La guerra de Ecuador contra la delincuencia: la red de la narcoviolencia

Considerado en el pasado como una isla de paz en Latinoamérica, Ecuador ha pasado a ser en la actualidad uno de los países más violentos de la región, con una gran penetración del narcotráfico, que ha permeado incluso a la justicia y a un sinnúmero de entidades estatales, según lo ha denunciado la fiscal general, Diana Salazar.

Los carteles del narcotráfico han echado raíces en Ecuador para beneficiarse de su ubicación geográfica por estar entre los dos principales productores de cocaína del mundo, Perú y Colombia, y por su cercanía a grandes de centros de consumo: Estados Unidos y Brasil.

A lo anterior se une la también privilegiada ubicación del puerto de Guayaquil, en el Pacífico, que usan las mafias para enviar la droga a Estados Unidos y Europa, que según expertos sale mayoritariamente de Colombia.

El país se ha visto sacudido por un rápido ascenso de la delincuencia debido a los conflictos entre bandas, algunas de ellas aliadas de los despiadados carteles mexicanos, con un vertiginoso aumento de homicidios en plena calle e incluso el asesinato el año pasado de un candidato presidencial, Fernando Villavicencio, que aspiraba a las elecciones con una campaña anticorrupción. 

Sin embargo, la violencia se agravó a principios de este año con una serie de explosiones de bombas, secuestros de policías y carceleros tomados como rehenes y linchados en centros penitenciarios, lo que llevó al presidente Daniel Noboa a declarar la guerra a las bandas y a desplegar soldados por todo el país en una batalla por recuperar el control.

Esto puso de manifiesto la gravedad de la situación y suscitó un debate sobre lo que ocurre en Ecuador y cómo podrían extenderse los problemas a toda la región.

BNamericas conversa con Fernando Carrión, académico y experto en seguridad pública de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Quito, para saber más sobre lo que hay detrás del aumento de la violencia.

BNamericas: ¿Qué llevó a Ecuador a la actual situación de violencia e inseguridad? 

Carrión: Creo que esto empieza a partir del 2017 cuando se desmonta la estructura institucional de seguridad ciudadana. En ese momento, teníamos un ministerio Coordinación de Seguridad; un Ministerio de Justicia que se encargaba de las cárceles; un Ministerio del Interior, que se encargaba de la seguridad; una instancia que definía la política antinarcóticos y todo eso terminó en el Ministerio de Gobierno, que tiene la prioridad de la política.

En el 2017 tuvimos una tasa de 5 homicidios por cada 100.000 habitantes y el año pasado terminamos con una tasa de 46, lo que significa que la tasa de homicidios se multiplicó por 9.

Entonces, por un lado, está la ausencia del Estado, del marco institucional, y por otro, hay que tomar en cuenta que hace unos 5 años se produjo un cambio entre los grupos internacionales como el cártel de Sinaloa con los grupos locales porque hasta ese momento pagaban en dólares los trabajos que hacían para la movilización de la droga.

Se produjo un viraje y empiezan a pagarles en droga, lo que obliga a los grupos locales a monetizar, a vender esa droga en el mercado interno, y eso conduce a un incremento de la organización delictiva, del consumo interno, de la violencia y del lavado de dinero.

Entonces la combinación de falta de políticas de seguridad y la evolución del propio narcotráfico ha hecho que tengamos la realidad de este momento.

BNamericas: ¿Qué tan penetrado está en narcotráfico en la política y en las instituciones de Ecuador?

Carrión: El narcotráfico ha penetrado en la sociedad ecuatoriana, y eso tiene dos expresiones: las 22 organizaciones delictivas identificadas por el presidente Daniel Noboa, que son muy grandes, y que el narcotráfico, probablemente, sea uno de los empleadores más grandes que tiene el país. Se habla de 50.000 personas que están detrás de todas las bandas.

Al analizar la situación hay que considerar también el mercado: aquí se lavan unos US$3.500 millones anuales en las empresas privadas legales; hay una inserción "de legalización" del narcotráfico en el mercado, en la economía y en las empresas.

Adicionalmente está la penetración del narcotráfico en el sector público, que eso es lo que también nos ha mostrado el caso metástasis, denunciado por la Fiscalía.

