La política podría estropear los planes de privatización de Brasil

El presidente Jair Bolsonaro enfrenta dificultades a la hora de cumplir su promesa de privatizar cerca de 100 empresas brasileñas.

Durante su campaña de 2018 sostuvo que las compañías estatales no eran rentables y que las administraciones anteriores las utilizaron para otorgar favores a aliados políticos.

"La agenda de privatizaciones siempre ha sido una prioridad del ministro de Economía, Paulo Guedes, quien pudo convencer a Bolsonaro de que enfocarse en esta agenda atraería el apoyo del sector privado a su administración", dijo a BNamericas el estratega en jefe de Banco Mizuho para América Latina, Luciano Rostagno.

Sin embargo, “ahora el escenario está cambiando”, señaló. “El presidente busca más apoyo político para asegurar su gobernanza en los próximos dos años, y las privatizaciones ya no son una prioridad”.

Bolsonaro ya descartó privatizar la compañía de almacenamiento paulista Ceagesp.

"Cuando se trata de privatizaciones, y quiero dejarlo muy claro, esta es su casa mientras yo sea presidente de la república", dijo Bolsonaro a trabajadores de Ceagesp durante una reciente visita a la empresa, a pesar de que la firma es parte del programa federal de concesiones y privatizaciones, PPI.

Guedes ha afirmado que la desestatización fomentaría el crecimiento económico. Sin embargo, el ministro está perdiendo prestigio, ya que —después de dos años en el cargo—, los indicadores económicos no han mejorado.

Mientras tanto, Bolsonaro valora cada vez más los aspectos políticos cuando debe designar ejecutivos de compañías estatales como Petrobras o Banco do Brasil por sobre la experiencia técnica y de mercado, lo que complica las privatizaciones.

Una nueva ola de contagios y muertes por covid-19 se suma a la incertidumbre, ya que el gobierno no ha organizado una campaña de vacunación masiva, lo que no solo pone en riesgo la recuperación económica, sino que las críticas resultantes generan además la necesidad de concertar apoyos políticos.

La administración de Bolsonaro está presionando para que Arthur Lira asuma la presidencia de la Cámara de Diputados a principios de febrero. Se considera que Lira tiene una postura manifiestamente progobierno, mientras que el actual titular de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, es visto como un pragmático que sopesa los argumentos.

"La falta de avances en un plan de privatización es negativo para la economía porque hay muchas empresas estatales ineficientes, y el sector privado debería administrar eso", indicó Rostagno.

BANCO DO BRASIL

Bolsonaro estaría considerando despedir al presidente ejecutivo del banco, André Brandão, porque anunció planes para cerrar 112 sucursales y promover un programa de despido voluntario para 5.000 empleados.

Según medios locales, el mandatario se opone a los planes en medio de la crisis económica y porque estos afectarían principalmente a localidades rurales con fuerte apoyo para sus aliados, lo que pondría en riesgo la elección de Lira.

Los inversionistas están preocupados por tal intromisión, mientras que las acciones del banco cayeron casi 5% después de conocerse las informaciones.

ELETROBRAS Y CORREOS

También hay incertidumbre sobre las privatizaciones del holding eléctrico Eletrobras y de Correios.

Aunque el gobierno había insistido durante meses en que las privatizaciones eran inminentes, estas no se han materializado.

Sin embargo, autoridades de gobierno culpan al Congreso.

"El proyecto de privatización de Eletrobras desde 2019 está parado. No hay relator. Esto es una prueba de que el tema no es una prioridad [para la presidencia de la Cámara de Diputados]", dijo el secretario especial de privatizaciones del Ministerio de Economía, Diogo Mac Cord, al sitio web de noticias Jota.

¿CONCESIONES EN RIESGO?

Si bien las concesiones de infraestructura tienen un impacto menor que las privatizaciones, sí podrían sufrir retrocesos.

El gobierno dio prioridad a las concesiones de infraestructura este año porque son consideradas motores de la reactivación económica y son más fáciles de concretar porque no requieren el visto bueno del Congreso.

Sin embargo, la concesión a 69 años del futuro ferrocarril de 933km Ferrogrão, cuya subasta se espera en el primer trimestre, ha sido objeto de críticas.

La ferrovía, uno de los proyectos de infraestructura más grandes de Brasil, demandará 8.400 millones de reales (US$1.590mn) y es parte de los esfuerzos del Ministerio de Infraestructura para intensificar el papel de los ferrocarriles en la matriz de transporte. La línea conectará la ciudad de Sinop, en el estado de Mato Grosso, y Miritituba, importante puerto sobre el río Tapajós en el estado de Pará.

El senador Jayme Campos, del partido centrista DEM, afirmó en un artículo de opinión que Ferrogrão atendería a una región que ya está cubierta por el ferrocarril Ferronorte, el cual podría incluso extenderse, lo que hace innecesario un nuevo proyecto.

Si este argumento gana fuerza, aumentará la presión para rechazar Ferrogrão, mientras que el tribunal de cuentas TCU aún debe autorizar la subasta.