México
Entrevista

El futuro energético de México pende de un hilo

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El futuro energético de México pende de un hilo

Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum revela amplias reformas para el sector energético de México, aumentan las esperanzas de una redefinición que ayude al país a aprovechar al máximo sus recursos energéticos después de décadas de subinversión.

Para analizar el futuro de la industria energética de México, BNamericas realizó una entrevista en profundidad por correo electrónico a Chris Sladen, figura del sector en México y el exterior.

Sladen es defensor de mejorar las soluciones energéticas y es uno de los fundadores de Reconnoitre Energies, que ofrece asesoramiento y orientación sobre inversiones en energía. También es miembro no residente del Institute of Americas, donde se centra en las tendencias energéticas mundiales y la energía con bajas emisiones de carbono.

Sladen tiene más de 44 años de experiencia en el sector energético, inicialmente en hidrocarburos y ahora también en renovables. Durante este tiempo, ha trabajado en más de 40 países y vivió en México entre 2001 y 2018, además de Rusia, Vietnam, Mongolia, China y el Reino Unido. Mientras vivió en México, Sladen trabajó en BP, donde fue director para México, Perú y Chile.

Tiene un doctorado en Geociencias de la Universidad de Reading y una licenciatura de la Universidad de Southampton. Sus publicaciones se han extendido durante cinco décadas, y recientemente completó una serie de 50 ensayos conocida como "Energy Matters", que se basa en sus experiencias de la vida real para explicar los principales desafíos energéticos. Su última serie, "Energy Unwrapped", intenta explicar la interacción entre la geopolítica, la oferta y la demanda y las geociencias.

Las contribuciones de Sladen a la energía y la educación han sido reconocidas por el Gobierno del Reino Unido y en México fue condecorado con la Orden del Águila Azteca, siendo el primer extranjero del sector energético en recibir esta distinción.

BNamericas: ¿Cuál es su evaluación de las políticas energéticas de Claudia Sheinbaum después de sus más de 100 días en el cargo?

Sladen: Lo primero que hay que decir es que la presidenta tiene un mandato muy claro para gobernar y hacer cambios en las políticas; y ocurrió lo mismo con el presidente Donald Trump en Estados Unidos.

Ambos están profundamente en sintonía con el motivo por el que la gente votó por ellos, saben cuáles son sus esperanzas y sueños, y ambos quieren poner a su país en primer lugar. Para Sheinbaum, su mantra es "Sigamos haciendo historia" y para Trump, "Que Estados Unidos vuelva a ser grande". Ambos tienen un gran conocimiento de los asuntos energéticos y ven a su sector energético como prioritario para la creación de riqueza y como motor de la economía.

En segundo lugar, se está produciendo un proceso de cambio profundo. Te aseguro que las cosas van a cambiar con respecto a años anteriores. Toda la región —incluidos México, Estados Unidos, Canadá y Groenlandia— se encamina hacia algo diferente.

Espero que en los próximos meses el diálogo sobre cuestiones energéticas entre los equipos se caracterice por una buena escucha, no solo por hacer demandas e imponer tarifas de represalia. En mi experiencia, los buenos negociadores son muy buenos oyentes. Las energéticas anhelan certidumbre, por lo que los recientes cambios en el sistema judicial y la disminución de las facultades de los principales reguladores de energía en México son motivo de gran preocupación para los inversionistas y los participantes del mercado. Cuando las políticas y regulaciones y la visión para el desarrollo del sector energético siguen cambiando, se debilita el atractivo de México y aumenta el riesgo país.

En tercer lugar, es muy importante entender las repercusiones que tendrá para México la estrategia "drill-baby-drill", los aranceles a la energía que puedan imponerse, cualquier futura flexibilización de las sanciones a Rusia (por ejemplo, ¿volvería Europa a recurrir a las grandes compras de productos petrolíferos y a los gasoductos rusos?), las presiones y la dirección de la OPEP+ y el desempeño económico de China, además de su cambio de dirección a las energías renovables. Cada uno de estos factores afectaría al sector energético de México en distintos grados.

En cuarto lugar, es bien conocida la correlación entre los bajos precios de la energía que conducen a un aumento de la actividad económica y un mayor PIB. Creo que muchos países, como Estados Unidos, además de toda Europa, el Reino Unido y China, preferirían menores precios de la energía como estímulo ante el bajo crecimiento o el estancamiento.