[Nota del editor: La fiscal general Diana Salazar encabezó a fines de 2023 una serie de allanamientos en todo el país para enfrentar la corrupción y el narcotráfico, que llevaron a la detención de varios altos funcionarios públicos, fiscales, jueces, policías y guardias penitenciarios].

La presencia de esta actividad ilícita es muy fuerte. Está presente en la justicia, en los municipios, en la fiscalía, en todo lado.

BNamericas: ¿En qué sectores se lava el dinero?

Carrión: En turismo, sector inmobiliario, comercio, finanzas y ahora con mucha fuerza también en monedas.

BNamericas: ¿Qué tan grave es la situación en la provincia de Esmeraldas, por ser fronteriza con Colombia?   

Carrión: El problema de Esmeraldas es justamente la condición de provincia fronteriza con Colombia, y no sólo con Colombia sino con el departamento de Nariño, que es el lugar de producción de cocaína más grande del mundo. Esa colindancia hace que Esmeraldas tenga una condición particular, a la cual hay que añadir su condición portuaria, su condición de   pobreza y la poca atención que el Estado le ha dado, lo que le ha hecho presa fácil de grupos delincuenciales.

BNamericas: ¿Cómo ve la falta de recursos de Ecuador para enfrentar los problemas que ya hay y los que conllevará la declaratoria de guerra contra las mafias?

Carrión: Efectivamente, hay un problema de caja fiscal muy fuerte; la tendencia es que los municipios tiendan a financiar al gobierno central porque hacen lo que debería hacer la policía con financiamiento estatal y eso está restando recursos para otro tipo de cosas, que serían incluso más provechosas para la propia seguridad.

El tema financiero y de la economía es, sin duda, un tema estructural de la violencia. La falta de recursos es uno de los grandes problemas.

BNamericas: ¿Qué tan infiltrado en Ecuador está el narcotráfico en la minería ilegal?

Carrión: El problema es muy grave y no es solo de Ecuador, es de Colombia, Perú, México. Hay una gran articulación internacional, global, entre estas estructuras del crimen organizado.

BNamericas: ¿Qué se puede esperar en Ecuador tras la declaratoria de guerra contra las mafias delincuenciales y las medidas adoptadas por el presidente Daniel Noboa? 

Carrión: Su política es de mano súperdura y habrá que ver los resultados; por lo pronto hay temor, desorientación social, el impacto muy fuerte que habrá en la economía, algo similar al COVID-19. La situación es muy compleja.  Tengo la impresión de que esto va a ser una condición cíclica: vamos a tener períodos de picos altos y momentos bajos.

En un primer momento, en el corto plazo, el nivel de violencia puede bajar un poco, pero terminará incrementándose porque caerá la economía. Es una especie de círculo vicioso.

BNamericas: ¿Cómo ve la situación regional, prevé escenarios similares de violencia en otros países en el corto o mediano plazo?

Carrión: En términos generales, Ecuador tiene ahora la tasa más rápida de incremento de la violencia. Francamente, que se haya incrementado la violencia en 9 veces en 6 años es una locura. Sin embargo, Ecuador no es el país más violento, es el tercero más violento en la región, después de Jamaica e Islas Turcas y Caicos, en el Caribe.

En general ha habido un incremento de la violencia en países considerados más bien muy seguros, uno es el caso de Ecuador, pero Chile, Uruguay, Costa Rica, también están registrando crecimientos bastante altos.

Chile tiene todavía una tasa de homicidios baja, alrededor de 6,7 por cada 100.000 habitantes, pero en 2018 estaba en 4,5; las tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes en Uruguay y Costa Rica están en 12 y 14, respectivamente. Las cifras evidencian que este fenómeno se está generalizando por toda Latinoamérica.

BNamericas: ¿Dado el crecimiento alarmante del narcotráfico y crimen transnacional, ve alguna perspectiva de políticas y esfuerzos regionales para combatirlos?

Carrión: No, porque incluso instancias como la OEA no tiene políticas respecto de esto, la [Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños] Celac tampoco, La [Unión de Naciones Suramericanas] Unasur atraviesa en una crisis brutal, y el Mercosur está entrando en una crisis mayor. 

En otras palabras, no veo algo parecido a lo que ocurre en la UE, en donde sí hay políticas interesantes para tratar estos temas.

BNamericas: ¿Es decir cada país tendrá que seguir luchando solo?

Carrión: Lamentablemente sí.