Las posturas en energía de los principales candidatos presidenciales de Uruguay

La transición energética seguirá siendo pilar fundamental de la política de Estado en Uruguay, sin importar cuál de los dos principales candidatos se convierta en el próximo presidente.

Uruguay, país que depende de las importaciones de petróleo y gas, está trabajando para impulsar la electrificación y construir una economía del hidrógeno verde.

Yamandú Orsí, candidato opositor de centroizquierda y exgobernador del departamento de Canelones, y el centroderechista Álvaro Delgado, quien se desempeñaba como secretario de la Presidencia hasta diciembre, son los favoritos para tomar el relevo del presidente Luis Lacalle Pou.

Los uruguayos acudirán a las urnas en octubre después de votar por última vez en elecciones presidenciales en 2019.

ENERGÍAS RENOVABLES

Marcelo Mula, presidente de la asociación uruguaya de energías renovables Auder, resumió las cosas durante una reciente conferencia energética, antes de presentar a Delgado y a Orsí.

“Más allá de que cambien los gobiernos, más allá de que pueda haber algún matiz en estos temas —siempre hay matices—, la política energética en Uruguay es una política de Estado y no tengan duda de que se nos van a abrir muchísimas oportunidades”, sostuvo.

En 2010 se alcanzó un acuerdo entre partidos en materia de transición energética, el cual Delgado quiere actualizar para impulsar la presencia privada en el sector de generación, hoy dominado por la eléctrica estatal UTE.

El acuerdo de 2010, que impulsó la primera fase de la transición energética uruguaya —principalmente con el aumento de la capacidad eólica—, está asociado a una inversión pública y privada de US$8.000 millones.

Hoy Uruguay, destino de inversión pequeño, pero estable, obtiene alrededor del 98% de su energía de fuentes renovables, lo que lo convierte en líder a nivel mundial. En comparación con sus vecinos sudamericanos Argentina, Brasil, Chile y Paraguay, Uruguay tiene los precios más altos por megavatio/hora para suministro residencial y suministro industrial de media tensión, según un informe de julio de la consultora energética local SEG Ingeniería.

El año pasado, en tanto, se modificaron las reglas del mercado mayorista eléctrico para reconocer parte de la capacidad firme de los parques eólicos y solares, lo que abriría la puerta a los acuerdos de compra de energía (PPA) entre actores privados. Se firmó un primer PPA solar y los proyectos entraron en fase de revisión ambiental.

Sin embargo, el límite de entrada al mercado no regulado se elevó de 200kW a 1.500kW de capacidad, lo que limita los potenciales participantes a los grandes consumidores industriales.

El trabajo de la transición energética para la segunda fase se centrará en la eficiencia, la electromovilidad y el hidrógeno verde y derivados. Uruguay está poniendo gran énfasis en estas dos últimas áreas.

DELGADO

“Lo más importante es que Uruguay quedó a la vanguardia a nivel mundial”, aseguró Delgado, que agregó que, de resultar elegido, buscará un acuerdo multipartidista con horizonte a 2050.

“Los generadores privados necesitan certezas, reglas del juego claras, de lo que hace el gobierno, el rol de UTE como habilitador y no como freno, la posibilidad de generar los intercambios necesarios”, manifestó, para agregar que el país necesita llevar a los inversionistas la energía limpia que demandan sus plantas de producción.

El impulso de los PPA privados y el mercado spot, junto con la inversión en redes inteligentes, almacenamiento energético y generación a biomasa, son otras tareas pendientes, al igual que el trabajo en las tarifas de energía y la regulación del hidrógeno verde, precisó.

En materia de electromovilidad, donde se delinearon incentivos, “obviamente tenemos que definir metas acá. Dos tercios de los combustibles fósiles en Uruguay se consumen en el transporte”, aseguró.

El hidrógeno verde y sus derivados, especialmente los combustibles líquidos sintéticos, constituyen una “enorme oportunidad” para Uruguay, afirmó.

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El país cuenta con varios proyectos de hidrógeno en fase de desarrollo y una hoja de ruta sectorial. En cuanto a producción nacional de hidrocarburos, Uruguay no tiene en la actualidad, pero adjudicó los siete bloques marinos que se pusieron en oferta en una ronda de licencias de exploración.

Orsí

Orsí, por su parte, destacó la importancia que tiene para la transición energética de Uruguay la continuidad de las políticas a través de los ciclos políticos.

“Como se dijo acá, y lo repito, esto es posible en la medida que sea una política de Estado”, sostuvo el candidato, quien mantiene una cómoda ventaja en las encuestas de opinión.

“No abandonar jamás, jamás, la senda del desarrollo de las energías renovables, más bien revitalizarla, profundizarla, no parar nunca”, agregó.

Celebrando los acuerdos multipartidistas pasados y futuros, también se refirió a la dependencia de Uruguay del petróleo y gas importados, este último combustible transportado al país a través de dos ductos desde Argentina.

En alusión a los combustibles sintéticos, aseguró: “A medida que vamos generando nuestras propias salidas, evidentemente estamos resolviendo bastante mejor nuestro destino como país”.

Respecto de la relación entre UTE y la estatal de hidrocarburos Ancap —ambas con un papel protagónico en un futuro mercado de combustibles sustentables—, planteó: “Creo que el futuro nos va a encontrar con un nuevo diseño institucional, no sé cuándo, donde la empresa de combustibles y la empresa de generación eléctrica van a tener un vínculo mucho más fluido, porque la realidad así nos lo exige”.

VOTACIÓN

Alrededor de 2,77 millones de uruguayos elegirán al próximo presidente el 27 de octubre. La participación es obligatoria y el incumbente no puede postularse para un segundo mandato consecutivo.

Para ganar en primera vuelta, un candidato debe conseguir como mínimo el 50% más un voto. Si ningún candidato lo logra, se celebrará una segunda vuelta el 24 de noviembre.

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Orsí representa a la coalición Frente Amplio y Delgado (Partido Nacional), a la coalición gobernante Republicana.

De los demás candidatos, el contendiente con la mayor proporción de preferencias es Andrés Ojeda, del Partido Colorado, miembro del oficialismo.