"Combatir la corrupción está más en las manos del sector privado"

A punto de cumplir siete años, el operativo anticorrupción más grande realizado en América Latina, Lava Jato, podría estar llegando próximamente a su fase final.

Lanzada en marzo de 2014, la operación que sacudió al establishment político y empresarial de la región con condenas para varias figuras de alto nivel, está hoy bajo una creciente presión política en Brasil.

BNamericas conversa con Carlos Fernando dos Santos Lima, uno de los fiscales más prominentes del grupo de trabajo de Lava Jato, acerca del impacto que ha tenido en la cultura empresarial y el legado que dejará cuando finalice.

Según Lima, quien dejó la Fiscalía en 2018 y actualmente es abogado y consultor especializado en cumplimiento, el sector privado tendrá ahora un papel más importante en Brasil en lo que se refiere al combate de la corrupción.

A continuación, los principales extractos de la entrevista.

BNamericas: Lava Jato cumplirá siete años en marzo. ¿Qué tan cerca estamos del cierre de la operación?

Lima: Puedo responder a eso entregando contexto.

Lava Jato comenzó en la Fiscalía de Curitiba [capital del estado de Paraná] y se fue desarrollando hasta alcanzar su punto máximo, con investigaciones en varios estados.

Después de un tiempo, todas las investigaciones tienen que terminar. Hay un ciclo que tiene que terminar y creo que vamos llegando al final de este ciclo.

Sin embargo, hay que enfatizar que la operación Lava Jato ha tenido grandes barreras, incluso una feroz oposición del actual fiscal federal jefe, quien se ha mostrado reacio a garantizar la independencia de la operación.

Esto ha planteado dificultades a todos los principales grupos de trabajo que existen en el país, en Río de Janeiro, en São Paulo y en Brasilia. No solo afecta a Lava Jato, afecta a otras operaciones dirigidas por fiscales para combatir la corrupción, como la operación Greenfield [investigación lanzada en 2016 para investigar presuntas irregularidades con fondos de pensiones].

Esta intervención en las investigaciones interrumpe un proceso que podría descubrir nuevas irregularidades. En particular, creo que las investigaciones en Río de Janeiro que realizan los fiscales todavía tienen mucho que ofrecer.

BNamericas: Lava Jato ha adquirido relevancia internacional tras llegar a dirigentes empresariales y líderes políticos en Latinoamérica. ¿Qué países de la región realmente han avanzado con las investigaciones?

Lima: Siempre es difícil hacer una valoración completa, ya que cada país tiene su propia legislación específica. Pero, en general, Perú es un país donde las investigaciones han avanzado tremendamente, con resultados concretos contra quienes cometieron irregularidades.

En la región, yo diría que solo Perú avanzó realmente, en comparación con Brasil, en cuanto a investigaciones y sanciones asociadas a Lava Jato.

BNamericas: Lava Jato ha logrado condenas para casi 200 personas y la restitución de miles de millones de dólares a las arcas públicas en multas. ¿La operación realmente logró destapar todas las irregularidades que cometieron los grandes conglomerados?

Lima: Siempre es muy difícil tener una idea del valor total que genera una trama de corrupción. Creo que Lava Jato logró descubrir una parte significativa de las actividades corruptas cometidas.

Pero debemos recordar que la corrupción mayor es endémica, tiene varios niveles y, en ocasiones, las autoridades se ven obligadas a investigar los casos de corrupción más grandes mientras que otros pasan inadvertidos.

Lo que dificulta calcular el valor total de una trama de corrupción es que supone asuntos complejos. La corrupción no es solo el acto de pago de sobornos, sino que a veces está detrás de la concepción de todo un negocio.

Un ejemplo es la creación de [la constructora de plataformas] Sete Brasil. Para mí, ese negocio nació para ser un negocio fraudulento, no tenía ningún razonamiento económico detrás.

Por esta razón, no es posible llegar a un valor total del fraude asociado a la corrupción, pero se puede decir que pudimos detectar los fraudes más grandes que se cometieron.

Esto comenzó con [la petrolera estatal] Petrobras, pero hemos descubierto que la construcción de estadios de fútbol para el Mundial y los Juegos Olímpicos, el metro de São Paulo, entre otros proyectos, se utilizaron para financiar el sistema político.

