El sector brasileño del aluminio busca eclipsar a la competencia china

La industria brasileña del aluminio lleva a cabo un ciclo de inversiones por unos 30.000 millones de reales (US$5.400 millones) mientras se intensifica la competencia de los productos chinos.

Las inversiones, que se concretarán de aquí a fines de 2025, apuntan a aumentar las reservas y la capacidad, expandir las minas de bauxita, implementar nuevas tecnologías, reestructurar el suministro de energía y la reutilización del agua e intensificar el reciclaje.

Janaina Donas, presidenta de la asociación del aluminio ABAL, conversa con BNamericas sobre cómo el sector enfrenta la persistente presión de los productos chinos y cómo la industria puede obtener ventajas a medida que aumentan la demanda para lograr mayor sostenibilidad.

BNamericas: ¿Está preocupada la industria del aluminio por el incremento de las importaciones de productos chinos?

Donas: Nuestra preocupación por la competencia desleal no se limita a un país específico. No hay discriminación contra China. Más bien, estamos cuestionando el papel de China en el mercado mundial del aluminio, de manera similar a las preocupaciones planteadas en otros sectores.

La participación de China en las importaciones aumentó de 11% a 56% en 20 años. Esta significativa subida se debió a un exceso de producción destinado inicialmente a satisfacer la demanda interna, que luego se convirtió en un producto para la exportación.

BNamericas: ¿Cuáles han sido los efectos de esta competencia en la industria local?

Donas: Cuando hay un exceso de producción a nivel mundial, los precios de los metales caen. Esto ha ocurrido en Brasil en los últimos años, coincidiendo con un alza de los costos de producción, sobre todo en el gasto de la energía.

Estos impactos ocurrieron hace años y son eventos cíclicos que se repiten de vez en cuando.

BNamericas: ¿Cómo el sector ha tratado de defenderse?

Donas: Cuando hemos experimentado estos efectos, primero en las exportaciones y luego en la producción local de aluminio primario, advertimos al gobierno las consecuencias sobre toda la cadena, principalmente en productos semimanufacturados y transformados, donde hay mayor valor agregado.

En ABAL hemos trabajado en mecanismos para fortalecer la defensa comercial, abriendo investigaciones que derivaron en medidas antidumping. El año pasado implementamos con éxito una medida compensatoria aplicada contra China en lo que fue el tercer caso de este tipo en el mundo. Antes solo había otros dos casos iniciados por Estados Unidos.

Es importante señalar que, si bien China es motivo de preocupación, también hay otros puntos de preocupación, como la desviación del comercio.

En los últimos años hemos realizado estudios para entender cómo estaba la tributación de nuestro sector en el país y detectamos que la carga impositiva sobre los productos nacionales ronda el 35%, frente al 15-22% de los productos de otros países.

Así pues, además de abogar por cambios en la actual reforma fiscal, que solo tendrá efectos prácticos dentro de 10 años, necesitamos una respuesta a corto plazo para garantizar la igualdad.

BNamericas: ¿Cómo repercuten los temas de sostenibilidad sobre el sector?

Donas: Han surgido nuevas barreras comerciales relacionadas con la sostenibilidad, y esto puede visto tanto como una preocupación como una oportunidad para nosotros.

La preocupación radica en que somos parte de este escenario vulnerable, ya que carecemos de mecanismos que eviten la desviación del comercio, lo que nos deja más vulnerables a la competencia desleal.

BNamericas: Dado el escenario actual, ¿existe el riesgo de que las empresas reduzcan sus inversiones?

Donas: No estamos hablando de recortar las inversiones en el sector. De hecho, es todo lo contrario.

Hace diez años, el sector del aluminio estaba en un proceso de desindustrialización similar al que estamos viendo en el sector del acero. Sin embargo, hemos logrado revertir esta tendencia.

Lo que demanda el mundo en términos de emisiones, sostenibilidad y trazabilidad en las cadenas de producción es un trabajo que venimos haciendo desde hace años. Hoy en día, tenemos una industria del aluminio verticalizada que está preparada para retomar las inversiones y un aumento de la capacidad.

Por supuesto, el fantasma de la competencia desleal siempre está presente, pero ahora veo espacio para ganancias de mercado dado el mayor énfasis en la sostenibilidad.

Inicialmente, las inversiones de la industria están orientadas a atender la demanda del mercado interno, pero por cuestiones de sostenibilidad podemos volver a entrar al mercado mundial.

Por eso es crucial que abordemos la falta de igualdad en Brasil para no perdernos estas oportunidades.

BNamericas: ¿Qué puede enseñar el sector del aluminio a otros que enfrentan desafíos debido a la competencia de los productos chinos?

Donas: Una ventaja que tenemos es la verticalización de nuestra industria, lo que nos permite controlar toda la cadena de valor.

Esta es una condición única en Brasil porque pocos países tienen las condiciones para contar con la producción de mineral [de bauxita], la refinación, la producción de la materia prima y una industria de transformación.

Si hay alguna debilidad en un eslabón de esta cadena, se pone en riesgo todo el proceso. Entonces, la verticalización de Brasil es una gran ventaja en un momento en que todo el mundo busca asociaciones comerciales confiables.

Además, cuando observamos a las empresas de nuestro sector, vemos que están en una etapa avanzada de autogeneración de energía y economía circular, algo que otros países pueden tener dificultades para conseguir de manera tan fácil.

Tenemos todo eso: materias primas, una cadena verticalizada y autogeneración de enero. Por eso apostamos tanto en la oportunidad que tenemos de reinsertarnos en el mercado global.

BNamericas: ¿Qué esfuerzos existen para aumentar la aplicación del aluminio?

Donas: Hemos trabajado con universidades en I+D y programas de gobierno como Mover, que promueven el uso del aluminio en la industria automotriz.

Los sectores de transporte, construcción y energía son áreas clave del consumo de aluminio.

BNamericas: Algunas regiones de Brasil experimentan bajas precipitaciones, lo que afecta la generación de electricidad, por lo que el gobierno ha pedido a los grandes consumidores que reduzcan su consumo. ¿Afecta esto al sector del aluminio?

Donas: Hemos estado siguiendo las últimas noticias sobre este tema, pero todavía no hemos recibido ninguna información oficial. Lo importante es contar con políticas que permitan reducir la demanda voluntaria de energía, lo que posibilitará que las empresas tengan una mejor programación de oferta de energía.