¿Está perdiendo Colombia la oportunidad de atraer inversiones al sector minero?

Los participantes del sector minero se muestran preocupados de que Colombia esté ahuyentando a los inversionistas con sus planes de crear una minera estatal, introducir reformas al código minero y emitir un decreto para facultar al Ministerio de Ambiente a identificar, delimitar y declarar reservas e imponer prohibición a la minería por hasta 10 años.

Más del 60% —y en algunos casos hasta el 90%— de los presupuestos de inversión de los municipios donde se desarrolla la actividad minera dependen del sector, de acuerdo con la asociación minera ACM.

La minería proporciona más de 900.000 puestos de trabajo y constituye una fuente de ingresos fundamental para muchos departamentos, agrega ACM.

BNamericas conversa con Carlos Cante, exviceministro de Minas y actual presidente de la federación de productores Fenalcarbón, sobre las preocupaciones del sector.

BNamericas: ¿Cómo está el sector minero en Colombia y cuáles son las perspectivas de inversión?

Cante: En general, las minas en etapa de producción de todos los minerales en Colombia están caminando al ritmo de la demanda, al ritmo de los mercados. Seguramente algunas con mejores posibilidades, enfrentado situaciones de orden público y seguridad en ciertos territorios o de bloqueos en otros, tal vez oposición de las comunidades, dado el discurso del Gobierno Nacional, muy en contra de la actividad minera. 

Mientras haya mercados, seguimos operando y seguimos vendiendo minerales.

La incertidumbre fundamental está en los proyectos en etapa de exploración en materia de licenciamiento ambiental.

Lo que se ve en general es una reducción de los montos de inversión, dada la incertidumbre que genera el discurso político y las acciones que ha pretendido promover el Gobierno Nacional, no solo en materia tributaria, sino también en la legislación minera.

Creo que las decisiones de inversión en todos los frentes están un tanto frenadas.

BNamericas: ¿Cómo se lleva el debate en Colombia sobre los minerales para la transición energética? ¿Qué expectativas hay al respecto?

Cante: Una cosa es el discurso público y otra las acciones de gobierno. El año pasado la Agencia Nacional de Minería, mediante decreto, actualizó la lista de minerales estratégicos, que incluye al cobre, oro, cobalto, carbón metalúrgico, entre otros.

Se supone que la declaratoria de minerales estratégicos se basa en el reconocimiento de que son minerales necesarios para la transición energética y la descarbonización global, pero, más allá de eso, hasta ahora no se ve ningún tipo de promoción.

Incluso debido a la aplicación de algunos fallos judiciales, en la Agencia Nacional de Minería se ha cambiado la forma de titulación en el sector. Adicionalmente, están bastante frenados en el país todos los procesos que tienen que ver con la administración del recurso minero, que permiten cesiones, devolución de áreas y todo lo que implica la administración de un título minero.

BNamericas: ¿Cómo ve el sector la posible creación de la minera estatal que planea el gobierno? 

Cante: La creación de un actor minero estatal, que se convertiría en juez y parte dentro de la administración de los recursos mineros, genera una enorme incertidumbre acerca de diferentes aspectos que tienen que ver con el desarrollo de nuestra actividad.

Entre esos aspectos están la autonomía empresarial, las posibilidades de competencia y fijación de precios, que no estarían claros en la participación de una empresa estatal. También están los costos y si la empresa estatal tendría el mismo régimen de regalías que se aplica al sector privado, entre otros.

Tal como fue enviado el proyecto de ley [al Legislativo en diciembre] para la creación de la empresa minera estatal, se deduce que será un actor todopoderoso, que puede influir en todos los aspectos de la cadena: exploración, producción, transformación, comercialización e inclusive exportación de todos los minerales, no solo de los estratégicos.

Ese exceso de intervencionismo del Estado en un sector bastante regulado, pero que se mueve por las fuerzas de la oferta y la demanda, nos genera enorme preocupación.

BNamericas: ¿Eso podría afectar el interés de los inversionistas extranjeros en Colombia?

Cante: Ya llevamos dos años de anuncios de modificaciones importantes de las leyes y, por supuesto, nadie va a tomar una decisión de inversión estratégica mientras que estas decisiones no se den en materia legal. Mientras tanto, hemos tenido una serie de decretos y normas de menor rango que amenazan enormemente el desarrollo del sector. Por ejemplo, el reciente decreto 044, que faculta al Ministerio de Ambiente para la declaratoria temporal de zonas de reserva ambiental.

