Cómo la industria eólica mexicana quiere aprovechar el actual "momento crucial"

La industria eólica mexicana aún mantiene la esperanza de que la agencia reguladora energética CRE y el Gobierno Federal entreguen permisos y destraben un portafolio de proyectos de 10GW. Sin embargo, el panorama sigue siendo complicado. 

El año pasado, México solo construyó 70-80MW en proyectos de energía renovable, dice Gerardo Pérez Guerra, vicepresidente de EDF Renewable Energy y titular de la asociación local de energía eólica Amdee desde el 8 de septiembre, en esta entrevista con BNamericas.

Pérez también se refirió al fenómeno del nearshoring y por qué la actual coyuntura es crucial para la industria.

BNamericas: ¿Cómo recibió la asociación?

Pérez: Yo soy miembro de Amdee prácticamente desde que me integré en la empresa que dirijo hoy, hace nueve años. Conozco bien el sistema eólico y la historia del sistema desde el principio, hace alrededor de 20 años, cuando iniciamos con los primeros proyectos en Oaxaca. 

Conozco bien el sistema y la situación, principalmente desde los aspectos sociales, que son muy importantes, hasta todo el desarrollo de un proyecto, desde la investigación hasta la conclusión.

¿Cómo recibo a Amdee? La recibo un poco, no quiero decir apagada, pero sí muy detenida porque durante estos últimos cuatro o cinco años, por diversas razones —tanto por temas del tipo regulatorio, ideológico y de la pandemia— se ha detenido todo el proceso de desarrollo de proyectos. No ha habido permisos, no ha habido respuestas, no ha habido incluso apertura a cambios, se detuvo todo. 

De estos cinco años, quizás tres fueron por el tema de la pandemia porque la CRE detuvo todo su proceso. Y ahora lo que se ha retomado avanza muy lento y es para recuperar esos años perdidos. 

Yo recibo a la Amdee hoy un poco deprimida, en el sentido de que no hemos podido avanzar en todos los planes que traíamos. Traíamos alrededor de 10.000MW por instalar, de los cuales 5.000MW estaban ya, digamos, en una etapa más madura. No quiero decir ya listos para entrar en operación mañana, pero sí en una etapa mucho más madura, que a lo mejor en un proceso de un año se podrían haber metido a terminar de construir y conectarse a la red. 

En el último año solamente se construyeron 70MW o 80MW, que no es nada. El último fue un parque que ya estaba terminado y que realmente se pudo conectar, pero es lo único. Estamos hablando de que hubiéramos podido subir por lo menos en el último año 800MW o 1.000MW, y pues no se ha podido por una u otra razón.

BNamericas: Sabemos que la CRE tiene muchos proyectos renovables detenidos, pero a mediados de septiembre del año pasado destrabó unos cuantos permisos. ¿Tienen esperanza de que eso suceda este año? ¿Todavía ven la posibilidad de arrancar algún proyecto entre este año y el siguiente? 

Pérez: Por supuesto. Estoy seguro de que si hoy se dieran esas oportunidades que menciona, la industria se aplicaría de forma inmediata a terminar lo que tenga que hacer de proyectos y, por supuesto, sería un motivador muy grande para las empresas poder —vamos a decir— reiniciar toda su estrategia y todo su trabajo.

BNamericas: Su antecesor, Leopoldo Rodríguez Olivé, dijo que había 10GW en proyectos eólicos listos para arrancar, aunque necesitaban los permisos de la CRE. ¿Nos puede hablar de estos proyectos?

Pérez: Nosotros estamos compuestos de tres grupos. Uno de ellos es el grupo de los generadores, que se dedica a producir la energía y a venderla. El otro es el grupo de los fabricantes de equipos. Y el otro grupo es el de los desarrolladores y prestadores de servicios.

En el grupo de generadores tenemos a todas las empresas más grandes del mundo. Tenemos empresas italianas, españolas, francesas, alemanas, que están con un muy alto porcentaje de esos proyectos. Vamos a decir que, de esos 10.000MW, probablemente 6.000MW vienen de ellos. Y los otros 3.000-4.000MW vienen de los desarrolladores, cuya labor es encontrar la oportunidad y después poder encauzar el proyecto con algún generador que se quede con él o con algún fondo.

BNamericas: ¿Y dónde se ubican?

