La solución biotecnológica de una startup chilena para el sector minero

La gestión eficiente de los relaves mineros se está volviendo cada vez más relevante, puesto que las operaciones deben mantener su competitividad y llegar a ser sostenibles desde el punto de vista ambiental. 

La startup chilena Domolif ofrece una alternativa para que los clientes logren ambos objetivos a través de soluciones biotecnológicas con bacterias. Bajo el concepto de economía circular, Domolif se concentra tanto en la producción de material de construcción utilizando relaves mineros como en las maneras de desacelerar la corrosión de acueductos.

En esta entrevista con BNamericas, su presidenta ejecutiva, Pamela Chávez, explica cómo funcionan las soluciones.

BNamericas: ¿Cuáles fueron los desafíos de la minería que motivaron a Domolif a buscar una solución biotecnológica para la gestión de relaves?

Chávez: La industria minera tiene varios procesos que pueden ser contaminantes. Cuando comenzamos a trabajar para la minería [en 2014], nos dimos cuenta de que el 70% del agua del relave se perdía a través de la filtración y/o evaporación. Por eso buscamos soluciones a través de la microbiología.

Primero propusimos que se hiciera una deposición más segura de los relaves, cambiándolos de lodo a sólido. Luego encontramos unas bacterias que son capaces de segmentar el relave para recuperar el agua y analizamos cómo usar el relave minero como una materia prima para hacer otra cosa. Mientras el país pensaba en cómo controlar los relaves, nosotros estábamos haciendo pilotos para fabricar cemento a partir de los relaves. Así surgió green concret, que tiene por objetivo hacer materiales prefabricados usando materiales 100% provenientes de relaves mineros. 

Otro gran problema de la minería es la polución por material particulado que afecta a las personas al respirar alto contenido de sílice que tiene ese polvo. En Chile existe un plan nacional de erradicación de la silicosis hacia 2030, pero los números han ido subiendo porque la extracción ha aumentado y, por lo tanto, el movimiento de tierra también. 

Cuando buscamos las soluciones que existían para este problema, solo encontramos materiales de protección como mascarillas o campanas de extracción, pero ninguna se hacía cargo en el lugar. Ahí encontramos un microorganismo capaz de extraer las moléculas de oxígeno del dióxido de sílice que es respirable para convertirlas en cristales de mayor peso molecular. Debido a su peso, estas no se suspenden y se vuelven irrespirables. 

Actualmente, estamos en proceso de validar y comercializar este producto para erradicar definitivamente la sílice desde la fuente de emisión. 

BNamericas:¿Qué beneficios trae el green concret para la industria?   

Chávez: Hacemos un sustituto del cemento. En términos de capacidad instalada, si toda la industria del cemento fuera un país, sería el tercer país más contaminante del mundo. No es una empresa sustentable. Pero hay más conciencia sobre la importancia de usar materiales sustentables, como el green concret, para la construcción. 

BNamericas: ¿Qué pasa con el agua recuperada de los relaves? 

Chávez: El agua se reinyecta y va a la concentradora. Esta agua es mucho más barata que el agua desalada. Por lo tanto, hacer una recuperación del agua a partir del relave trae grandes beneficios para el proceso.

BNamericas: ¿Qué empresas mineras están utilizando este tipo de innovaciones?

Chávez: Estamos trabajando con Antofagasta Minerals y con BHP, pero hay interés mundial y nos han llamado desde Australia y Brasil.

BNamericas: ¿Qué inversión se requiere para adoptar estas tecnologías?

Chávez: No es tan caro como se piensa. Esta aplicación surge de un trabajo conjunto entre la compañía minera y los equipos de investigación para ir resolviendo los cuellos de botella. En cuanto a la inversión, los mismos clientes se han motivado y están invirtiendo en los primeros pasos de la investigación que son necesarios. 

BNamericas: ¿Qué rol tiene Domolif en los proyectos biotecnológicos para la minería? 

Chávez: Gran parte de la disposición y recuperación de los relaves se realiza en pilotajes para determinar su viabilidad. Muchas empresas han estado haciendo pruebas. En particular, la empresa Escondida ha estudiado bien estas tecnologías. Con ellos piloteamos en el depósito Laguna Seca y funcionó bastante bien.

La particularidad de hacer el cemento pasa por la forma en cómo se hace la disposición del relave, por lo tanto, son cambios que dependen de las empresas. Nosotros actuamos como los desarrolladores de las tecnologías habilitantes para que este tipo de transformaciones ocurran. 

BNamericas: ¿Qué falta para perfeccionar sus soluciones?