En el caso de México, los precios más bajos de la energía podrían garantizar que no se pierdan oportunidades que genera el nearshoring, que los proyectos de infraestructura como los parques industriales sigan siendo atractivos, que los costos de transporte bajen y, con suerte, que también se reduzcan los precios de la electricidad, lo que beneficiaría tanto a la industria como a todos los hogares mexicanos.

Por último, espero que durante los próximos dos años continúen las iniciativas de empresas privadas, asociaciones comerciales y embajadas que buscan entablar un diálogo y una defensa de los intereses de los sectores público y privado con las secretarías, organismos reguladores, energéticas estatales y operadores del sistema de México... Y por supuesto con la presidenta, si tiene tiempo para dedicarle a ello. El diálogo y la colaboración son siempre la mejor manera de desarrollar un sector más competitivo y sostenible.

BNamericas: ¿Qué puede hacer el gobierno para revertir la brusca caída de la producción petrolera mexicana y atraer más inversiones al sector upstream?

Sladen: El petróleo seguirá siendo fundamental para la economía de México. En general, la producción ha ido disminuyendo durante los últimos 20 años, tras un pico de 3,4 millones de barriles diarios [Mb/d] en 2004, que ya es un lejano recuerdo. La producción actual ronda los 1,5 Mb/d, con un tope autoimpuesto de 1,8 Mb/d. No creo que se supere ese límite porque se necesitaría una enorme inversión para revertir la tendencia. El prolongado descenso se ha visto contrarrestado financieramente en parte por el alza de los precios en la última década, por coberturas de precios y por ajustes en términos fiscales. Aun así, México nunca se acercó al objetivo inicial del expresidente Andrés Manuel López Obrador de restablecer la producción de petróleo a entre 2,4 Mb/d y 2,6 Mb/d.

Según mis cálculos, la subinversión en el sector de exploración y producción de México supera los US$ 100.000 millones en los últimos 25 años. Una y otra vez se ha pospuesto o dejado de lado la necesidad de realizarse grandes inversiones públicas y privadas en exploración y producción para restablecer la producción y las reservas, centrarse en la producción de petróleo con menor contenido de carbono y mejorar las capacidades. Lidiar con el declive y revertirlo es definitivamente la parte más difícil de dirigir un negocio petrolero, en especial si hay poca inversión para adiciones en campos cercanos, recuperación mejorada de petróleo, nuevos descubrimientos y desarrollo de nuevas habilidades.

La magnitud de la falta de inversión del pasado es demasiado grande para recuperarse en uno o dos años, pues se necesitarían décadas. Para atraer inversiones a los proyectos petrolíferos es necesario reconocer que la coinversión privada y pública es tal vez la única vía para conseguir las grandes sumas de capital que se necesitan. Esto reequilibraría la inversión estatal y privada. Restablecer las rondas de licitación es la solución obvia, pero puede resultar desagradable.

En cambio, una solución podría ser centrarse en las empresas conjuntas con [la petrolera federal] Pemex, así como en la firma por parte de Pemex de grandes contratos de servicio de riesgo y de cesión de derechos, o tal vez contratos de pago por barril. Una combinación podría lograr una redefinición fundamental de los niveles de inversión.

BNamericas: ¿Qué futuro le espera al segmento del gas natural?

Sladen: En mi opinión, México debe tener una prioridad clara y tomar múltiples medidas sobre el futuro del gas natural. El consumo de gas sigue creciendo, y ahora supera los 9.000 millones de pies cúbicos diarios [Mpc/d]. En 1965, el consumo era inferior a 1.000 Mpc/d. Desde 2000, con 3.000 Mpc/d, el crecimiento se ha triplicado gracias a que nuevos ductos han traído gas desde Estados Unidos, a lo que se suma a la disponibilidad inmediata debido al auge del gas de esquisto estadounidense. Las importaciones de gas natural por ductos transfronterizos han aumentado de forma sostenida hasta alcanzar hoy unos 6.500 Mpc/d; algunos días llegan a 7.000 Mpc/d o más. Esto cuesta alrededor de US$ 8.000 millones al año bajo los precios actuales. Se trata de volúmenes muy significativos, en torno al 70 % del consumo.