Pérez: Entre Oaxaca y Veracruz, en el istmo. Se podrían considerar unos 800MW o 900MW más de potencial ahí. Pero no tenemos forma de evacuar la energía. O sea, la red de transmisión está saturada. 

Había un proyecto de red de corriente directa y justo se cancela en 2019-2020. Y esa red iba a tener la posibilidad de transmitir hasta 3.000MW. Entonces, con eso se le daba cabida a muchos proyectos, incluidos proyectos de la propia [energética estatal] CFE y de [la petrolera estatal] Pemex, que eran parte de un plan original, que se llamaba la segunda temporada abierta.

Se estaban haciendo como unos 2.000MW, de los cuales la mitad era entre privados y la otra mitad era para CFE y para Pemex. Consideramos que teníamos que hacer nuestra red y podíamos participar solos.

Y entonces, pues vino [el proyecto de] la corriente directa, no se hizo y ahí están. Hay por lo menos 10 proyectos más que están, digamos, en standby. Uno o dos con un avance muy grande, antes de construcción, pero antes justamente, ya nada más están para construirlos.

La otra zona interesante es Tamaulipas, Nuevo León, el centro del país y la parte del sureste, Campeche y Yucatán, todas con diferentes problemáticas.

BNamericas: ¿Una apertura por parte del gobierno y la CRE incentivaría más inversiones? 

Pérez: Sí, claro, porque las inversiones, aunque estaban planeadas y existían. Se tuvieron que detener por estas razones y, al no haber una certeza en el respeto a los derechos de algunos proyectos, obviamente los grandes inversionistas están viendo con [cautela] la situación. 

Y creo que este momento es, para mí y para el sector, un momento crucial porque tenemos el reto de poder hacer algo por la asociación, como poder transitar o negociar con las autoridades.

Es un buen momento porque es el final de una administración y el inicio de otra. Llegue quien llegue. Entonces, no tenemos inconveniente en trabajar con quien sea. Tenemos la seguridad de que será mejor porque simplemente ya es una obligación que eso suceda. 

BNamericas: Probablemente la exalcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, o la senadora Xóchitl Gálvez asuma la presidencia del país el próximo año. ¿Tratará de acercarse a quien sea que resulte victoriosa? 

Pérez: Sí, por supuesto. De hecho, ese es uno de los principales objetivos. Precisamente y considerando que quizás, si no son las únicas dos candidatas ahorita, estoy seguro de que serán las más fuertes 

Pero si bien una de ellas es científica [Sheinbaum] y tiene conocimientos tecnológicos, creo que sí va a haber necesidad de trabajar mucho de todas maneras con los equipos de ambas para encontrar los elementos donde podamos concordar. Y creo que ese objetivo puede ser justamente el cambio climático y la responsabilidad que tenemos con los habitantes del mundo y, en nuestro caso, en México. 

BNamericas: Autoridades de Estados Unidos revelaron que había un plan de construir parques eólicos a lo largo del corredor interoceánico. ¿Sigue en pie este plan?

Pérez: Es difícil la pregunta porque sí los veo con una capacidad de poderlo hacer; lo que no veo mucho es que haya voluntad de hacerlo en esa región. De hecho, uno de esos dos proyectos está muy cercano a que pudiera servir para todo el corredor y para los polos de desarrollo que están generando ahí, pero es cuestión de que puedan llegar a un acuerdo.

Tengo entendido que ese o esos dos proyectos se están planeando a través de CFE, tratando de encontrar probablemente una asociación público-privada o algo donde puedan ir juntos de la mano y abastecer los proyectos prioritarios del gobierno que están ahí.

BNamericas: ¿Tienen gran expectativa con la llegada de las empresas por el fenómeno del nearshoring? 

Pérez: Sí. También tenemos oportunidades en nearshoring, probablemente dependiendo de las regiones y porque obviamente si hay una zona de nearshoring que no tenga recursos de viento, pues no habrá oportunidades para nosotros, pero habrá para otros. 

En Nuevo León, solo hay que ver las capacidades de las plantas que se van a instalar para saber si es un objetivo para nosotros, sobre todo por el tamaño. Los eólicos no pueden ser, pero sí los fotovoltaicos, que pueden ser chiquitos, medianos y grandes. Sí pueden los eólicos, pero no es lo mejor ni lo más rentable hacer un parque pequeño.