Las reacciones del mercado a la salida de Petrobras del negocio petroquímico

La venta de la participación de la petrolera brasileña Petrobras en la petroquímica local Braskem está en línea con su estrategia actual, pero podría aumentar su exposición al riesgo en el largo plazo, según analistas consultados por BNamericas.

El lunes, Petrobras informó la presentación de una solicitud de inscripción ante el regulador de valores CVM para una oferta de acciones ligada a la participación de 36% de la empresa estatal en Braskem.

El proceso se realizará en conjunto con NSP Investimentos (de Novonor, antes Odebrecht), quien es el controlador de Braskem con una participación de 38%.

La venta permitiría recaudar alrededor de 8.000 millones de reales (US$1.450 millones) según la valoración de las acciones de Braskem en la bolsa brasileña B3 y NYSE.

Rodrigo Leão, coordinador técnico del instituto brasileño de estudios estratégicos de petróleo, Ineep, dijo que el futuro de la industria petrolera está en el segmento petroquímico si se considera el crecimiento de las fuentes de energías renovables para la generación de electricidad y el mayor consumo de biocombustibles y GNL en el transporte.

"Dado que Petrobras se está enfocando en el petróleo y no en otras energías, tendría sentido continuar en la cadena petrolera desde el punto de vista de una estrategia de largo plazo", dijo Leão a BNamericas.

“Sin embargo, la estrategia de la empresa está muy centrada en la producción del commodity [petróleo]. En ese sentido, la salida de Braskem es parte de esa visión, alineada con su desverticalización”, agregó.

Fabrício Gonçalvez, presidente ejecutivo de Box Asset Management, dijo que Petrobras se está enfocando en la exploración petrolífera en aguas profundas, además de desapalancarse y reducir su alto nivel de endeudamiento.

La salida de Braskem es una decisión estratégica que se tomó después de un período considerable de evaluación, comentó.

Incluso si la venta aumenta la exposición de Petrobras al volátil negocio petrolero, la compañía tiene recursos para minimizar los efectos de dicha volatilidad, agregó Gonçalvez.

Pedro Galdi, analista de renta variable de Mirae Asset Wealth Management, dijo que la venta de la cuota de Braskem es parte del programa de desinversión anunciado por Petrobras hace años, pero el proceso se atascó cuando Odebrecht se vio envuelta en problemas.

“Para Petrobras la noticia es positiva al reforzar su flujo de caja y salir de un segmento que no está relacionado con su negocio central”, dijo Galdi a BNamericas. "Braskem es un cliente y la participación en ella no tenía sentido".

El último hito en la salida de Petrobras del segmento petroquímico se produjo en 2018, cuando concluyó la venta de su participación en Petroquímica Suape y Citepe a la mexicana Alpek, por US$435 millones.

Otra decisión clave fue la cancelación de su plan de construir una planta petroquímica en Itaboraí, en el estado de Río de Janeiro, como parte del complejo Comperj. Más tarde llamado Gaslub, el complejo está diseñado ahora para la instalación de una planta procesadora de gas natural, una fábrica de lubricantes y, posiblemente, una termoeléctrica a gas.

En tanto, Petrobras está desprendiéndose de cerca del 50% de su capacidad de refinación a través de la venta de ocho refinerías, una de las cuales (RLAM) ya fue transferida a la nueva propietaria, Mubadala Capital, y se firmaron contratos para otras dos (Reman y SIX) con Atem Distribuidora y Forbes & Manhattan Resources, respectivamente.