Los contrastes de la política energética de Brasil

El papel que desempeña Brasil en la conferencia climática COP28 que se celebra en Dubai expone la complejidad y las contradicciones de su transición energética.

Si bien ha presentado varias iniciativas de descarbonización desde que comenzó la conferencia el 30 de noviembre, el país también ha estado en el centro de controversias sobre la promoción de su industria petrolera.

Ricardo Assumpção, director de sostenibilidad de EY Brasil, dijo que la transición energética debe considerar tres pilares: seguridad energética, asequibilidad energética y sostenibilidad.

"Brasil todavía depende del petróleo, pero creo que, en los próximos años, esto debería reducirse, dadas las inversiones en matrices más limpias, como la eólica y la solar, así como el creciente interés por el hidrógeno verde", señaló a BNamericas.

Assumpção afirmó que la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de Brasil no provienen de combustibles fósiles, como en el caso de los países del hemisferio norte, sino de la deforestación y el uso ilegal de la tierra.

En este contexto, Brasil tiene una ventaja comparativa. "Necesitamos tener políticas claras para frenar la deforestación ilegal, y al mismo tiempo producir innovación para gestionar el suelo de manera más eficiente y así reducir nuestras emisiones", expresó.

El 1 de diciembre, Brasil anunció más de 20.000 millones de reales (US$4.000 millones) para financiar proyectos centrados en la transición energética, la bioeconomía y la descarbonización de la industria y la movilidad avanzada.

Al día siguiente, el banco de desarrollo BNDES firmó acuerdos con la división de desarrollo del Banco Mundial, BIRF, y con el Banco Europeo de Inversiones, que podrían generar hasta 6.500 millones de reales en nuevas inversiones verdes en el país, incluido el apoyo a proyectos de hidrógeno verde.

BNDES también suscribió un convenio con el holding eléctrico brasileño Eletrobras para promover la descarbonización de la Amazonía y la recuperación de cuencas.

Un día después, el gobierno firmó un acuerdo bilateral con Reino Unido para desarrollar proyectos de hidrógeno verde, y el lunes Brasil destacó que la producción de combustible de aviación sostenible (SAF), diésel verde (también llamado HVO), etanol de segunda generación, además del etanol hidratado y el biodiésel, debería atraer más de 200.000 millones de reales en inversiones al país para 2037.

También el lunes, el gobierno anunció que Brasil se unió al Compromiso Global de Metano y se comprometió a presentar directrices para regular las emisiones de gases en la industria petrolera local para fines de 2024.

Pero tales anuncios se vieron eclipsados por la invitación formal a unirse a la OPEP+, que está siendo analizada por el gobierno.

En respuesta, la Red de Acción Climática (CAN), una asociación de ONG, otorgó a Brasil el antipremio Fósil del Día.

"Brasil parece haber confundido la producción de petróleo con el liderazgo climático. La fiebre del petróleo de Brasil socava los esfuerzos de los negociadores brasileños en Dubai que están tratando de romper viejos estancamientos y actuar con un sentido de urgencia", declaró CAN, que representa a más de 1.900 entidades de 130 países.

CAN también criticó los planes de exploración del Margen Ecuatorial, prometedor desde el punto de vista geológico pero peligroso para el medio ambiente, situado entre los estados de Amapá y Rio Grande do Norte.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva justificó el ingreso a la OPEP+ como observador afirmando que Brasil podría influir mejor en la transición energética de esta manera.

"Creo que es importante que participemos porque tenemos que convencer a los países productores de petróleo de que tienen que prepararse para el fin de los combustibles fósiles, y prepararse significa aprovechar el dinero que ganan con el petróleo y hacer inversiones para que los continentes africano y latinoamericano puedan producir los combustibles renovables que necesitan, especialmente hidrógeno verde. Porque si no creamos alternativas, no podremos decir que vamos a acabar con los combustibles fósiles", manifestó en un comunicado.

PETROBRAS

El CEO de la estatal Petrobras, Jean Paul Prates, afirmó anteriormente que los ingresos del petróleo deberían financiar la transición energética, un proceso que podría durar unos 50 años.

"La transición energética para las petroleras es una metamorfosis andante, hay que invertir en petróleo para pagar la transición energética", señaló.

El nuevo plan de negocios de Petrobras prevé hasta US$11.500 millones en inversiones para proyectos bajos en carbono durante los próximos cinco años, considerando varios segmentos.

El domingo, Petrobras firmó un protocolo de intenciones con el estado de Río de Janeiro para la evaluación conjunta de proyectos piloto para un centro de captura y almacenamiento de CO2, denominado CCUS.

MATRIZ ENERGÉTICA

Si bien el petróleo, junto con la deforestación y la utilización ilegal de los suelos, debilitan los esfuerzos de sostenibilidad de Brasil, la creciente proporción de fuentes renovables en las matrices energética y eléctrica es inequívocamente positiva.

En 2022, la participación de las fuentes renovables en la matriz energética nacional aumentó del 45% al 47,4%, debido al crecimiento de la participación de la hidroeléctrica y otras fuentes renovables, especialmente la eólica y la solar.

Las fuentes renovables representaron el 87,9% del suministro eléctrico doméstico, 9,8 puntos porcentuales más que en 2021.