Petrobras pone fichas en nuevas fronteras de exploración marina

Petrobras pone sus fichas en nuevas fronteras de exploración de petróleo y gas costa afuera en Brasil y el extranjero mientras desarrolla soluciones para reducir su impacto ambiental.

El martes, la compañía estatal confirmó que mantendrá el bloque colombiano Tayrona en su cartera. El activo formaba parte del programa de desinversión de Petrobras, pero su proceso de venta fue cancelado tras no presentarse ofertas vinculantes, informó la empresa de hidrocarburos en un comunicado.

En 2022, Petrobras anunció el descubrimiento de una acumulación de gas natural en Tayrona a través del pozo Uchuva-1, de 830m de profundidad y a 32km de la costa caribeña de Colombia.

La empresa planea iniciar en 2024 una campaña exploratoria en Tayrona, bloque en que Petrobras tiene una participación de 44,44% mientras el resto está en manos de la petrolera estatal colombiana, Ecopetrol.

En Brasil, Petrobras está a la espera que de la agencia ambiental federal Ibama le conceda autorización para perforar un pozo en el bloque FZA-M-59, en la cuenca Foz do Amazonas.

La plataforma ODN II, propiedad de Ocyan, perforará el pozo denominado Morpho, el cual tendrá 2.880m de profundidad y se ubicará a 160km de la costa del estado de Amapá.

Foz do Amazonas se localiza en el Margen Ecuatorial, zona ambientalmente vulnerable en que, según un ex presidente ejecutivo, Petrobras tiene una "gran campo prospectivo de petróleo" y planea invertir unos US$3.000 millones para 2027.

En la región norte, también opera bloques en las cuencas Barreirinhas, Potiguar y Pará-Maranhão.

En marzo, Petrobras lanzó una licitación con el fin de adquirir servicios de recopilación de datos socioeconómicos primarios para estudios de impacto ambiental relacionados con perforaciones en las tres cuencas.

SOLUCIONES AMBIENTALES

Petrobras está considerando adoptar una nueva solución para integrar las operaciones de exploración y producción en el Margen Ecuatorial y otras nuevas áreas fronterizas con fuentes de energía adicionales.

El denominado ecosistema energético está diseñado para incorporar soluciones que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero a largo plazo, como la energía eólica marina, el hidrógeno bajo en carbono y la captura de carbono.

Petrobras estudia en este momento la implementación de un centro de captura y almacenamiento de carbono (CCS) en asociación con otras empresas en Brasil.

El proyecto consiste en crear una infraestructura de flujo de CO2 desde sitios de captura en instalaciones industriales hasta su almacenamiento permanente en un yacimiento bajo el lecho marino. Apunta a contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas no solo por las operaciones de Petrobras sino por otros sectores, como la industria del cemento y las acerías.

Petrobras dice que ejecutará un proyecto piloto de CCS en Río de Janeiro con capacidad para capturar 100.000t/a de CO2 en la terminal de Cabiúnas, en el norte del estado.

El emprendimiento se encuentra en fase de estudio y la fecha de implementación depende todavía de análisis complementarios.

Entre tanto, la compañía trabaja en el uso de datos geológicos y geofísicos y en el desarrollo de algoritmos para reducir las incertidumbres geológicas y el número de pozos perforados y, en consecuencia, las emisiones de gases de efecto invernadero y otros impactos ambientales.