BNamericas: ¿Ve ahora empresas realmente comprometidas con el combate a la corrupción y la creación de una sólida estructura de cumplimiento?

Lima: Hoy se ha vuelto muy difícil operar en Brasil con el impacto de Lava Jato y las empresas son conscientes de esto. Especialmente las que estuvieron involucradas en las investigaciones se lo están tomando en serio.

[El conglomerado local de construcción] Odebrecht lo está haciendo [creó una política de cumplimiento más amplia]. Hoy las empresas se dieron cuenta de que no hay forma de tener un departamento de cumplimiento de un lado y del otro una sala donde se negocie el pago de sobornos. Tuvieron que reinventarse.

Incluso los municipios están avanzando. Hace poco vi una noticia de que el municipio de Maringá [del estado de Paraná] implementó reglas de cumplimiento para compras públicas de más de 1 millón de reales (US$183.150).

BNamericas: ¿Cuál es el papel del sector privado en la lucha contra la corrupción?

Lima: Creo que hoy la lucha contra la corrupción está más en manos del sector privado que del sector público.

En el sector público estamos viendo un desmantelamiento de las investigaciones, pero los privados se han dado cuenta de que, cuando hay corrupción, son el sector que más sufre. Algunas empresas involucradas en corrupción han tenido problemas para sobrevivir y se han dado cuenta de que las situación puede ser muy difícil para ellas.

BNamericas: Brasil tiene numerosos proyectos de concesión en el área de infraestructura. ¿Cómo ve los riesgos asociados en cuanto al cumplimiento y a eventuales casos de corrupción?

Lima: Las concesiones y la llegada del sector privado ayudarán a sanear el entorno empresarial. Los inversionistas extranjeros que participen en una concesión, incluso a través de un consorcio, tendrán que preocuparse por las normas anticorrupción de EE.UU., de Europa, de modo que cuando ingresen aquí deberán analizar el activo con extremo cuidado.

La participación privada ayuda a limpiar el entorno empresarial.

Tenemos un ejemplo histórico de esto. Hace varios años [en 2000] el banco Itaú compró el banco estatal de Paraná mediante un proceso de privatización.

Después de que Itaú asumiera el control del banco estatal, detectaron operaciones de cambio de divisas no convencionales en una sucursal del banco en Nueva York. Itaú detectó esto, envió la información a las autoridades y fue posible descubrir muchas tramas de corrupción de operaciones ilegales con divisas.

En otras palabras, una agenda de privatizaciones y concesiones tiende a crear eventos como este, con empresas privadas que toman control de activos e informan a las autoridades si hubo problemas en el pasado. Para las empresas que están adquiriendo estos activos, no tiene sentido mantener este tipo de riesgo sin informar.

Creo que, desde cualquier perspectiva ideológica, las privatizaciones son un aspecto muy importante para el país, porque necesariamente reducirán la corrupción pública. La privatización de los servicios públicos, principalmente los que no son esenciales, es importante para nosotros para reducir la corrupción.

BNamericas: La apertura del sector de saneamiento debiera atraer grandes inversiones privadas. ¿Qué vulnerabilidades deberán enfrentar los inversionistas privados para operar en este sector, dada la llamada política regional, que supone estrechas relaciones entre alcaldes y gobernadores?

Lima: El sector de saneamiento ha estado históricamente vinculado a lo que llamamos corrupción minorista, que incluye asignación de cargos en empresas y en el sector a personas de la política local.

En cuanto al cumplimiento, el saneamiento es un sector sensible. Los inversionistas que vayan a ingresar a este sector deberán realizar una investigación interna muy rigurosa.

BNamericas: ¿Cree que en el futuro haya un escándalo de corrupción tan grande como el de los contratos de Petrobras?

Lima: Tenemos que considerar que pocas empresas tendrán el poderío económico de mercado para promover la corrupción de forma tan amplia y sistemática como Petrobras. No creo que se repita nada de esta envergadura.

Lo que siempre ocurrirá es corrupción a mediana escala, pero me gustaría recordarles que todavía tenemos problemas que aún no se han resuelto por completo.

Por ejemplo, los contratos pasados de [la eléctrica estatal] Eletrobras. Sé que hay un plan para privatizar la empresa en algún momento, pero cualquier inversionista que evalúe esta empresa tendrá que hacer una investigación interna importante.