Los desafíos y oportunidades del sector energético para el próximo gobierno argentino

¿Podrá el próximo gobierno de Argentina destrabar el potencial económico del país —incluso en la esfera energética— y lograr finalmente cierta estabilidad de largo plazo?

Es una de las preguntas del millón que rodean a una nación agobiada por problemas de liquidez.

Sea quien sea quien tome las riendas, los inversionistas probablemente observarán desde fuera hasta que se disipe la densa nube de incertidumbre.

En el sector energético, Argentina cuenta con abundantes recursos renovables e hidrocarburíferos y tiene el potencial de convertirse en un importante exportador de hidrógeno verde y derivados en la próxima década.

Los principales incentivos que se requieren para tentar a los inversionistas del segmento energético son perspectivas sostenidas de estabilidad macroeconómica y regulatoria y la infraestructura necesario, o al menos un plan de desarrollo viable, además de voluntad política y apoyo del Congreso.

Si bien las posibilidades de reformas promercado parecen mucho mayores que antes de las últimas elecciones, el panorama político está fragmentado, lo que podría afectar las medidas legislativas del gobierno. Además, la economía se tambalea y no hay una solución rápida que no envíe ondas de choque por todo el país.

En las primarias abiertas obligatorias PASO del domingo, el candidato libertario Javier Milei de la coalición La Libertad Avanza (LLA) obtuvo un 30%, la mayoría de los votos, lo que probablemente refleja el enorme descontento del electorado con el establishment político. Le siguieron representantes de los dos bloques políticos tradicionales. El actual ministro de Economía, Sergio Massa, de la coalición peronista Unión por la Patria, obtuvo el 21,4%, mientras que Patricia Bullrich, de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio (JxC), captó el 17%. Los tres competirán por la primera magistratura en octubre.

La agencia calificadora Moody's indicó que el resultado más probable es un cambio de administración y un giro hacia políticas económicas más liberales.

“Tal cambio planteará desafíos significativos para quien gane las elecciones generales en otoño”, agregó Moody's. “En lo que resta del año, y durante la mayor parte de 2024, la economía argentina seguirá experimentando una alta volatilidad, intensas presiones sobre los precios y el tipo de cambio, y una limitada disponibilidad de divisas, condiciones asociadas a su persistente fragilidad crediticia”.

El banco estadounidense Wells Fargo, estimando que Milei tiene un 65% de posibilidades de victoria, hizo eco del análisis: “Una victoria de Milei mantiene elevada la incertidumbre política durante un período prolongado; sin embargo, una legislatura fracturada impedirá que Milei implemente su agenda a cabalidad. Como resultado, tendrá éxito limitado con sus propuestas más radicales”.

HIDROCARBUROS

En cuanto a hidrocarburos, existe apoyo transversal en el Congreso para desarrollar el sector. Las diferencias giran en torno a temas como tributación, aranceles y participación del Estado y del sector privado.

La industria suele exigir estabilidad regulatoria y una flexibilización de los controles de divisas.

Un gobierno de Milei impulsaría la desregulación y un papel central para el sector privado, incluso en el desarrollo de infraestructura midstream.

Una administración de Bullrich probablemente adoptaría un enfoque similar, pero más moderado, mientras que un gobierno de Massa podría ser más favorable al mercado que el del actual presidente Alberto Fernández, aunque posiblemente sin entusiasmo por una reforma mayor.

Bajo el gobierno actual, la producción de petróleo y gas ha aumentado y se han construido o están en construcción grandes proyectos de eliminan cuellos de botella. Las grandes oportunidades residen en las exportaciones de petróleo y el establecimiento de una industria exportadora de GNL, además de exportaciones de gas por ductos a Brasil y Chile.

Se necesitaría una importante expansión de infraestructura para impulsar el aumento requerido de la producción. En caso de pactar exportaciones de gas en firme durante todo el año a países vecinos, Argentina deberá ofrecer férreas garantías de suministro.

RENOVABLES

En el ámbito de las energías renovables, Milei se ha mostrado como negacionista del cambio climático.

Sin embargo, uno de los puntos del programa de campaña de su coalición sugiere pragmatismo: “lncentivar las inversiones en comunicación, petróleo, gas, litio, energías renovables que generen puestos de trabajo genuinos e ingresos en divisa extranjera para el país”.

