Instituto de Ingenieros de Minas de Perú encuentra motivos para el optimismo

Perú debiera producir más de 2,8 millones de toneladas (Mt) de cobre este año, con lo que obtendría cifras récord de exportaciones, impulsadas también por el oro, y sentaría las bases para un crecimiento sólido en 2025.

A lo largo del año, los precios favorables de los metales han llevado a las mineras a priorizar mejoras productivas, mientras el gobierno ha estado trabajado para simplificar los trámites, en particular en el ámbito ambiental.

BNamericas conversa con Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) y vicepresidente de operaciones de la minera de metales preciosos Buenaventura, sobre su balance del año, las inversiones que han hecho las empresas y las perspectivas para 2025.

BNamericas: ¿Cómo cerraremos 2024? ¿Qué aspectos vale la pena destacar?

Ortiz: Este ha sido un año de transición, porque creo que ha permitido cambiar la tendencia del volumen de las operaciones mineras, la velocidad promedio a la que crecían, el tiempo para obtener permisos, entre otros factores.

Ha habido avances significativos en la parte de permisos ambientales. Son dos etapas, los permisos ambientales y luego los permisos operativos. Son varios los proyectos que han obtenido sus certificados ambientales y ya avanzan para obtener lo segundo. Tal es el caso de Reposición Antamina, que el año pasado obtuvo certificación ambiental y no le debe de faltar mucho para la certificación operativa.

Lo mismo ocurre con Las Bambas. Sé que hubo problemas con la apertura de uno de sus nuevos tajos, pero ahora está bien encaminado. Esperemos que esto ayude a producir mayor concentrado fino.

BNamericas: ¿El precio actual del cobre influye en la mayor producción?

Ortiz: Sí. El precio actual es un incentivo para que todas las operaciones se preparen para subir entre 5% y 10% [sus volúmenes]. Estoy seguro de que entre 2023 y 2024, la generación de caja de las empresas mineras les ha permitido abordar el tema del desbroce minero —minas a cielo abierto—, la reparación de maquinaria, la modernización de infraestructura, entre otros factores que van sumando de a poco.

Si bien no es una revolución, son factores que podrán permitir que la producción cuprífera se eleve entre 2% y 4% el próximo año.

BNamericas: ¿Qué producción se podría alcanzar en 2025?

Ortiz: No sé si lleguemos a los 3Mt, pero vamos a estar cada vez más cerca. Considero que, si este año cerramos en alrededor de 2,8Mt, el próximo año estaremos por encima de los 2,9Mt y muy cerca de los 3Mt.

BNamericas: En un webinar de BNamericas en el que participó, señaló que a corto plazo el foco estará en los proyectos brownfield. El 2025 arrancará con Reposición Antamina y también con Tía María. ¿Qué otras iniciativas identifica?

Ortiz: Se tiene el caso de Glencore con su proyecto Coroccohuayco. La ingeniería está muy avanzada y ya cuenta con los permisos. Lo que falta ahora es el acceso a los terrenos y el acuerdo con la comunidad, pero creo que es uno de los proyectos que podría avanzar rápidamente en 2025.

En paralelo a grandes proyectos, y cuando uno conversa con cualquier colega dentro de la industria del cobre, se escucha que se están realizando diversos tipos de inversiones, se busca empezar a minar zonas de mayor ley, mejoras en recuperación, ampliación de fuentes de agua, mejorar la lixiviación, entre otros objetivos.

Todas están mapeando oportunidades para captar el precio de los metales. En sumatoria, capaz que no son grandes proyectos, pero son diversos agentes que vienen avanzando.

BNamericas: ¿Qué pasará con la minería aurífera? ¿Qué iniciativas hay en carpeta?

Ortiz: La principal será San Gabriel, que llegará a producir entre 135.000oz y 140.000oz de oro al año [su entrada en operación comercial está programada para el segundo semestre de 2025]. Tenemos también a Yanacocha avanzando con sus pads de lixiviación.

BNamericas: ¿El panorama de mayores inversiones y producción se está traduciendo en optimismo empresarial?

Ortiz: Yo creo que sí. El gobierno en su conjunto tomó el compromiso de destrabar proyectos significativos —no solamente mineros—, y hemos visto una coordinación activa del Ejecutivo para reunir a todas las entidades que otorgan permisos y una presencia activa del Ministerio de Economía y Finanzas, que ha pedido reuniones con las entidades responsables del agua, los suelos, entre otros.

Cada vez que había dudas de cómo proceder, había reuniones y se tomaban acuerdos dentro del marco regulatorio. Durante dicho proceso, las empresas mineras estuvieron presentes y pudieron dar sus puntos de vista.

En el caso particular de Buenaventura, obtuvimos el permiso ambiental para Coimolache este año para ampliar la siguiente fase del pad para la producción de oro. También estamos avanzando en El Brocal, y todo parece indicar que entre fines del 2024 e inicios del 2025 tendremos la certificación ambiental de operaciones.

BNamericas: ¿Y en lo que corresponde al trabajo desde el Ministerio de Energía y Minas?

Ortiz: Hay un esfuerzo significativo para contar con una plataforma tecnológica que haga más fácil el seguimiento de expedientes y para unificar —entender cómo funcionan— los sistemas de información de las entidades involucradas como el certificador ambiental Senace, Serfor, entre otros organismos. Es la ventanilla única digital.

Esto ya empezó para la etapa de proyectos mineros en exploración, pero para los proyectos de inversión aun tomará un par de años, entre 3 y 4. Ojalá fuese más rápido, pero vemos que se está avanzando en la dirección correcta. Hay una voluntad de ser más eficientes, tanto desde la parte ambiental como de la operativa.

BNamericas: Perú tendrá elecciones en 2026. ¿Eso tendrá influencia en ciertas decisiones de inversión?

Ortiz: Creo que el resultado electoral tendrá influencia a partir del segundo semestre de 2026. Hay inversiones casi obligatorias y hoy todos están avanzando con sus permisos, la ingeniería de construcción, y viendo oportunidades de optimización.

Se está haciendo un trabajo realmente valioso y creo que el empresariado minero está esperando a abril de 2026 —la primera vuelta de las elecciones presidenciales y congresales— para ver si lo aceleran o lo mantienen un poco más.