Ese decreto genera demasiada incertidumbre acerca de los títulos mineros ya existentes o de las posibles inversiones que se pudieran desarrollar.

Lo que estamos viendo en el país es que las empresas están deteniendo un poco sus planes de inversión, esperando que finalmente se establezca el nuevo marco de administración de recursos mineros. 

BNamericas: ¿Cuáles son los mayores temores derivados del decreto 044?

Cante: Hay varios temas que nos preocupan, pues amenazan seriamente con el cierre definitivo de operaciones mineras porque, por ejemplo, al no existir plazos perentorios para que actúen las autoridades, se deja en libertad para que se dilaten los procesos de manera arbitraria.

Adicionalmente, los criterios para la declaratoria de áreas de reserva temporal son amplios, sujetos a estudios que pueden o no existir previamente. Entonces, se genera un riesgo de arbitrariedad que puede implicar incluso el riesgo de cierre definitivo de operaciones.

Estamos analizando la legalidad del decreto, porque hay muchas dudas en torno a él.

Estamos esperando, porque, de seguro, saldrán algunas resoluciones de declaraciones de áreas de reserva temporal que podrían impactar el desarrollo de proyectos de minerales estratégicos que han tenido mucha discusión pública en el país, e incluso fueron parte de la agenda política de campaña del actual gobierno.

No me corresponde mencionar nombres de proyectos. Una vez que se declaren las zonas de reserva, analizaremos la situación, pues se puede crear una moratoria minera.

Si tomamos en cuenta que una zona de reserva puede ser hasta de 10 años, en ese período un proyecto muere. Sean los 5 años iniciales o los 10 que contempla el decreto, el interés de los inversionistas se puede esfumar.

BNamericas: ¿Colombia está perdiendo el tren de oportunidad para su sector minero?

Cante: Yo creo que la incertidumbre, que es más incertidumbre política, está desviando las posibilidades de inversión en el sector y, muy seguramente, esto nos va a costar muchísimos años recuperar.

BNamericas: ¿Qué efectos tendrían las normas ya aprobadas o las que están por aprobarse?

Cante: Todas las reglamentaciones para ponernos más impuestos han sido directamente contra el carbón, para limitar la ampliación de operaciones de gran minería. Las normas para no permitir las operaciones a cielo abierto han sido en contra del carbón y, en torno al decreto 044, estamos seguros de que afectará, por lo menos, un proyecto estratégico de carbón que hoy está en operación.

Nosotros vemos el riesgo de que Colombia —por vía de esas decisiones que terminan siendo legislativas, regulatorias e inclusive administrativas— desincentive y desescale la producción de carbón a un ritmo mayor de lo que se podría estar disminuyendo el consumo de carbón a nivel global. Por supuesto que eso sería perder una gran oportunidad.

Pareciera que muchas de las decisiones que se están tomando están encaminadas a que la industria del carbón se apague en los próximos cinco o diez años, cuando seguramente la demanda global puede estar por encima de ese lapso de tiempo. Ahí hay un desbalance entre lo que están promoviendo las políticas del gobierno y la realidad del mercado.

BNamericas: ¿Por qué es necesario mantener la industria del carbón en Colombia, cuando el mundo busca la eliminación de combustibles fósiles?

Cante: Para efectos del consumo nacional, el carbón y la generación térmica a carbón es la energía de respaldo, la que nos garantiza confiabilidad en suministro.

Nosotros tenemos una matriz muy limpia, cerca del 70% de nuestra generación de energía proviene de las hidroeléctricas. Precisamente por eso es que somos muy vulnerables y, en épocas como esta que estamos viviendo, del Fenómeno del Niño, la generación térmica se convierte en el respaldo efectivo para que el país no se apague.

El carbón es el que nos garantiza la seguridad energética en el país.

Estamos hablando de más de 8.000 millones de toneladas en reservas de carbones térmicos que existen en ocho departamentos, es decir, los tenemos en boca de mina. Podemos construir o mantener las plantas de generación térmica con un adecuado abastecimiento.

Todo el consumo del año en una época de escasez de lluvias no representa ni el 0,7% del consumo global de carbones. Colombia es un contribuyente marginal a la generación de emisiones a nivel global. Entonces, el carbón es un respaldo que no podemos perder.

En materia de exportaciones, tan solo en 2023 nosotros generamos entre carbón térmico, carbón metalúrgico y exportaciones de coque cerca de US$10.000 millones para la economía. Además de ser una fuente de generación energética, es una importante fuente de generación de riqueza para el país.