¿Habrá un nuevo auge en el sector minero ecuatoriano?

Varios proyectos mineros en etapas avanzadas, entre ellos dos que debieran iniciar la construcción el próximo año, levantan la expectativa de que los minerales podrían reemplazar al petróleo como principal exportación de Ecuador en un futuro no tan lejano.

Con solo dos minas a escala industrial actualmente en producción y casi una decena de proyectos avanzando, la minería debiera experimentar un auge en Ecuador, aseguró el economista Alberto Acosta, analista de la consultora privada Grupo Spurrier, durante una conferencia organizada por Mercapital Casa de Valores.

El año pasado, las exportaciones mineras totalizaron alrededor de US$3.300 millones y se convirtieron en el cuarto rubro exportador del país, después del petróleo, el banano y el camarón.

Entre enero y julio, los envíos de productos mineros al exterior generaron US$1.875 millones, por lo que se espera que superen la cifra de 2023.

“En menos de una década, la minería será el principal producto de exportación de Ecuador y una fuente enorme de riqueza”, señaló Acosta.

La mina de oro Fruta del Norte de la canadiense Lundin Gold y la mina de cobre Mirador de la firma de capitales chinos EcuaCorriente son hasta ahora las únicas dos operaciones mineras de escala industrial que tiene en producción el país sudamericano.

El próximo año debiera arrancar la construcción dos proyectos de mediana minería, Curipamba y La Plata.

Curimpamba, de las canadienses Silvercorp y Salazar Resources, es una iniciativa de cobre y oro, que también alberga zinc y plata, mientras que La Plata, de Atico Mining, es un proyecto de cobre y zinc con leyes de oro y plata interesantes.

Las dos iniciativas suman una inversión combinada de alrededor de US$400 millones.

Otro proyecto que debiera mostrar novedades en 2025 es el activo de oro y plata Loma Larga de Dundee Precious Metals, mientras que la operación de cobre, molibdeno y oro Warintza —que se perfila como una de las mayores minas de Latinoamérica, según su operador, la canadiense Solaris Resources— avanzaría en 2026 y 2027.

Una iniciativa que podría desarrollarse en la próxima década es Cascabel, proyecto de cobre y oro de US$4.200 millones de la australiana SolGold, que planea iniciar la construcción de la mina en 2026.

Pese a las expectativas positivas, el sector minero debe lidiar aún con varios problemas que podrían alargar los plazos para que entren en operación nuevas minas, entre ellos la debilidad institucional, la crisis de seguridad por la penetración del crimen organizado, la minería ilegal y la constante oposición a la actividad, sobre todo de grupos indígenas, algunas comunidades locales y activistas antimineros.

También están los problemas que acarrea la crisis energética que sacude al país y que ha obligado a aplicar cortes de electricidad de 10 horas diarias, a los que se suma la incertidumbre que generan las elecciones presidenciales y legislativas de febrero de 2025, pues no se sabe qué rumbo tomará el país.