Mandato de presidenta Boluarte estaría a salvo, pese a rechazo récord

La aprobación al Poder Ejecutivo de Perú alcanzó un mínimo histórico en 35 años, mientras la administración de la presidenta Dina Boluarte intenta navegar por una serie de escándalos y una alicaída economía.

Boluarte, antes vicepresidenta del destituido presidente Pedro Castillo, asumió el cargo en diciembre de 2022 después de su remoción. De acuerdo con la consultora Datum, el respaldo a la mandataria es de apenas un 5% de los consultados, mientras que un 91% desaprueba su gestión.

Su aprobación es incluso menor a la del primer gobierno del expresidente Alan García (1985-1990), periodo marcado por una hiperinflación de más de 7.600% anual.

A pesar del desplome absoluto de su popularidad y una serie de escándalos —entre ellos el arresto de su hermano, que también es su abogado personal, por tráfico de influencias—, es altamente improbable que Boluarte sea removida del cargo antes de las elecciones generales de 2026, ya que el Congreso teme encender la mecha de una nueva ola de protestas callejeras y no quiere poner más presión sobre la economía.

“No veo un escenario en el que quieran vacarla. Ya son seis pedidos de vacancia que no han progresado ni siquiera de la etapa intermedia”, dijo a BNamericas José Carlos Requena, analista político y socio de la firma consultora Público.

La política peruana ha estado en constante crisis desde la renuncia del expresidente Pedro Pablo Kuczynski en marzo 2018, que se tradujo en una verdadera puerta giratoria en el Palacio de Gobierno.

Presidente	Último índice de aprobación	Fecha de salida
Pedro Pablo Kuczynski	19%	Marzo de 2018
Martín Vizcarra	54%	Noviembre de 2020
Manuel Merino	-	Noviembre de 2020
Francisco Sagasti	58%	Julio de 2021
Pedro Castillo	27%	Diciembre de 2022
Dina Boluarte	Por debajo de 10%*	En el cargo

*Aprobación por debajo del 10% desde diciembre de 2023 a la fecha

Fuente: Ipsos Apoyo

Más allá de las protestas que marcaron la destitución de Castillo y el comienzo de su administración, Boluarte ha debido lidiar con una economía que apenas va saliendo de una recesión, acusaciones de corrupción en su contra y de su círculo cercano —como las del denominado "Caso Rolex"— y un incremento de la inseguridad y la pobreza.

Si bien lo considera una posibilidad remota, Requena no descarta un nuevo proceso contra Boluarte, pero solo a partir de 2025, que es cuando la mandataria puede convocar elecciones anticipadas.

"Con una certeza de que sí o sí se realizan elecciones, habría menos 'compromisos' entre el Congreso y el gobierno de turno. Solo así se podría repetir un escenario de movimientos en la presidencia de la República. Hoy por hoy ambos poderes dependen de su buena relación", añade el analista.

El punto de inflexión para el panorama político de Perú, y tal vez para su economía, será 2026, año en el que debieran celebrarse las elecciones presidenciales. Sin embargo, los expertos advierten de la gestación de un escenario mucho más atomizado de divisiones políticas, similar al que permitió que el izquierdista Castillo ganara de forma sorpresiva en 2021.

De acuerdo con la autoridad electoral JNE, hay 28 partidos políticos oficialmente inscritos para las futuras elecciones, y otros 19 en proceso de inscripción.

El presidente del Banco Central, Julio Velarde, expresó su preocupación por esta atomización y planteó que la aparición de buenos candidatos y partidos requiere tiempo.

En este contexto, no hay voluntad entre los partidos en el Congreso para intentar remover a Boluarte y asumir la presidencia por un corto período hasta 2026, pues corren el riesgo de debilitar aún más su imagen antes de que los votantes deban acudir a las urnas.