Ecuador en llamas: incendios forestales y violencia avivan estado de excepción

El presidente Daniel Noboa declaró el 3 de octubre un nuevo estado de excepción en Ecuador por 60 días, que afecta a seis provincias y dos cantones, uno de ellos Quito, la capital.

La declaratoria se dio tras los incendios forestales que sacudieron en septiembre a varias regiones del país, especialmente a la capital, asediada por incendios simultáneos durante tres días. Ello obligó a movilizar a bomberos, policías y militares para controlar el fuego y al presidente Daniel Noboa a suspender sus actividades en la Asamblea General de la ONU y regresar al país.

Además, en el decreto del estado de excepción se sostiene que grupos criminales en Ecuador “están actuando con un nivel de organización y letalidad alarmante”.

El país se ha visto afectado en los últimos años por una ola de violencia sin precedentes, que llevó a que, por ejemplo, el cantón de Duran, en la provincia de Guayas, se convirtiera el año pasado en la ciudad más peligrosa del mundo, con 145,43 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, superando a las ciudades mexicanas de Colima y Ciudad Obregón. 

En enero, tras una jornada de terror en diferentes ciudades de Ecuador, el presidente declaró la existencia de un conflicto armado interno e identificó a 22 grupos criminales "como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes", varios de los cuales están vinculados a carteles mexicanos del narcotráfico.

BNamericas conversó con Mario Pazmiño, exdirector de Inteligencia del Ejército ecuatoriano y actual consultor internacional, sobre los incendios, la inseguridad que atraviesa el país y lo que se podría esperar hasta las elecciones generales del 9 de febrero.

BNamericas: ¿Los incendios que asediaron a Quito pueden atribuirse a pirómanos?

Pazmiño: Creo que hay un concepto errado cuando se habla de pirómanos, que son básicamente personas que tienen un problema psicológico con relación al tema del fuego. Lo que hemos visto son incendiarios, es decir, personas que cometen acciones de terrorismo urbano, que a mi criterio buscan fraccionar y crear un caos a nivel nacional. 

Los incendios inicialmente arrancaron en Quito, luego se dieron en Guayaquil, y golpearon también otras ciudades importantes del país. Parece que se trata de una estructura que ha ido incrementándose paulatinamente, un tipo de planificación que está causando conmoción, tratando de paralizar al gobierno, evitando que este pueda reaccionar, creando una imagen de ineficiencia gubernamental, tomando en cuenta el proceso electoral que se avecina. 

Creo que se está tratando, con todos los mecanismos, de bajar, a como dé lugar, la imagen del presidente.

BNamericas: ¿Lo que se busca entonces es afectar la candidatura presidencial de Noboa?

Pazmiño: Así es. Se busca decir a la sociedad que no hay forma de que el gobierno pueda controlar y pueda mantener un esquema de seguridad para toda la población. Acordémonos los audios que se filtraron en 2023 en Bolivia sobre los incendios forestales para generar caos al gobierno de ese país.

Nota del editor: mientras los incendios generaban el caos en el país, en redes sociales se filtró un polémico audio en el que supuestamente aparecía la voz del expresidente Evo Morales animando a provocar más incendios.

Ese tipo de estrategias se utilizan con el propósito de debilitar a los gobiernos y crear una imagen de inexperiencia e ineficiencia.

BNamericas: ¿Pueden estos hechos estar ligados a los grupos de narcotráfico y crimen organizado, quienes buscan que llegue al poder quien menos problemas les ocasione? 

Pazmiño: El crimen organizado opera de otra manera. Lo que hará el crimen organizado es tratar de tentar o penetrar las estructuras políticas, con el propósito de tener una llegada directa hacia un candidato o funcionarios para en el futuro pedir favores a cambio del apoyo que le van a brindar inicialmente. 

Por otro lado, esta crisis de inseguridad y el incremento de los incendios provocados generó también un alivio de la presión que estaba recibiendo el crimen organizado porque gran parte de las estructuras de la fuerza pública tuvieron que destinarse a controlar estos flagelos, por lo que de alguna manera durante los operativos se perdió el ímpetu que tenían en las operaciones contra la delincuencia, se aflojó un poco, y eso los beneficia directamente.