Chávez: Estamos evaluando los espesadores, porque los relaves se concentran o se espesan para sacar la mayor cantidad de agua posible con un límite que está relacionado con la biología con la cual sale el relave hacia los depósitos. Este proceso de espesar ya es una gran revolución, pero aún faltan tecnologías, como la implementación de un reómetro en línea que permita advertir cuándo el relave está listo para salir.

Es importante controlar la reología para hacer mejoras en el espesador y medir la composición de las partículas que llegarán, finalmente, al espesador. De esta forma se podrá determinar mejor los tiempos de espaciamiento y de recuperación del agua. De lo que hemos visto en el mundo nadie usa esta herramienta que permite obtener materiales de construcción a partir de relaves. 

BNamericas: ¿Comercializarán las innovaciones?

Chávez: Estamos desarrollando un producto que utiliza floculante para bajar el consumo de suculentos y optimizar la circulación del agua con las particularidades de los sólidos. Falta desarrollo tecnológico en estas áreas, pero estamos avanzando. Por ahora queremos dar a conocer estos primeros grandes pasos y seguiremos evaluando cómo lograr una mayor resistencia y mejores resultados en un 100% a partir de relaves. 

BNamericas: Además de relaves, ¿en qué otras áreas de la operación minera se podría incluir la biotecnología para consolidar una economía circular?

Chávez: Otro servicio que ofrecemos es la integridad de los materiales que surgen como producto de la corrosión. A medida que aumenta la desalación y el transporte de agua desde el mar, ya sea como agua de mar, agua desalada o como mezcla de aguas de distintos orígenes, por ejemplo, provenientes de termoeléctricas, se genera corrosión en el transporte. Esto porque las aguas contienen bacterias y agentes biológicos que aceleran la corrosión en las caras internas de los ductos. 

Para eso hemos desarrollado un servicio especializado de monitoreo, control y evaluación de revestimiento y de materiales que utilizan biocidas y agentes controladores de la corrosión. Actuamos como fiscalizadores para controlar que todo esté funcionando bien a modo de evitar paralizaciones en las plantas por eventos de corrosión. 

BNamericas: ¿Qué proyectos tienen para las plantas desalinizadoras?

Chávez: Tenemos proyectos tanto para consumo doméstico como para uso industrial. Somos especialistas en el tema gracias a nuestros conocimientos en microorganismos y organismos marinos. Pero, lamentablemente, la mayoría de las ingenierías para plantas desalinizadoras no consideran estos elementos y los ductos para aducción de agua en la minería nunca llegan a los años de vida útil prometidos; por lo general, duran menos de cinco años, ya que se deben estar cambiando los materiales. 

Nosotros medimos la corrosión y evaluamos los productos que se requieren para frenarla y alargar lo más posible la vida útil de las tuberías, que es una de las inversiones más altas en los proyectos. Hemos evaluado la inducción de aguas para grandes empresas, definiendo los tipos de cañerías necesarios, los revestimientos, etc. Los proyectos tardan en promedio 10 años y en ese período ocurren varios cambios. 

Por ejemplo, empezamos con un proyecto de planta de desalinización en 2011 y hoy todos los valores del agua, ya sea por los fenómenos de evaporación, contaminación, nuevos aportes de aguas continentales, actividad volcánica, etc., han alterado los datos iniciales del proyecto. Por lo tanto, el monitoreo debe ser permanente.  

BNamericas: ¿Qué hacer en caso de una fuga de relaves mineros?

Chávez: Avisamos mucho antes para que eso no ocurra y usamos materiales para revertir y proteger los efectos de la corrosión, sobre todo en los ambientes marinos. 

El cambio climático ha estado afectando las operaciones. Por ejemplo, los muelles de las plantas desaladoras que están en [la ciudad norteña de] Antofagasta antes recibían 20 marejadas al año, hoy tienen 20 marejadas al mes. 

También está el problema de los invertebrados marinos, ya que salen enormes cantidades de medusas desde los filtros, lo que antes no ocurría. Hoy llueve en lugares que nunca antes había llovido y lo que no había llovido en 100 años, llueve en 2 horas. Los daños del cambio climático sobrepasan las ingenierías.

El año pasado, las lluvias inusuales también sobrepasaron las operaciones en [la mina de cobre] Collahuasi, arrasando con la infraestructura cuyo diseño tenía una capacidad de resistencia para el peor terremoto y para una lluvia esperada en 200 años. Pero hoy el cambio climático cambió los números, las lluvias, marejadas, etc. Aquí nuestro apoyo es fundamental para prevenir los desastres, hacer la redistribución de los materiales y reforzar los puntos débiles antes de que ocurran los desastres, porque al final eso sale mucho más caro que hacer una mantención programada.