Blue Sky tiene la llave para el autoabastecimiento de uranio en Argentina

La canadiense Blue Sky Uranium busca convertirse en proveedor del metal radioactivo para la producción de combustible nuclear en Argentina, de modo que el país deje de importar un producto que posee en abundancia.

Parte de la firma especialista en exploración Grosso Group, Blue Sky está impulsando el proyecto de uranio y vanadio Amarillo Grande, hoy en fase exploratoria avanzada en la sureña provincia de Río Negro.

El desarrollo del depósito Ivana del proyecto y la construcción de una planta con capacidad para producir 1,5 millones de libras anuales de óxido de uranio se financiaría en gran parte a través de un acuerdo suscrito con Corredor Americano, filial petrolera del holding Corporación América, a cambio de una participación de hasta 80% de la primera etapa de Amarillo Grande.

BNamericas conversa con Guillermo Pensado, vicepresidente de exploración de Blue Sky, sobre la minería del uranio, la escasez del mineral y el auge de los reactores nucleares.

BNamericas: ¿Por qué iniciarán el proyecto Amarillo Grande con el depósito Ivana?

Pensado: En 2006, la empresa descubrió un distrito importante de uranio de más de 100km de largo y sobre los 30km de ancho en Río Negro, al que llamó Amarillo Grande. Cuando me incorporé en 2016 nos enfocamos en encontrar un depósito que fuera viable económicamente y, así, descubrimos Ivana, que es de baja ley y arenas superficiales, lo que permite producir a bajo costo. Sus arenas prácticamente sueltas, poco compactadas en la superficie y con una profundidad de hasta 25-30m nos permiten dar el puntapié inicial al distrito.

BNamericas: ¿Cómo comprobaron que será una operación competitiva?

Pensado: En 2017, cuando comenzamos con la idea, el precio del uranio estaba en US$20/lb, entonces, nos planteamos hacer un proyecto competitivo. Hicimos el primer estudio económico preliminar [PEA] en 2019 para demostrar la viabilidad, pero luego la pandemia retrasó el desarrollo.

Entre 2022 y 2023 retomamos el programa de perforaciones para actualizar el PEA y el precio ya estaba en alrededor de US$80/lb. Aunque la inflación post COVID afectó los costos y la inversión necesaria, el nuevo PEA igualmente demostró la fortaleza económica de Ivana y comprobamos que se trata del mayor depósito de uranio descubierto en los últimos 40 años en Argentina.

BNamericas: ¿Qué tan importante ha sido la minería de uranio en Argentina? 

Pensado: Argentina produjo uranio desde la década del cincuenta hasta 1997 y llegó a tener siete centros productivos, pero, por decisiones políticas y económicas, dejó de producir. Actualmente, pese a tener tres reactores nucleares, importa el 100% del uranio concentrado para producir su propio combustible nuclear. Este proyecto permitirá al país recuperar el autoabastecimiento de uranio para combustible nuclear y para eso buscamos socios estratégicos.

BNamericas: ¿Por qué eligieron a Corredor Americano?

Pensado: Pertenece a Corporación América, uno de los grupos económicos más importantes del país. Tiene diversos rubros importantes, como petróleo y gas, y querían diversificar el sector minero, considerando que la combinación de minería, uranio y energía era una buena opción. Tienen el know-how de la prospección, exploración y geología y son especialistas en crear negocios energéticos en Argentina. Firmamos el acuerdo para avanzar en esta alianza estratégica.

BNamericas: En la COP 29, varias naciones se comprometieron a triplicar la capacidad nuclear mundial de aquí a 2050, lo que incrementaría exponencialmente la demanda global de uranio. ¿Tienen previsto exportar la producción de Ivana?

Pensado: Ivana es el primer descubrimiento de un distrito con muchos blancos de exploración y la idea después es aumentar los recursos y extender la vida útil de la mina. Solo con la mitad de la producción de esta unidad económica podremos cubrir la demanda local. Por ley, Argentina tiene que entregar la primera opción de compra del mineral al abastecimiento local.

Es muy caro para Argentina comprar concentrado de uranio por temas de transporte, seguridad y logística. El país tiene la capacidad para cubrir la demanda interna de sus reactores nucleares y exportar combustible nuclear o concentrado. Río Negro está a 100km de un puerto para salir a los mercados internacionales, la demanda de uranio es alta y el déficit, grande. Además, este desbalance se irá incrementando en la medida que se construyan más reactores en el mundo.

BNamericas: ¿Está Río Negro preparada para la minería de uranio a gran escala?

Pensado: Río Negro tiene mucho conocimiento del desarrollo de recursos naturales, de la minería no metalífera [produce yeso, bentonita, diatomita, caliza, etc.] y metalífera [oro, plata, hierro, etc.]. Tiene un importante sector de petróleo y gas y fue la primera en validar el [régimen de incentivo a las grandes inversiones] RIGI para un proyecto de exportación de GNL de [la formación geológica] Vaca Muerta, que saldrá por un puerto de la provincia.

