Elecciones en la provincia petrolera de Neuquén: el panorama según un analista de riesgo

Este será un año muy movido para Argentina en el ámbito eleccionario. Además de los comicios generales de octubre, las provincias votarán por legisladores y gobernadores locales antes de esa fecha.

Las provincias hidrocarburíferas de Neuquén y Río Negro serán las primeras en hacerlo el 16 de abril. Neuquén será seguida de cerca por los inversionistas, dada su posición como mayor productor de petróleo y gas del país y jurisdicción que concentra grandes inversiones en los segmentos midstream y upstream.

Los votantes de Neuquén elegirán al reemplazante del gobernador Omar Gutiérrez, miembro del Movimiento Popular Neuquino —desde cuyas filas se eligen gobernadores desde hace décadas— junto con los miembros de la legislatura provincial.

Para tener una mirada con más matices sobre las elecciones en Neuquén y conocer más de cerca la carrera por la presidencia de la Nación, BNamericas realizó una entrevista por correo electrónico con Mariano Machado, analista principal de la consultora internacional de riesgo Verisk Maplecroft para América.

BNamericas: En abril, los votantes de la provincia de Neuquén elegirán gobernador y legisladores provinciales. ¿Qué temas están discutiendo los candidatos? ¿La inversión en hidrocarburos es un tema central, dada la importancia de la industria para Neuquén?

Machado: El papel central del sector energético para la economía provincial es casi tema indiscutido. Si bien la formación de esquisto Vaca Muerta se extiende a cuatro provincias (La Pampa, Mendoza, Neuquén y Río Negro), Neuquén es el corazón de las operaciones. En 2022, produjo casi la mitad (48%) del petróleo de Argentina y casi dos tercios (64%) del gas natural, en un 80% de fuentes no convencionales. De hecho, 97 de los 100 pozos más productivos en 2022 estaban en Vaca Muerta, la mayoría en Neuquén.

Sin embargo, precisamente ese éxito ha arrojado una larga sombra sobre otros temas de interés de los votantes, lo que de manera paradójica ha afectado la licencia social de la industria para operar. El principal de ellos es la calidad de la educación y la salud, junto con la infraestructura urbana crítica, todos temas esenciales promovidos por candidatos que desafían al gobierno de seis décadas del Movimiento Popular Neuquino (MPN).

BNamericas: Los gobernadores pertenecían tradicionalmente al MPN, incluido el titular Omar Gutiérrez. ¿Hay riesgo de un cambio radical en la política provincial?

Machado: Con diez victorias consecutivas de sus gobernadores durante cuatro décadas, el MPN es sin duda el ejemplo más exitoso de dominio político democrático —y estabilidad— en Argentina a nivel subnacional.

No obstante, Argentina atraviesa un período de pronunciada fatiga cívica, lo que crea un entorno electoral complejo al reducir la participación electoral, alimentar el extremismo y dificultar que los candidatos se conecten con los votantes.

En última instancia, lo peculiar de la elección será que un miembro del statu quo, Rolando Figueroa, esté desafiando al candidato del statu quo, Marcos Koopmann. El impacto de esta dinámica en un electorado tradicionalmente conservador sigue siendo incierto.

BNamericas: ¿Hay aspirantes mejor posicionados para el cargo de gobernador?

Machado: El consenso en las encuestas es que el abanderado del MPN es el favorito. Marcos Koopmann tiene una amplia ventaja sobre el partido Comunidad de Rolando Figueroa, facción díscola del mismo MPN.

Es una elección extremadamente local, lo que queda confirmado por el hecho de que los candidatos explícitamente alineados con el Frente de Todos (FDT) oficialista y la principal coalición opositora, Juntos por el Cambio (JxC), están rezagados.

Sin embargo, las firmas de sondeos de opinión han enfrentado varios problemas en los últimos años a la hora de anticipar con precisión los resultados electorales, por lo que no se deben descartar sorpresas, especialmente en el frente legislativo.

BNamericas: ¿Qué pasa con el parlamento provincial? ¿El MPN tiene la mayoría y eso podría cambiar?

Machado: El panorama legislativo para 2023-2027 presentará dificultades, porque hay más de 24 alianzas compitiendo por los 35 escaños de la legislatura provincial. La asignación mediante representación proporcional sugiere que no esperamos que el próximo gobernador controle la legislatura sin apoyo de otros grupos.

Si bien esperamos que los dos principales candidatos obtengan la mayor parte de los escaños, la pregunta principal es qué fortaleza y cohesión tenga la oposición.

Si Figueroa llegara a construir un bloque sustantivo, es decir, más grande que los del FDT y la JxC, el escenario de gobernabilidad será muy diferente en el próximo mandato.

BNamericas: ¿Existen riesgos importantes para los inversionistas en Neuquén, quizás relacionados con las elecciones presidenciales de octubre?

Machado: Independientemente del resultado de las elecciones generales de octubre, no esperamos un cambio masivo en la política energética provincial. El gobierno local ha trabajado de cerca con el sector privado para atraer inversión y ha creado un marco regulatorio que estableció a Neuquén como polo dominante para la industria.

La inestabilidad a nivel nacional es la principal restricción vinculante para la industria. Según datos del Banco Central, la inversión extranjera directa fue en 2022 de apenas US$570 millones y el número de plataformas petroleras en Vaca Muerta sigue siendo menos de la mitad del pico alcanzado en 2015. Los controles cambiarios y la imposibilidad para el sector privado de repatriar todos sus dividendos son los factores que lo explican.

La imposibilidad de repatriar ganancias dificulta el anticipado aumento de la inversión y pone tope a la capacidad argentina de convertirse en productor "que marque la diferencia". Sin un aumento importante en la inversión en capacidad de transporte para la producción de Vaca Muerta, el crecimiento seguirá limitado.

BNamericas: ¿Cuál es el panorama en las elecciones presidenciales? ¿Hay un favorito, por ejemplo?

Machado: Con una tasa de inflación de tres dígitos y un ánimo fuertemente contrario a la administración incumbente, la perspectiva electoral de Argentina sigue incierta.

El oficialista FDT está atrapado entre la reelección autopromovida del presidente Alberto Fernández y la decisión autoimpuesta de la vicepresidenta Cristina Kirchner de no competir. Con la confianza en el gobierno cerca de los niveles más bajos desde 2003, ni siquiera un candidato de unidad (como podría ser el ministro de Economía, Sergio Massa) podría resolver la disyuntiva.

En el principal bloque opositor, JxC, el panorama es igualmente oscuro. La coalición se ha mantenido intacta desde que dejó el cargo en 2019, pero no ha logrado acordar un mecanismo interno para resolver la disputa por el liderazgo. El alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, encabeza el grupo y ha apostado decididamente por una estrategia centrista. No obstante, esperamos que tenga que competir por la candidatura presidencial contra varios otros contendores, la mayoría de los cuales optaría por la polarización contra el kirchnerismo.

En medio de las grietas de las dos principales coaliciones, sigue creciendo el apoyo al impetuoso libertario Javier Milei, de La Libertad Avanza. Al atacar a la “casta política” del país, a la que culpa de perpetuar medidas y privilegios estatistas fallidos, el discurso de Milei resuena entre votantes empobrecidos y hastiados.

Tal como están las cosas, las elecciones argentinas de 2023 podrían convertirse en referente de tendencias regionales más amplias. Sus resultados determinarán si hay un cambio cultural hacia una alternancia democrática o si una clase completamente nueva de outsiders populistas socavará aún más la política tradicional de partidos.