BNamericas: Con los incendios en Guayaquil, en Samanes, en donde se quemaron vehículos a la luz del día, ¿qué mensajes quisieron enviar los criminales?

Pazmiño: En el tema de Samanes vemos un mensaje muy claro: que pueden actuar en cualquier lugar.

A nivel nacional hay diferentes zonas que pueden ser rápidamente afectadas, zonas que son vulnerables y pueden convulsionarse rápidamente y generar caos e inseguridad para la población.

En Quito, por ejemplo, zonas de áreas protegidas como la reserva geobotánica Pululahua, que afectaría directamente a la parte norte; el parque Metropolitano Guanguiltagua, que crearía un caos en el centro norte de la ciudad; el parque Protector del Pichincha, que también generaría problemas graves en el norte; las laderas del Ilaló; zonas cercanas al parque metropolitano del sur: las laderas del Atacazo, por citar algunas, en donde este tipo de acciones pueden desencadenar problemas muy graves en el área urbana. 

Además, están zonas rurales como los valles de Tumbaco y Cumbayá, en las que si se originan flagelos de magnitud pueden fraccionar a la ciudad. Esas pueden ser algunas de las estrategias para generar caos y también inseguridad en toda la población. 

BNamericas: ¿Los incendios en Guápulo buscaban bloquear el acceso a la zona norte de la ciudad? 

Pazmiño: Esos incendios empezaron en Guápulo y comenzaron a tomar fuerza en el área del sector del parque metropolitano Guanguiltagua. Lo que se estaba haciendo era fraccionar a la ciudad y generando incomunicación entre la parte centro norte y los valles, lo que generó un problema gravísimo de movilidad y de seguridad, y obviamente problemas de seguridad para los habitantes de la zona del incendio.

BNamericas: Si estos incendios no se pueden atribuir al crimen organizado, ¿a quiénes se apunta como culpables?

Pazmiño: Puede haber un sinnúmero de actores. No se puede descartar que las bandas delictivas tengan algún interés, tampoco que grupos políticos quieran crear caos en el país con el propósito de deslegitimar la acción gubernamental. En definitiva, hay diferentes actores interesados en crear caos a nivel nacional y especialmente en la ciudad de Quito.

BNamericas: Los incendios más fuertes quizá se sintieron en Quito, pero también hubo incendios en otras ciudades. ¿Todos ellos pueden atribuirse a un plan desestabilizador?

Pazmiño: Hay mucha coincidencia en que se presenten varios incendios en menos de un día, especialmente en una ciudad, no es tan lógico, menos aún si tomamos en cuenta que hubo otros incendios, con casi las mismas características, en otros sectores del país,

Por eso yo lo veo como un acto de terrorismo urbano. El gobierno debería prestar mucha más atención, especialmente en áreas críticas, por ejemplo, en zonas en donde existe acumulación de vehículos, sea de municipios, sea de gobiernos seccionales, en donde se reúnen vehículos de infractores, pues en cualquier momento puede generarse un tipo de incendio u otro tipo de eventos que creen caos. 

Por eso hay que poner mucha atención en las zonas vulnerables descritas.

BNamericas: A medida que se va acercando la fecha de la campaña electoral y de las elecciones, ¿podríamos ver un mayor clima de violencia? 

Pazmiño: Creo que el país va a ver una escalada de violencia de aquí hasta diciembre y de ahí hasta febrero, fecha de las elecciones, porque al crimen organizado le interesa generar caos, actos de terrorismo, terror social, y eso beneficia directamente a algunas estructuras políticas y también a estas organizaciones delictivas.

Mientras avanza el calendario electoral se va a ver mayor violencia y mayor conflictividad en el país.

BNamericas: ¿No se podría descartar, entonces, el asesinato de un candidato, como sucedió el año pasado?

Pazmiño: El ex candidato a la presidencia José Serrano dijo que tenía información muy precisa con relación a un posible atentado en contra suya y que por eso retiraba su candidatura.

Los candidatos no están exentos de las posibilidades de atentados, más bien están en la mira de las organizaciones delictivas No se puede negar que hay interés de las organizaciones delictivas de tomar el poder de la política ecuatoriana, que el crimen organizado trata de penetrar en las estructuras de las organizaciones políticas.

