Las dificultades para obtener licencias en la Amazonía brasileña

La obtención de licencias para infraestructura, minería o petróleo y gas en la región amazónica de Brasil siempre ha generado controversia, y los planes actuales para pavimentación de carreteras, exploración y una nueva línea ferroviaria no son la excepción.

Beto Veríssimo, cofundador de la ONG ambiental Imazon, conversa con BNamericas sobre las posibilidades de que distintos proyectos avancen en la región y los potenciales impactos.

BNamericas: ¿Cuáles son las principales dificultades a la hora de obtener licencias para proyectos en la Amazonía?

Veríssimo: Algunas iniciativas y proyectos planificados para la región tienen una serie de repercusiones, desde las medioambientales hasta las que afectan a los pueblos autóctonos que habitan esas zonas.

Las instituciones estatales que se ocupan de procesos medioambientales cuentan con un personal muy reducido que no puede evaluarlo todo. Es el caso de las actividades relacionadas con la extracción de madera, la concesión de licencias para actividades ganaderas, los proyectos de infraestructura, la energía y la minería.

Yo diría que la falta de personal en las agencias es un problema crítico.

BNamericas: Dada la escasez de personal, ¿qué tan difícil es obtener licencias?

Veríssimo: La Amazonía es una región altamente sensible, por cuestiones de biodiversidad, deforestación, impactos a los pueblos indígenas, entre otros aspectos.

Los grandes proyectos en esta zona implican todos estas repercusiones, por lo que la obtención de licencias es muy compleja.

Como dije, las instituciones estatales de la región encargadas de otorgar licencias tienen pocos trabajadores para evaluar grandes proyectos y muchas actividades. Los organismos federales tienen más personal, pero sigue siendo un escenario complicado.

Sin embargo, yo diría que es necesario un proceso de concesión de licencias complejo y largo, dada la sensibilidad de la región.

Por ejemplo, el proyecto hidroeléctrico Belo Monte llevó mucho tiempo y, aun así, hubo numerosos problemas medioambientales asociados. Si no se hubiera discutido tanto como se hizo, habría tenido complicaciones aún mayores.

BNamericas: ¿Es posible utilizar un modelo único de evaluación para todos los proyectos de la región?

Veríssimo: Podríamos ser más rápidos a la hora de conceder licencias a zonas que ya han sufrido deforestación, pero hay que tener en cuenta que tenemos diferentes Amazonas.

Existen al menos cinco: la Amazonía de la sabana, la ya deforestada, la que está bajo la presión de la deforestación, la de los bosques densos e inexplorados y la de las ciudades. Cada una de estas diferentes Amazonas tiene una realidad distinta.

La región amazónica cuenta con 772 municipios, una superficie mayor que la de Europa, y cada lugar tiene su particularidad. Los inversionistas, las empresas y las autoridades deben tener una visión cualitativa de la región. No es posible tener una visión única del lugar.

BNamericas: ¿Cómo afecta la minería a esta zona?

Veríssimo: El gran problema es la minería ilegal, más concretamente los [mineros informales] garimpeiros.

Los garimpeiros se están extendiendo por toda la región en busca de oro y esto provoca una serie de problemas.

Si analizamos la deforestación, es relativamente fácil para las autoridades combatirla porque saben más o menos dónde están las zonas más propensas.

Ahora bien, con la minería ilegal no hay forma de tener claro dónde ocurrirá y ocurre de manera más dispersa.

Los garimpeiros provocan contaminación de ríos amazónicos, por el uso de mercurio, y hay impacto social y económico.

Hoy en día, la minería ilegal la controla el crimen organizado y estos delincuentes no permiten que las zonas dominadas por ellos tengan otras actividades comerciales, lo que afecta a las comunidades cercanas.

Una empresa que planea instalarse en una zona cercana a sitios mineros necesita tener su propio sistema de seguridad, un ejército privado, y esto hace que el negocio formal sea inviable.

Donde hay garimpeiros, la inversión privada legal es inviable y, a largo plazo, genera ciudades fantasmas.

BNamericas: ¿Hay espacio para el desarrollo de la minería legal a escala industrial en la región?

Veríssimo: Los proyectos de minería industrial tienen un impacto ambiental bajo, pero también hay que tener en cuenta que la minería no contribuye tanto a la economía local como algunos imaginan.

Esta actividad no genera tanta recaudación tributaria por exportaciones para las regiones donde se concentra.

Además, la minería industrial genera empleos de calidad, pero no tantos en una región determinada, de modo que el debate sobre esta actividad gira más en torno al retorno socioeconómico que puede producir para la sociedad que a los impactos ambientales reales.

Pero hemos visto avances.

Vale tiene reservas minerales en Carajás, en el estado de Pará, para la producción de mineral de hierro durante los próximos 500 años, y la empresa ha comprendido cada vez más que necesita llevar prosperidad a esa región.

Antes era común ver sabotajes a operaciones logísticas, en ductos y líneas ferroviarias, debido a conflictos sociales. Pero hoy hay menos problemas de ese tipo porque las empresas mineras están entendiendo cómo manejar este tipo de situaciones, incluso bajo presión de sus accionistas.

BNamericas: ¿Cuáles son los impactos de los proyectos de infraestructura, como la pavimentación de la carretera BR-319 o la construcción de la ferrovía Ferrogrão, y cuáles son las posibilidades de obtener licencias?

Veríssimo: Si la BR-319 sigue adelante, es un proyecto que puede ser devastador para la Amazonía y llevar la selva a un punto de no retorno en términos de deforestación.

La historia muestra que la existencia de autopistas conduce a una ocupación descontrolada de zonas cercanas y el gobierno no tiene forma de controlar esto.

Si se avanza con la BR-319, estaremos contrayendo una deforestación descontrolada.

BNamericas: Considerando las dificultades asociadas a la BR-319 y a Ferrogrão, ¿cuáles son las posibilidades de obtener licencias para exploración de petróleo en el Margen Ecuatorial?

Veríssimo: Veamos las diferentes partes.

La BR-319 es un proyecto de gran impacto ambiental y puede llevar la selva amazónica al nivel de no retorno, al completo descontrol de la deforestación y no tenemos ninguna vacuna para mitigar eso.

El Ferrogrão no parece tener mucho sentido económico. Genera emisiones de dióxido de carbono, lo que es caro, y hay dudas sobre el retorno financiero.

Ahora bien, la exploración petrolera es controvertida desde el punto de vista medioambiental, pero diferente de estos otros dos proyectos.

BNamericas: ¿Por qué?

Veríssimo: Cuando hablamos del Margen Ecuatorial, hablamos de producción petrolera que genera regalías para los gobiernos locales.

Los agentes políticos de la región están muy interesados en avanzar en esta actividad, por lo que desde el lado político hay presión para seguir adelante.

Sin embargo, la exploración petrolera es un tema sensible desde el punto de vista ambiental y más aún en esa zona, porque estamos hablando de exploración petrolera en la desembocadura del río más caudaloso del mundo, el río Amazonas.

Estamos en un momento en que el mundo discute si el petróleo es cosa del pasado y para cuando conozcamos todos los impactos medioambientales de la exploración en el Margen Ecuatorial, quizá ya ni siquiera tengamos el petróleo como principal fuente de energía, porque estamos hablando de un horizonte de al menos 10 años para que se inicie allí cualquier actividad.

Este también es un tema que puede afectar enormemente la reputación internacional de Brasil en términos de sostenibilidad y medio ambiente.

Esta entrevista fue publicada originalmente el 19 de agosto