El optimismo de Alstom sobre el sector ferroviario de América Latina

El desarrollo ferroviario en América Latina ha dado pasos importantes en los últimos años. Mientras ciudades como Santiago y São Paulo continúan expandiendo sus redes de metro, otras como Bogotá están dando sus primeros pasos en este ámbito.

Al mismo tiempo, más gobiernos están tomando medidas para ampliar los servicios ferroviarios de media distancia y, en el caso de Brasil, fortalecer la red ferroviaria de carga.

Todo esto es una buena noticia para el fabricante francés de material rodante Alstom, cuyas operaciones en América Latina incluyen plantas de producción en Brasil y México.

Pero el mercado ha cambiado en los últimos años. Firmas chinas como CRRC también están compitiendo y en algunos casos logran hacerse con contratos importantes de material rodante en la región. Esto ha hecho surgir preocupaciones por posibles efectos de un endurecimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China una vez que Donald Trump regrese a la Casa Blanca.

Para conocer más sobre la presencia de Alstom en la región, BNamericas conversa con Bernard Peille, director ejecutivo de la empresa en América Latina desde septiembre.

BNamericas: ¿Su llegada es un cambio de rumbo para Alstom en América Latina o se enfocará en continuar el rumbo de su antecesor?

Peille: El mercado de América Latina está posicionado para crecer en los próximos tres a cinco años. Es un mercado impulsado por grandes plazas, como Brasil y México, y Chile en menor medida. Estamos haciendo todo lo posible por ampliar nuestra participación en este mercado.

BNamericas: ¿En qué proyectos está participando Alstom actualmente en la región?

Peille: Tenemos presencia en toda la región. Estamos en Chile, México, Panamá, Brasil y República Dominicana, por mencionar algunos países.

En cuanto a proyectos específicos de los que formamos parte, en las últimas semanas presentamos las primeras maquetas de los trenes de la Línea 7 del metro de Santiago. También participamos en el Tren Maya en la península de Yucatán [en México], que inició un nuevo servicio este año, y en un proyecto de monorriel en República Dominicana.

Tenemos previsto continuar con nuestras entregas en Brasil y ahora también con los trenes de la Línea 6 del metro de São Paulo. Además, tenemos importantes proyectos de señalización y servicios en toda Latinoamérica. Son más de 6.000km de líneas señalizadas y alrededor de 780 trenes o locomotoras en mantenimiento en la región.

BNamericas: ¿Qué países de América Latina liderarán el desarrollo ferroviario en los próximos años?

Peille: No sé quién vaya a liderar el camino. Lo que sé es que cada país tiene necesidades específicas. Chile probablemente seguirá expandiéndose, Brasil tiene muchos proyectos de concesión ferroviaria, así que, si bien se ha hecho bastante, todavía queda mucho camino por recorrer en términos del mercado.

El Gobierno mexicano ha anunciado recientemente planes para ampliar la red ferroviaria y Panamá probablemente ampliará la Línea 2 del metro de su capital y avanzará con la extensión de la tercera línea. Santo Domingo, en República Dominicana, y Bogotá, en Colombia, probablemente construirán también nuevas líneas de metro.

Con excepción de México, América Latina es un mercado relativamente joven, pero que está cobrando impulso en cuanto a proyectos.

BNamericas: ¿Qué tendencias espera ver en la industria en los próximos años?

Peille: El desarrollo ferroviario irá tendiendo hacia una mayor automatización en el futuro. También esperamos nuevos avances en los sistemas de señalización ferroviaria, algunos de los cuales se están desarrollando en Brasil.

La tendencia en tecnología apunta a mejorar la seguridad y lograr que [el servicio] sea lo más ecológico posible, pero en ese campo creo que hemos alcanzado un buen nivel en cuanto a movilidad verde.

BNamericas: Una tendencia de los últimos 10 años es la entrada de empresas chinas, no solo en la construcción de ferrovías, sino también en el material rodante. ¿Se está intensificando la competencia en América Latina?

Peille: La buena noticia es que ahora contamos con Alstom, empresas chinas y otras compañías. Es señal de que el mercado está creciendo y atrayendo más interés de fabricantes de alto perfil.

Es cierto que la competencia no duerme. La competencia está donde estamos y habrá cada vez más, no solo en América Latina. Nuestro norte es competir y ganar con nuestras capacidades.

BNamericas: ¿Cómo se ha visto afectada Alstom por el alza de costos tras la pandemia del COVID-19?

Peille: Vivimos en un mundo de contratos de largo plazo, que deben cumplirse íntegramente en períodos de entre tres y seis años, o incluso más tiempo, según sea el caso.

Después de la pandemia, vemos que nuestros clientes están volviendo a alcanzar un nivel normal de tráfico de pasajeros, por lo que la demanda de nuevos modelos de trenes sigue ahí. Por eso, creo que el riesgo pospandémico para la demanda de movilidad ha terminado.

La única pregunta que queda es cómo se hará el financiamiento, ya que después de la pandemia los países tienen menos espacio fiscal y hay que encontrar nuevas vías.

BNamericas: ¿Alstom podría verse afectada por una eventual guerra arancelaria entre Estados Unidos y China?

Peille: No tengo una bola de cristal para predecir posibles conflictos económicos. Lo único que puedo decir es que tenemos como política estar lo más cerca posible de nuestros clientes y la última década nos ha permitido estudiar más las posibilidades de fortalecer nuestras cadenas de suministro. Eso nos ha ayudado mucho en términos logísticos, sobre todo cuando tenemos plantas de fabricación en mercados específicos, como Brasil y México.

Por supuesto, no sabemos cómo viene el futuro, pero la cadena de suministro altamente localizada en América Latina nos ayuda a superar las dificultades de la economía global.