¿Se le acaba el dinero a México para proyectos de infraestructura?

El plan del presidente saliente de México, Andrés Manuel López Obrador, de poner fin al fideicomiso que financió el megaproyecto Tren Maya y redirigir sus fondos ha generado inquietud entre consultoras y abogados, según información recabada por BNamericas.

La semana pasada, López Obrador presentó al Congreso un proyecto de ley para redireccionar los fondos provenientes de las tasas que pagan los turistas extranjeros al ingresar al país. Estos fondos se destinaban al fideicomiso del Tren Maya, pero en virtud de la iniciativa se asignarán a empresas bajo la administración de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) para financiar “diversas actividades y necesidades”.

Entre esas actividades se encuentra la gestión y promoción de la red de aeropuertos que operan las Fuerzas Armadas, incluido el flamante aeropuerto internacional de Tulum, donde aún quedan algunas obras pendientes.

REACCIÓN DE EXPERTOS LOCALES

La terminación del fideicomiso y la redirección de fondos podría dejar al Tren Maya desprotegido y sufrir problemas operativos, según Víctor Hugo Martínez Rendón, consultor independiente que trabajó en el proyecto.

“El Tren Maya sí tiene un fideicomiso para poderlo apoyar, dado que por sí solo los ingresos que obtiene por el viaje de cada pasajero no son suficientes para la administración y operación de dicho proyecto. Entonces se está subsidiando hasta que pudiera ser autorentable”, dijo a BNamericas.

“Los aeropuertos, en especial el de Tulum, que no está concluido en su fase final, necesitan muchos subsidios. Yo pienso que no hay dinero para concluir los dos proyectos”, señaló, en referencia al aeropuerto de Tulum y al Tren Maya.

Los proyectos emblemáticos de infraestructura construidos por la administración de AMLO, incluido el Tren Maya, seguirán necesitando una cantidad considerable de recursos, según Juan Carlos Machorro, socio del despacho de abogados Santamarina + Steta y experto en infraestructura.

“No alcanzan su punto de equilibrio y no van a alcanzar a tener utilidades. No son proyectos que financieramente hayan sido determinados desde un inicio como financieramente viables o exitosos. Más bien se van a tener que seguir invirtiendo recursos en echarlos a andar, en operarlos, en mantenerlos y muy probablemente durante un largo trecho en subsidiarlos”, comentó a BNamericas.

El 1 de octubre, Claudia Sheinbaum, también miembro del partido gobernante Morena, asumirá el cargo de presidenta.

Su administración iniciará con un déficit presupuestario de 6%, uno de los mayores en la historia reciente del país, puntualizó Machorro, y agregó que la situación política actual no ayuda a la salud de la economía ni a las finanzas públicas.

“Me queda ciertamente la preocupación de los recursos que se van a requerir para este rubro de infraestructura y otros rubros de la economía incluyendo los planes de apoyo de carácter social, temas de salud, temas de seguridad, temas de educación. Porque con las medidas que está adoptando este gobierno de salida y que está recibiendo el gobierno de entrada, como es el tema de la reforma judicial y la desaparición de órganos autónomos y demás, lejos de atraer inversiones, se van a ahuyentar inversiones. Si no hay crecimiento no va a haber recursos”, advirtió.