¿Puede por fin el sector petrolero venezolano abrir sus puertas?

El plan del Gobierno venezolano de celebrar este año una ronda de concesiones de licencias por bloques de gas natural es, a primera vista, una señal más de que el atribulado sector de hidrocarburos del país sudamericano podría estar cambiando de rumbo.

Las exportaciones de petróleo de Venezuela promediaron 670.000b/d en el primer semestre de 2023, 15% más que en igual período del año pasado. Mientras tanto, la estatal PDVSA y sus socios están extrayendo 831.000b/d de los campos venezolanos en comparación con el promedio de 690.000b/d de 2022.

Observadores del sector atribuyen el aumento a la reanudación de una gran unidad de procesamiento de crudo y, sobre todo, a la relajación de las sanciones estadounidenses para permitir a Chevron reanudar las operaciones de sus empresas conjuntas con PDVSA.

Además, la italiana ENI y la española Repsol obtuvieron una licencia local para exportar líquidos de gas natural de su proyecto conjunto Cardón IV. Según los informes, las empresas también se están preparando para enviar volúmenes limitados de petróleo venezolano a Europa, reanudando un acuerdo de intercambio de crudo por deuda que se interrumpió en 2021 debido a la escalada de sanciones.

Según el ministro de Petróleo de Venezuela, Pedro Tellechea, PDVSA ha estado en conversaciones con Eni, Repsol y la francesa Maurel & Prom sobre su posible participación en una ronda de licencias de 2023.

“Tenemos que convertirnos nosotros en unos exportadores de gas.  Ya estamos dando los primeros pasos”, señaló durante una conferencia en Caracas.

Sin embargo, cualquier acuerdo de exportación de gas necesitaría la aprobación de Estados Unidos. En el marco actual de sanciones, se prohíbe a las compañías hacer negocios con PDVSA y enviar petróleo desde sus empresas conjuntas.

Aunque se concedió una excepción a Chevron, no está claro cómo podría responder Washington ante cualquier movimiento de las empresas europeas para ampliar el alcance de los envíos venezolanos más allá de los líquidos de gas natural.

A favor de Venezuela, hay crecientes llamados de Europa para aliviar aún más las restricciones dada la necesidad de reemplazar los suministros de energía de Rusia que se cerraron después de su invasión a Ucrania.

Pero, a pesar de la reciente flexibilidad, es poco probable que Washington ofrezca más concesiones a menos que el régimen del presidente Nicolás Maduro, denunciado como una dictadura por la Casa Blanca, acepte elecciones libres y transparentes.

"Creo que hay algunos elementos que hacen que los estadounidenses sean pragmáticos, pero dudo que Maduro vaya a ceder lo suficiente para que haya un alivio total de las sanciones", manifestó a BNamericas en una entrevista reciente Francisco Monaldi, director del programa de energía para América Latina del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice.

Si bien las elecciones están programadas para el segundo semestre del próximo año, hasta ahora Maduro no ha mostrado signos de aflojar su control del poder.

Por lo tanto, toda conversación sobre una auténtica reapertura del sector del petróleo y el gas del país solo debe tomarse en serio cuando y si se restablece la democracia.