Además, tiene alta experiencia en energía nuclear. Posee el Instituto Balseiro, una escuela de ingenieros nucleares de excelencia cuyos alumnos, antes de graduarse, ya son solicitados del extranjero. Tiene un reactor de investigación y a Invap, una empresa desarrolladora de tecnologías nucleares que ha vendido reactores a todo el mundo y controla una planta piloto para enriquecimiento de uranio [Complejo Tecnológico Pilcaniyeu].

Argentina es de los pocos países que se sienta a la mesa de la energía nuclear mundial por su trayectoria y profesionales. Hace poco fue reelecto el argentino Rafael Grossi como director de la Organización Internacional de Energía Atómica. La nación tiene la capacidad de controlar cada eslabón de la cadena de valor nuclear, cuyo circuito es muy sofisticado. Nosotros solo haremos lo más simple: producir uranio.

BNamericas: La minería de uranio genera preocupación ambiental por su relación con componentes y residuos radioactivos. ¿Cómo gestionarán estos aspectos?

Pensado: El proyecto Ivana es prácticamente un trabajo de remediación ambiental, porque son arenas que contienen uranio y que están en la superficie en contacto con el ambiente. Lo que haremos es sacar el uranio de las arenas y devolver las arenas a su lugar, sin hacer daño. No se precisan perforaciones ni voladuras para hacer el minado.

El proceso consiste en hacer el preconcentrado con un tamizado para sacar el uranio y, después, esto se lleva a una liquidación en tanques para separar el uranio y el vanadio de la solución. Finalmente, las arenas son puestas prácticamente limpias de vuelta en la cantera mediante un proceso de remediación que ya está previsto en nuestro PEA.

BNamericas: Con respecto a la presencia de vanadio, ¿lo producirán como subproducto?

Pensado: Exactamente. La planta considera procesar el uranio, que irá absorbiendo el vanadio también presente en las arenas, que es vanadato de uranio. Luego, con un proceso de disolución, se realiza la separación para obtener el vanadio en solución. Argentina importa todo el vanadio que usa para endurecer los aceros, sobre todo en la industria del petróleo y gas para las operaciones de Vaca Muerta. Tenemos la intención de producir vanadio como subproducto del uranio para abastecer al mercado argentino.

BNamericas: ¿Qué dificultades han enfrentado en la exploración de Ivana y cómo han logrado obtener muestras de calidad desde arenas sueltas?

Pensado: Los desafíos de exploración se relacionan justamente con trabajar en arenas sueltas. Como vicepresidente de exploración, mi objetivo es que la calidad de la muestra sea la más alta posible para darle sostenibilidad al proyecto. Al contrario de los programas de exploración que se realizan en roca, cuyo mayor desafío es encontrarse con rocas muy duras donde cuesta perforar, aquí es al contrario, porque todo es muy blando. Pero logramos un modelo de perforación muy acertado para el depósito y desarrollamos una nueva experiencia.

BNamericas: Los depósitos Santa Bárbara y Anit también forman parte de Amarillo Grande. ¿En qué etapa se encuentran?

Pensado: El distrito se descubrió por Santa Bárbara, y después se identificaron Anit e Ivana, siendo este último el que demostró mayor potencialidad para transformarse en un proyecto productivo. Seguimos con programas de exploración para analizar cuál será el siguiente depósito. Nuestro proyecto apunta a un distrito similar a uno que está en Kazajistán, el primer productor de uranio del mundo. Ese país tiene una geología similar a la nuestra, posee nueve minas en operación y produce alrededor del 50% del uranio del mundo. Su mayor mina es 10 veces más grande que Ivana, pero a Kazajistán le llevó décadas llegar al punto donde está hoy. Ahora nosotros tenemos ese trabajo por delante.

BNamericas: De los demás proyectos de uranio de Blue Sky, como Corcovo, Chihuidos, Sierra Colonia, Tierras Coloradas o Cerro Parva, ¿cuál tiene mayor potencial o probabilidad de desarrollarse?

Pensado: En Chubut, Sierra Colonia es un proyecto con mucho potencial, pero está en una provincia con desafíos sociopolíticos para desarrollarlo. Ahí estamos esperando el momento oportuno para avanzar. En la cuenca de Neuquén y la provincia de Mendoza, Corcovo y Chihuido están en proceso, con un programa de exploración para identificar depósitos de uranio susceptibles de recuperación in situ (ISR), que se destacan por su bajo costo operativo. La mayor producción de uranio del mundo viene de este tipo de depósitos. Si bien esto lleva tiempo e inversión, ya empezamos a desarrollar las áreas que en el futuro podrían reemplazar a Amarillo Grande.