáculo.

En febrero próximo se celebrarán elecciones para la presidencia de ambas cámaras y tanto Lira como Pacheco, ninguno habilitado para optar a la reelección, quieren utilizar la reforma para demostrar su poderío.

Una rápida aprobación sería considerada una victoria para Lira y sugeriría que su influencia podría llegar incluso al Senado.

A su vez, los senadores han dado señales que quieren cambiar puntos ya aprobados por la Cámara Baja para demostrar que no se limitan a ratificar decisiones ya tomadas. Si el Senado introduce cambios, el texto debiera ser evaluado y votado nuevamente por la Cámara Baja.

NUEVAS MEDIDAS

El gobierno busca que la reforma fiscal avance con rapidez, pues afirma que contribuirá a mejorar el entorno empresarial al reducir la burocracia. Sostiene que sus efectos sobre la recaudación serán neutros, ya que en algunos sectores aumentará y en otros disminuirá.

Sin embargo, el Ejecutivo sí está apuntando a aumentar la recaudación tributaria.

Un decreto publicado recientemente estableció un impuesto de 15% sobre las ganancias de las empresas multinacionales que operan en el país y que reportan ingresos anuales de al menos 750 millones de euros (US$827 millones). El impuesto entrará en vigor en enero.

Según el gobierno, el gravamen es parte de un acuerdo con la OCDE para evitar que las multinacionales paguen impuestos solo en los países donde tienen sede.

La expectativa es recaudar hasta 10.000 millones de reales anuales a través de este mecanismo, dijo a BNamericas un funcionario bajo condición de anonimato.

Además, el gobierno pospuso de 2025 a 2026 una medida que permite a los bancos compensar parte de sus tasas de morosidad crediticia con menor pagos de impuesto sobre la renta.

“La medida probablemente generará ingresos adicionales que debieran superar los 16.000 millones de reales el próximo año”, indicó el Ministerio de Hacienda en un comunicado.

Los inversionistas han seguido de cerca las políticas fiscales del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

A pesar de los indicadores económicos positivos, están cuestionando el enfoque de Lula de aumentar el gasto público, pues podría traducirse en impuestos más altos a futuro.