¿Una mayor inflación empujará al Banco Central de Brasil a modificar la tasa de interés?

La inflación en Brasil muestra una aceleración y la pregunta es si el Banco Central responderá con una subida de tasas.

El índice local de inflación IPCA escaló a 4,50% en los 12 meses cerrados en julio, por encima del 4,23% del dato anualizado mensual anterior, según la agencia de estadísticas IBGE.

La meta inflacionaria definida por la entidad para este año es de 3%, con un rango de tolerancia de 1,50-4,50%.

El pronóstico de inflación del mercado para 2024 aumentó del 4,12% de una semana antes a 4,20%, según la encuesta semanal del instituto emisor a 100 economistas publicada el lunes.

“Lo que está generando presión en este momento es la inflación del sector de servicios. Esta inflación genera presiones siempre que haya un mercado laboral ajustado, que es el caso en el escenario actual”, dijo a BNamericas Luciano Rostagno, estratega jefe de EPS Investimentos.

“La inflación de los servicios está empezando a demostrar impacto en la inflación de los bienes, y tenemos que evaluar también cómo se comportará el real brasileño frente al dólar estadounidense. Si vemos una depreciación de la moneda local en los próximos meses, que potencialmente generaría más presión inflacionaria, es posible que el Banco Central suba las tasas de interés este año, aunque no es el escenario base”, explicó Rostagno.

A fines de julio, el comité de política monetaria (Copom) del Banco Central ratificó la tasa de referencia Selic en 10,5% y anunció que no descarta alzas si continúan las presiones sobre los precios.

Debido a la inflación y las preocupaciones fiscales, el Copom puso fin en mayo a su último ciclo de flexibilización monetaria, iniciado en agosto de 2023 con la tasa Selic en 13,75%.

Otro factor de riesgo es que en los últimos meses los niveles de lluvia han sido inferiores al promedio, lo que ha afectado la generación hidroeléctrica, que constituye una parte importante de la matriz energética del país. Esto ha llevado al gobierno a solicitar a las grandes industrias que reduzcan el consumo de energía para no recurrir a las centrales termoeléctricas de mayor costo.

“El uso de plantas térmicas, de ser necesario, aumenta automáticamente el precio final de la energía, lo que golpea principalmente a las grandes industrias”, dijo a BNamericas Janaina Donas, presidenta de la asociación del aluminio ABAL.