BNamericas: ¿Los brazos de los carteles mexicanos siguen operando en Ecuador desde las cárceles y en las calles? 

Pazmiño: Los carteles mexicanos siguen operando a través de las diferentes bandas locales, que son los intermediarios directos y los que se encargan de ejecutar gran parte de sus actividades. A los carteles mexicanos, a las mafias internacionales, no les interesa generar mucho revuelo. ‘Mientras más tranquilo esté el avispero’, dicen ellos, es mucho mejor, porque la droga fluye normalmente. Pero cuando comienzan enfrentamientos por disputas entre carteles o por disputas entre bandas, las cosas se complican porque necesariamente tienen que comenzar a ejercer una gobernanza criminal más rígida, más sólida, y esto complica el escenario para estas organizaciones delictivas internacionales y nacionales. 

BNamericas: A pesar de que se habla muy poco de la minería ilegal, esta va creciendo en el país, ¿el narcotráfico sigue fortaleciendo su poder con las actividades mineras ilícitas?

Pazmiño: Las organizaciones delictivas tienen dos grandes puntales económicos: el que tiene en el momento la preponderancia es el narcotráfico, pero la actividad que viene atrás e incluso a veces le sobrepasa es la minería ilegal; son dos aspectos que están ligados directamente al crimen organizado. 

Las últimas acciones en la frontera, entre las provincias de Orellana y Sucumbíos [en la Amazonía], en donde hubo diferentes enfrentamientos y matanzas a miembros de la Policía Nacional, fueron, básicamente, por la intervención de algunas organizaciones delictivas que operan ahí. Lo mismo pasa en la Ponce Enríquez [en la provincia de Azuay, en la zona sur del país], en Buenos Aires [en la provincia de Imbabura, en el norte de Ecuador], en donde estas organizaciones ejercen una gobernanza criminal cada día más fuerte y en donde se va creando permanentemente una mayor cantidad de santuarios [zonas controladas por bandas criminales]. 

Los hechos de Sucumbíos sucedieron hace un mes y medio y se capturó a miembros de un grupo colombiano, lo que demuestra que el espectro criminal se va abriendo a distintas organizaciones criminales que buscan fuentes de financiamiento, y una de ellas es la minería ilegal.

BNamericas: ¿Cómo está la situación del narcotráfico y la exportación de droga desde Ecuador? 

Pazmiño: Desde Colombia hay una superproducción de cocaína, eso quiere decir que tiene que estar entrando a Ecuador, aproximadamente, entre 800 y 850 toneladas anuales por la frontera norte; por la frontera sur estimo que habrá más o menos unas 90 o 96 toneladas y esto le da una posición de relevancia al Ecuador, al ser considerado una de las principales plataformas de exportación de cocaína de la cuenca del Pacífico.

Eso es lo que genera esta disfunción en la seguridad y enfrentamientos en el país, que generó que el presidente declare en enero la existencia de un conflicto armado interno. 

BNamericas: ¿Ha dado algún tipo de resultados esa declaratoria? 

Pazmiño: En cierta forma, el gobierno ha tratado de reducir la capacidad operativa de las organizaciones criminales, pero eso es sumamente difícil. El presidente no tiene, al momento, ni el tiempo ni los recursos económicos ni la tecnología para limitar de forma mucho más eficiente el accionar de estas organizaciones. 

Países como Rusia, China, Japón, Estados Unidos, Brasil, México, Colombia, entre otros, vienen luchando por varias décadas tratando de frenar el avance del crimen organizado y no lo han logrado. Lo que hacen es establecer algunas medidas para detenerlo, pero destruirlo es imposible.

BNamericas: ¿Por qué Durán se ha convertido en una de las ciudades más peligrosa del mundo, por qué se volvió atractiva para el crimen organizado? 

Pazmiño: Durán es un punto bisagra que permite el paso de la droga por el estuario que conduce directamente al puerto de Guayaquil, considerado la principal plataforma de exportación de cocaína que tiene Ecuador. Por lo tanto, Durán es un punto estratégico que todas las organizaciones delictivas quieren controlar.