Los principales problemas que esperan al próximo presidente de Panamá

José Raúl Mulino, que el 1 de julio asumirá la presidencia de Panamá, tendrá que forjar alianzas políticas y abordar la crisis del Canal de Panamá, pero la relación con el expresidente Ricardo Martinelli podría convertirse en un obstáculo.

Las designaciones de Mulino para el Gabinete —entre estas las de Julio Moltó en el Ministerio de Comercio e Industrias, José Luis Andrade en Obras Públicas y Felipe Chapman en Economía y Finanzas— representan una combinación de experiencia técnica, apoyo al sector privado y movidas políticas y estratégicas, informaron los medios locales.

“Me imagino un gobierno que podría tener una alianza robusta con el sector privado […] El partido de Mulino es de perfil más o menos empresarial”, dijo a BNamericas el analista político Eduardo Núñez.

No obstante, el partido de derecha Realizando Metas de Mulino ganó apenas 14 de los 71 escaños de la Asamblea Nacional, por lo que tendrá que forjar alianzas. “La clave van a ser los temas no polarizantes o los temas que convocan mayor capacidad de acuerdo, mayor posibilidad de acuerdo, y en qué medida tenga el músculo político para llevarlo adelante”, indicó Núñez.

Un tema unificador podría ser el Canal de Panamá, cuya crisis de capacidad se ha visto exacerbada por la sequía y que ha llevado a la Autoridad del Canal de Panamá a reducir las autorizaciones de paso para embarcaciones de 38 por día a solo 20.

El País informó que la entidad estima que la crisis generará pérdidas de entre US$500 millones y US$700 millones este año.

Nuevas complicaciones se vislumbran también en el horizonte, ya que otros países centroamericanos han anunciado planes para construir corredores secos que competirán con el canal, entre ellos un proyecto de US$10.000 millones en Honduras que ya ha sido presentado a inversionistas internacionales y organismos gubernamentales extranjeros.

Por otra parte, Mulino es cercano a Ricardo Martinelli, presidente entre 2009 y 2014, quien fuera condenado a más de 10 años de prisión por lavado de dinero. Tras la sentencia, Martinelli huyó a la embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá, mientras se procesa su solicitud de asilo. Su relación podría afectar posibles alianzas con el partido de centroizquierda PRD.

“El desafío es si decide ser una continuación del enfoque político de Martinelli, con todas sus contradicciones, o si decide construir una marca propia, para lo cual tendría que diferenciarse”, indicó Núñez. "Esto probablemente va a plantear tensiones con la interna de su partido, con su bancada legislativa, con la dirección del partido".

También podrían regresar las masivas protestas que surgieron el año pasado, después de que se aprobara el nuevo contrato con First Quantum Minerals para la mina Cobre Panamá.

“Hay un problema acumulado, no resuelto, que se deriva de las protestas sociales y que en alguna medida se vio reflejado también en la elección, que fundamentalmente es el voto a favor de candidatos que no pertenecen a partidos”, advirtió Núñez.

“La pregunta es qué tan rápido puede consolidar un gobierno de unidad, seleccionar apropiadamente las metas y desarrollar una identidad de gobierno que le permita, a pesar de la conformación plurisectorial de su Gabinete, establecer una dinámica de gobierno para ampliar su capacidad”, concluyó el analista.