También establece: “Promover nuevas fuentes de energías renovables y limpias (solar, eólica, hidrógeno verde, etc.). También se cita como objetivo la quema de residuos para generar energía.

Milei ha propuesto fortalecer los lazos con Occidente, lo que podría derivar en presiones políticas externas para la descarbonización. Mientras tanto, las empresas que operan en Argentina ya están comenzando a adoptar energías renovables y se ha establecido por ley una meta de 20% de generación limpia para 2025.

La administración actual se ha centrado principalmente en el sector de hidrocarburos para ayudar a atraer dólares y sustituir importaciones y un gobierno de Massa probablemente continuaría por un camino similar. Salvo una licitación relativamente pequeña para plantas renovables, la energía limpia se ha mantenido en gran medida al margen de la política durante la administración actual.

Bullrich, cuya coalición ayudó a generar un auge en las energías renovables en Argentina, aseguró que realizarían nuevas licitaciones y apoyarían al sector privado con financiamiento de activos de generación y transmisión.

Una importante oportunidad para la energía limpia en Argentina es abastecer a compradores a través de acuerdos privados de compraventa de energía. Sin embargo, un obstáculo para el desarrollo de este segmento es la falta de capacidad adicional en las líneas de alta tensión. Argentina tiene una multimillonaria brecha de transmisión que requiere ayuda del sector privado para cerrarse.

LO QUE VIENE

El 22 de octubre los argentinos acudirán a las urnas para las elecciones presidenciales y legislativas. Una eventual segunda vuelta está programada para el 19 de noviembre. Para obtener la victoria en primera vuelta, un candidato debe obtener el 45% de los votos, o bien un 40% y sacarle 10 puntos de ventaja al segundo más votado.

Como las elecciones PASO tienden a ser indicativas de cómo se desempeñarán los candidatos en las elecciones oficiales, y dado el grave estado de la economía, está en juego una victoria de Milei o Bullrich. Esto sugiere que la próxima administración será promercado, pero los problemas económicos y de implementación de políticas están esperando al próximo presidente.

El centroderechista Mauricio Macri intentó cambiar el rumbo y logró inicialmente cierto éxito. Durante la etapa final de su mandato, en 2018, ante preocupaciones por una creciente inflación, una sequía interna y el aumento de las tasas de interés en EE.UU., el ánimo de inversión se enfrió y el peso quedó bajo presión. Macri debió pactar un multimillonario préstamo con el FMI para estabilizar el buque, enorme deuda que debe pagarse.

La firma de investigación Capital Economics señala que "es difícil exagerar el alcance del desastre económico que heredará el próximo presidente... La historia muestra que gobiernos aún más promercado (como el de Macri) han tenido problemas para abordar los problemas económicos de Argentina".

Moody's hace eco: “Los resultados de este fin de semana, en los cuales tres fuerzas políticas obtuvieron aproximadamente un tercio de los votos, implican que, a pesar del sólido desempeño de los partidos de oposición de derecha, un panorama político fragmentado generará dificultades para el próximo presidente y pondrá a prueba la capacidad del futuro gobierno para implementar medidas de ajuste contundentes que aborden los desequilibrios de la economía”.

El sector energético, que necesita efectivo del sector privado, probablemente tendrá que esperar a que se calmen las aguas, se presenten políticas y surjan señales de si el Congreso será cooperativo u obstructivo. Combinando sus votos, las respectivas coaliciones de Milei y Bullrich podrían lograr la aprobación de leyes, pero para eso se requiere cierto consenso.

Mariano Machado, analista principal de la consultora de riesgos Verisk Maplecroft para las Américas, escribió en un informe que "la división tripartita aumenta la incertidumbre, tanto por el resultado de la primera vuelta en octubre como por el de la segunda vuelta en noviembre. Los dos candidatos que pasen a segunda vuelta dependerán de la efectividad de la maquinaria partidaria de cada uno de los tres contendientes. Si bien las dos coaliciones establecidas tienen esta maquinaria, el resultado de ayer demostró que el atractivo directo de Milei para los votantes descontentos podría desafiar las probabilidades".