¿Qué viene para el nuevo centro de datos de Google en Chile tras volver a planificación?

La decisión de Google de suspender su proyecto de centro de datos de US$200 millones en la capital chilena, Santiago, por preocupaciones por el consumo de agua y replantearlo por completo refleja un aspecto que se convertirá en tendencia en la industria tecnológica.

Con cada vez más frecuencia, las grandes tecnológicas están bajo intensa fiscalización de las autoridades ambientales, las comunidades y los reguladores por el uso de recursos. Esto las obligará a estar mejor preparadas al momento de diseñar los proyectos y solicitar permisos, según fuentes del mercado consultadas por BNamericas.

En febrero, un tribunal ambiental chileno ordenó detener la construcción del centro de datos en el municipio de Cerrillos para que se puedan realizar modificaciones al proyecto y adaptarlo al cambio climático.

Esa decisión anuló parcialmente una aprobación previa del proyecto por parte de la agencia de revisión ambiental SEA.

Google presentó por primera vez su solicitud ambiental para el proyecto Cerrillos en julio de 2019. El SEA le dio luz verde en febrero de 2020, según documentos en la base de datos de la agencia.

El tribunal concluyó que el SEA había realizado una evaluación deficiente del impacto de la iniciativa sobre el acuífero central de Santiago. La iniciativa también había generado protestas de grupos de habitantes y comunidades aledañas.

En medio de este tira y afloja, la semana pasada Google decidió volver a empezar de cero con el proyecto. En lugar de refrigeración por agua, el grupo tecnológico planea ahora utilizar refrigeración por aire.

De acuerdo con la empresa y según informan agencias de noticias, “en su debido momento se iniciará desde cero un nuevo proceso para un proyecto que utilizará tecnología de refrigeración por aire en este mismo lugar”.

REGULACIÓN Y DISEÑO

Una fuente de la industria de construcción de centros de datos que habló bajo condición de anonimato cree que Google cometió errores en la planificación y diseño del proyecto.

Según el ejecutivo, las etapas de aprobación ambiental de proyectos en Chile son tradicionalmente burocráticas y rigurosas, pero el escrutinio se ha endurecido en el último tiempo y Google, como mínimo, “calculó mal” al no anticiparse y prepararse en consecuencia.

La fuente cree que, pese a todos los retrasos, la compañía seguirá adelante con lo que sería su segundo centro de datos en Chile.

Una segunda fuente, también bajo condición de anonimato, dijo a BNamericas que tanto su empresa como otras del segmento de centros de datos han estado recibiendo gran presión de inversionistas y clientes para estructurar cuidadosamente los proyectos desde la perspectiva ambiental y evitar crear espacio para objeciones como las que enfrenta Google en Cerrillos.

“El tema del dimensionamiento de los recursos ambientales en la planificación de los centros de datos ha crecido de forma clara y ha adquirido otro nivel de importancia”, sostuvo el ejecutivo.

En Chile, el centro de datos de Google en Quilicura, Santiago, el primero de la compañía en América Latina, consumió 105 millones de galones (397 millones de litros) de agua potable en 2023, poco más que los 104 millones de galones reportados del año anterior, según el último informe de sostenibilidad de Google.

El consumo de agua se informa como la diferencia entre la extracción y la descarga de agua y las métricas no incluyen agua de mar.

En general, las operaciones globales de Google, incluidos no solo los centros de datos, consumieron 6.350 millones de galones el año pasado, frente a los 5.560 millones de 2022 y los 4.560 millones de galones de 2021. Las cifras de 2022 se revisaron al alza.

URUGUAY

Google también tuvo problemas relacionados con cuestiones ambientales con un centro de datos en Uruguay.

Tanto en el caso chileno como en el uruguayo, esto provocará retrasos significativos en los proyectos, anunciados originalmente hace cuatro años.

En Uruguay, el Ministerio de Ambiente aprobó recién en julio una versión modificada del proyecto de centro de datos Teros de Google en el departamento de Canelones, que se había hecho público por primera vez en 2020. La iniciativa debió ser reformulada en 2023 tras preocupaciones por el uso del agua, entre otros temas.

La iniciativa modificada presentada el año pasado implicó la instalación de un centro de datos en lugar de los dos originales, lo que reducirá la capacidad a un tercio de lo inicialmente propuesto.

Tras superar esos obstáculos regulatorios, Google inició la construcción del proyecto Teros, valorado en US$850 millones, el mes pasado.