El problema fundamental de los gasoductos transfronterizos (y también de los cables eléctricos y de internet) es que pueden ser desconectados. Este tipo de cosas ocurre, por ejemplo, cuando los países se pelean entre sí y se cierran los gasoductos (como en el caso de Rusia y Europa en 2022), cuando hay problemas operativos debido al clima (como en Texas en 2021), cuando se dañan gasoductos submarinos (como en Finlandia en 2023) o cuando los barcos cortan cables de electricidad y de internet (como en el mar Báltico en 2024 y 2025). Asimismo, pueden romperse gasoductos debido a terremotos (como en Japón en 2011 y en Turquía en 2023). Estos ejemplos nos hablan de que es esencial la resiliencia a través de la diversidad.

La producción interna de gas de México alcanzó su máximo entre 2010 y 2015, con alrededor de 5.000 Mpc/d, y ahora ha disminuido a unos 3.700 Mpc/d. Gran parte de esta producción es autoconsumida por Pemex, lo que hace que los clientes mexicanos dependan en gran medida de las importaciones. Una parte significativa del gas nacional (alrededor de 10 %) sigue venteándose o quemándose, entre 300 Mpc/d y 500 Mpc/d, lo que destruye el valor potencial (alrededor de US$ 500 millones al año según los precios actuales) y, al mismo tiempo, añade daños ambientales a largo plazo. Yo suspendería todas las actividades de venteo y quema, salvo en situaciones de emergencia.

El gas natural licuado (GNL) también debería ser una prioridad. Tras haber desarrollado la capacidad de importación y regasificación de GNL, lo que es bueno para la seguridad energética, el énfasis está puesto ahora en proyectos de importación de gas estadounidense transportado por tuberías y que luego licúen y reexporten GNL desde terminales en las costas este y oeste de México hacia los mercados del Atlántico y el Pacífico.

La disponibilidad de gas estadounidense para su exportación a México podría verse presionada si aumentan las exportaciones de GNL de manera directa desde Estados Unidos a otros mercados internacionales, en particular a Europa, si se incrementa la demanda de los consumidores estadounidenses y si sube notablemente la demanda de los grandes centros de datos de inteligencia artificial que se construyen en Estados Unidos. Los grandes proyectos de exportación de GNL en México enfrentan riesgos de abastecimiento similares.

México tiene la oportunidad de cambiar su postura sobre la producción interna de gas natural y reducir el riesgo en la seguridad del suministro energético. Si México relajara su prohibición del fracking y apuntara al gas de esquisto y de arenas compactas en el norte, podría equilibrar los riesgos y reducir su factura diaria de importación de gas. Obviamente, esto debe hacerse con cuidado, de manera selectiva, sin afectar la agricultura o el agua que necesitan los centros urbanos. De lo contrario, ¿por qué no utilizar sus propios recursos naturales en lugar de importar y pagar por los de otros?

BNamericas: ¿Qué se necesita para que los operadores internacionales de petróleo y gas regresen a México?

Sladen: Es importante reconocer que los contratos de rondas de licitación se han cumplido y ejecutado correctamente. Ha habido descubrimientos, evaluaciones, desarrollo y producción exitosos. Por supuesto, algunas áreas han decepcionado. No es inusual en exploración y producción; es un negocio de riesgo en el que los pozos fallidos son comunes cuando los componentes geológicos clave del subsuelo no están alineados. Muchas empresas abandonaron México después de una exploración fallida porque se agotó la oportunidad de nuevas rondas de licitación para reponer o hacer crecer sus carteras. Aun así, siguen el tema de cerca en anticipo a cambios o a una posible actividad de fusiones y adquisiciones.

Intuyo que, si se reanudaran las rondas de licitación, con términos y condiciones similares a los de rondas anteriores, tanto los operadores internacionales como los mexicanos volverían a ofertar. Quedarían vastas áreas costa adentro y afuera por explorar. En cuanto a los operadores internacionales, es esencial entender que sus decisiones se basan en la calidad de su cartera global. Si México ofrece oportunidades de calidad con términos contractuales competitivos, que sean atractivos en un contexto global, por supuesto que las empresas volverán.

BNamericas: ¿Qué puede hacer Sheinbaum para acelerar la transición energética y aprovechar al máximo el potencial energético renovable de México?

Sladen: En primer lugar, permítame decir que hay muchos tipos de transición energética, que a menudo varían en función de los recursos naturales y la riqueza de un país y las prioridades de la gente y también en función de la visión de sus líderes y de la política gubernamental. Mi propia carrera se ha basado en el principio de que me diga qué es lo que quiere y yo iré y lo haré realidad. Luego me han dado la libertad de ir y probar, obviamente trabajando dentro de ciertos límites, mostrando respeto y ética y trabajando con grandes colegas.

