Presiones inflacionarias causan dolores de cabeza en Brasil

Las expectativas de una inflación más controlada en Brasil durante este año se van desvaneciendo día a día con el aumento de tensiones internas y externas que agravan las preocupaciones entre líderes empresariales y políticos.

“Las presiones sobre los precios del petróleo causadas por la guerra entre Rusia y Ucrania están socavando rápidamente las expectativas de inflación. Ante este escenario, es muy poco probable que el Gobierno brasileño no intervenga en la economía para controlar ciertos precios. Tenemos que reconocer que no es una situación normal, es el efecto de la guerra", dijo Andre Perfeito, economista en jefe de la corredora Necton, en conversación con BNamericas.

La inflación en Brasil ha trepado a casi 10,1% y ya echa por tierra la esperanza de que los precios bajen este año con el vigoroso ciclo de subidas de tasas implementado por el Banco Central.

Se estima que 2022 podría cerrar con una inflación de 5,65%, según la encuesta más reciente realizada por el ente monetario a 100 economistas. En comparación, a principios de este año el sondeo pronosticaba un promedio de 5,03%.

"Las expectativas de inflación en la encuesta que realiza el Banco Central están desactualizadas. Ahora es más correcto pensar que la inflación estará este año por encima del 6%", agregó Perfeito.

Si bien el año pasado los precios se vieron gravemente afectados por la pandemia del COVID-19, que golpeó las cadenas de suministro internacionales, la principal presión ahora es la guerra en Ucrania, que ha provocado rápidas alzas en las materias primas, en particular en el petróleo, pero los efectos se están extendiendo y generando más preocupación.

PROBLEMAS POLÍTICOS

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ve en la persistente presión inflacionaria una de las principales amenazas a su campaña de reelección de cara a los comicios de octubre de 2022.

Estas preocupaciones han llevado a su gobierno a revisar la política de precios de los combustibles establecida por la petrolera estatal Petrobras, que actualmente está alineada con las referencias internacionales.

“El barril [de petróleo] está en US$120, la paridad [de Petrobras] con el precio internacional está mal. Esto se está discutiendo una vez más para encontrar una solución”, indicó Bolsonaro en sus cuentas oficiales de redes sociales, donde sugirió que está estudiando el tema con sus asesores económicos.

Según los expertos, incluso con Petrobras trabajando para alinear sus precios con los niveles internacionales, en el mercado interno la gasolina  sigue alrededor de un 30% por debajo de la referencia internacional.

Ante la falta de margen político para permitir un aumento de 30% en los combustibles, Bolsonaro y sus asesores económicos están tratando de definir una estrategia para crear un fondo temporal que subsidie los precios de Petrobras y evite que el flujo de caja de la empresa se vea afectado.

Brasil es un importante productor de petróleo, pero debido a la baja calidad del crudo que produce se ve obligado a importar petróleo de mejor calidad para su mercado interno, lo que lo deja expuesto a las fluctuaciones de los precios internacionales.

AGENDA DE CONCESIONES

Las presiones inflacionarias ya no son únicamente preocupación de los líderes políticos y economistas. Ahora el sector empresarial también muestra inquietud por los impactos en sus operaciones.

Incluso los actores del segmento de infraestructura ven el aumento sostenido de los precios como un riesgo para algunos contratos de concesión vigentes y temen que la agenda de concesiones del gobierno también pueda verse amenazada.

En los últimos años, algunas empresas han devuelto sus contratos de concesión, en su mayor parte por reclamos de que la demanda proyectada no se materializó. Sin embargo, el alza de los costos ahora también se está convirtiendo en un problema importante.

"El mayor desafío para las nuevas concesiones y los contratos vigentes en la actualidad es el rápido aumento de los costos. Los materiales vinculados a la producción de asfalto han experimentado alzas de precios en los últimos 15 meses. El [costo del] cemento asfáltico ha aumentado 70% desde el comienzo de la pandemia, mientras que la inflación acumulada en el período ronda el 15%", indicó Marco Aurélio Barcelos, presidente de la asociación brasileña de concesionarias viales ABCR.

El sector del transporte ferroviario de pasajeros también se enfrenta a dificultades.

"La creciente inflación impacta los proyectos en desarrollo, ya que aumenta el costo de los equipos y los costos de construcción del proyecto pueden ser mayores que lo planificado originalmente", dijo a BNamericas Joubert Flores, presidente de la asociación de transporte de pasajeros ANPTrilhos.