¿Se está estancando la descarbonización del sector petrolero en Latinoamérica?

La Encuesta Petróleo y Gas 2024 de BNamericas arroja luz sobre el surgimiento de una tendencia sorprendente en la transición energética limpia de América Latina.

Por primera vez desde que se introdujo la pregunta en la encuesta anual hace cuatro años, se produjo un descenso en el porcentaje de entrevistados que predijeron un mayor gasto en descarbonización.

Un 44% de los participantes en el sondeo afirmó que preveía un incremento del gasto en este ámbito, frente al 60% de la encuesta de 2023.

Mientras tanto, la parte que pronostica una menor inversión en descarbonización durante el próximo año pasó de 5% a 9%.

Estas cifras plantean una pregunta obvia: ¿la transición energética tardará más de lo que se pensaba?

Uno de los encuestados, gerente comercial de un proveedor de equipos para la industria petrolera, no tenía ninguna duda de que el abandono de los combustibles fósiles en la región seguía en sus primeras fases.

“El mercado de petróleo y gas aún necesita inversiones, y la transición será lenta en América Latina en comparación con otros países desarrollados”, dijo el entrevistado.

En paralelo, la proporción de quienes creen que la demanda máxima de petróleo llegaría antes de 2030 cayó de 62% a 56%. En tanto, un 38% pronostica que se daría en la década de 2030, frente a un 29% del año pasado.

La perspectiva más sobria del gasto en descarbonización probablemente tenga más que ver con principios económicos básicos que con cualquier esfuerzo concertado para resistirse a la inevitable transición a la energía limpia.

Un factor influyente podrían ser las sólidas proyecciones de demanda de hidrocarburos a corto y mediano plazo, mientras surge una preocupación de que los niveles actuales de inversión no sean suficientes para garantizar el suministro energético en el futuro.

Otro es la sensación de que las empresas de petróleo y gas deben actuar ahora para evitar quedarse con miles de millones de dólares en activos estancados.

“El capital es finito y las compañías ahora asignarán recursos a áreas que tengan más sentido desde una perspectiva comercial”, señaló el socio principal de una firma consultora de petróleo y gas.

También existe la teoría, según un operador, de que la inversión en descarbonización ha crecido tan rápidamente en los últimos años que era inevitable un período de estabilización.  

Aun así, los actores del sector hidrocarburífero se muestran cautelosos a la hora de ir demasiado contra la corriente por temor a incumplir los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) establecidos por la banca y otros financistas.

En este sentido, existe un deber de cuidado por parte de los gobiernos y de los reguladores de garantizar que se logre un equilibrio entre la seguridad energética y la responsabilidad socioambiental.

“La exploración y la explotación de recursos naturales deben de ir junto con una política de prevención al ambiente”, indicó un ejecutivo de ingeniería de un operador independiente.

Para acceder al Informe de Inteligencia Encuesta Petróleo y Gas 2024: Resiliencia ante el cambio, haga clic aquí.