Suena muy simplista, pero mi experiencia me dice que este enfoque funciona. Para generar una transición, hay que dar a la gente instrucciones claras y la libertad de ir y hacerlo. Habrá fracasos, pero cuanto más rápido ocurran, antes se formularán las mejores soluciones.

Lo más positivo de la energía en México es que la base de recursos naturales es gigantesca (petróleo, gas natural, energía solar, geotérmica, eólica, undimotriz) y tal vez también de litio. Es un buen augurio para el futuro. Si a esto le sumamos el acceso directo a los océanos Atlántico y Pacífico y una fuerza laboral talentosa, obtenemos una combinación ganadora. La cuestión central para Sheinbaum es cómo maximizar el valor de sus recursos de manera responsable, garantizar la seguridad energética y precios asequibles, descarbonizar y limitar el daño ambiental y optimizar el uso de los recursos a largo plazo en beneficio de la población.

Mi mensaje a México sería que recurriera a todo su potencial energético. Son esenciales la diversidad de suministro, las opciones de almacenamiento de energía y la resiliencia de la red. Lo ideal es que exista una generación de energía y una red eléctrica aptas para un futuro con bajas emisiones de carbono. La inversión en la red eléctrica es básica, ya sea pública o privada. La energía eólica (tanto marina como terrestre) y la solar con almacenamiento en baterías a gran escala para ayudar a la gestión de la red son relativamente baratas y se pueden implementar de forma rápida. La inversión en almacenamiento de gas natural o de combustibles, así como en energía geotérmica, hidroelectricidad, almacenamiento hidroeléctrico por bombeo, hidrógeno verde, hidrógeno azul con captura y almacenamiento de carbono y energía nuclear, crea resiliencia. Los consumidores generalmente se preocupan más por tener energía barata y abundante que por reducir las emisiones. Esto también debe tenerse en cuenta.

La energía geotérmica en México tiene un enorme potencial (el uso de aguas termales se remonta a la época prehispánica). México es el séptimo país con mayor capacidad de energía geotérmica instalada (alrededor de 1 GW), pero proporciona solo alrededor del 1 % de la energía actual de México. Sin embargo, el potencial de recursos ronda los 40 GW. El agua caliente, el vapor y las salmueras están disponibles en cientos de sitios hidrotermales, mientras que los 48 volcanes recientemente activos que forman parte del Cinturón de Fuego del Pacífico tienen un gran potencial.

La primera generación de energía geotérmica data de 1959, y hoy en día se han perforado más de 650 pozos, con temperaturas en boca de pozo que suelen superar los 150 °C. Cerro Prieto en Baja California (280-350 °C y 720 MW) y Los Azufres en Michoacán (240-280 °C y 188 MW) son las plantas operativas más grandes. No obstante, ha habido poca inversión en la última década, a pesar de que los avances tecnológicos han reducido los costos, lo que la hace competitiva en términos de costos frente a la energía de ciclo combinado. Además, hay alrededor de 34.000 pozos de petróleo y gas (32.000 costa adentro y 2.000 costa afuera) que podrían readaptarse para generar entre 10 GW y 20 GW de potencial adicional de calor y energía.

En otros lugares, la energía geotérmica superficial está disponible en todas partes para calefacción y refrigeración mediante bombas de calor subterráneo. Suele pasarse por alto que la energía geotérmica es una fuente de electricidad y calor con bajas emisiones de carbono las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Es un recurso ideal para la transición energética.

Existe un gran número de oportunidades que pueden ayudar a México a alcanzar sus metas en energía limpia. Los biocombustibles tienen un gran potencial. En extensos terrenos de baja calidad y sin uso podrían plantarse cultivos como la jatropha, adecuada para producir biodiésel. La energía proveniente del procesamiento de desechos para producir combustibles constituye otra gran oportunidad. El potencial para la extracción directa de litio de las salmueras petrolíferas es otra oportunidad. Esto está progresando a buen ritmo en los yacimientos cercanos de la formación Smackover de la era jurásica en Texas y Arkansas.

Espero volver a visitar México pronto y, como alguien apasionado por el éxito de México, espero que el gobierno acepte mi oferta de reunirnos y compartir mis ideas para construir un futuro energético exitoso para todo México. Este 2025 tiene todos los ingredientes para ser un año crucial.

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