Repunte de perforaciones costa afuera enmascara problemas de Colombia en petróleo y gas

El número de equipos de perforación de hidrocarburos de Colombia aumentaría levemente en los próximos tres meses porque nuevos proyectos costa afuera compensarían el estancamiento de la actividad terrestre.

Sin embargo, el sector está lidiando con problemas más generales que amenazan la seguridad energética del país a corto plazo.

Primero, las buenas noticias.

En su último informe mensual, la cámara del rubro Campetrol identificó 109 equipos activos en el país en mayo, frente a los 110 de abril.

La cifra va en camino de mantener su estabilidad en junio antes de llegar a 110 en julio y agosto.

"Este incremento prevé un crecimiento leve en el despliegue de equipos de perforación. En cuanto a los taladros de reacondicionamiento, se espera que logren consolidarse en 77 durante los próximos tres meses", dijo Campetrol, que representa a 140 empresas especialistas de equipos y servicios petroleros.

Agregó que lo más destacado fue el inicio de la actividad de perforación en el pozo de aguas profundas Uchuva 2, del bloque Tayrona, en manos de la petrolera estatal colombiana, Ecopetrol y su homóloga brasileña, Petrobras.

Las compañías han indicado que también perforarán el cercano pozo Buena Suerte durante las próximas semanas.

En otras zonas de las aguas caribeñas de Colombia, Ecopetrol y Occidental Petroleum comenzarían este año a perforar el prospecto Komodo en su bloque de riesgo compartido Col-1.

Además, Ecopetrol y su socio Shell avanzan en los planes para desarrollar descubrimientos de gas en los bloques marinos Col-5, Fuerte Sur y Ángel Púrpura.

"Estas acciones demuestran un enfoque estratégico hacia el desarrollo en el área marítima del Caribe colombiano, la cual posee un considerable potencial exploratorio", indicó Campetrol.

A pesar de los avances costa afuera, la industria del petróleo y el gas de Colombia está lidiando con una caída de la inversión general y de las reservas en medio de la falta de grandes descubrimientos.

Según nuevos datos del Banco Central, la inversión extranjera directa (IED) sectorial sufrió una baja interanual de 28% en el primer trimestre, a US$575 millones.

La participación del petróleo y el gas en la IED de Colombia cayó cuatro puntos porcentuales en el mismo período, a 16%.

Pero la disminución de la entrada de capitales solo cuenta una parte de la historia.

En mayo, la agencia de hidrocarburos ANH dijo que las reservas probadas de petróleo del país bajaron de 2.074 millones de barriles (Mb) en mayo de 2023 a 2.019 millones de barriles (Mb) en igual mes de 2024. Mientras tanto, la cifra del gas natural cayó de 2,82 billones a 2,37 billones de pies cúbicos.

La autosuficiente en volúmenes reflejan un descenso de 7,5 a 7,1 años para el petróleo y de 7,2 a 6,1 años para el gas en la misma comparación.

Tal escenario ha llevado a las autoridades a advertir sobre una inminente escasez de gas natural.

Según el CEO de Ecopetrol, Ricardo Roa, el país enfrentará un déficit gasífero de 83.000 millones de BTU al día en 2025.

Observadores de la industria culpan del panorama actual a las políticas gubernamentales diseñadas para dejar que Colombia utilice combustibles fósiles, incluida la decisión de dejar de conceder licencias de exploración y aumentar los impuestos a los productores.

Mientras tanto, el presidente Gustavo Petro ha implorado públicamente a Ecopetrol que abandone su modelo de negocio tradicional para centrarse en la energía limpia.

Corren tiempos preocupantes para el sector hidrocarburífero de Colombia. Y cuando restan más de dos años del mandato de Petro, la lucha está lejos de terminar.