"Lo que siempre ha tenido Colombia y atrae a los inversionistas es la independencia y fortaleza de las instituciones"

El retroceso que experimentó el año pasado América Latina y el Caribe en cuanto al atractivo para la inversión minera ha inquietado a la región sobre la forma de recuperar ese interés en medio de complejas coyunturas políticas, económicas e incluso de seguridad. 

Según la última encuesta del Instituto Fraser, Colombia experimentó una de las caídas más pronunciadas en el índice de percepción de políticas: de 15,7 puntos, y ocupó el lugar 83 de 86 jurisdicciones.

BNamericas conversó con Lucas Marsden-Smedley, director asociado de FTI Consulting, sobre lo que está pasando en Colombia y Ecuador, así como el interés que estaría despertando El Salvador.

BNamericas: ¿Cómo ve la situación de la minería en Colombia?

Marsden-Smedley: La inversión se ha frenado por la incertidumbre. Antes se respiraba un ambiente volátil y ahora hemos llegado a un clima antiextractivo y antiminero, tremendamente hostil hacia sector privado.

Adicionalmente, se han incrementado los paros y los bloqueos.

Sin embargo, pese a los problemas, creemos que hay interés internacional en proyectos de cobre. Hay interés en el Chocó, que tiene mucho cobre y oro. 

Las compañías no están pensando en el presidente Gustavo Petro, están pensando a dónde va el país a largo plazo en los próximos 30 años.

Lo que siempre ha tenido Colombia y atrae a los inversionistas es la independencia y fortaleza de las instituciones y eso la hace atractiva, pese a los vaivenes y las coyunturas políticas. 

En los próximos 8 o 10 años va a haber un desarrollo interesante de proyectos, apoyados por la inversión extranjera.

BNamericas: Dada la incertidumbre, ¿un eventual nuevo período presidencial de Petro puede influir en el ánimo de los inversionistas? 

Marsden-Smedley: Diría que la potencial posibilidad de una reelección de Petro es muy baja. Creo que Colombia elegirá a una figura como Javier Milei o bien regresará hacia el centro.

A mediano y largo plazo, en los próximos 8 o 10 años, Colombia va a ser un buen lugar para invertir.

BNamericas: ¿Cómo pueden influir en el desarrollo de proyectos las reformas al código minero y la anunciada creación de [la empresa estatal] Ecominerales?

Marsden-Smedley: En general, EcoMinerales no se ve tan fatal. En Latinoamérica estamos viendo que las compañías están abiertas a hacer asociaciones; Chile es un buen ejemplo: cada vez hay más compañías privadas que trabajan de la mano con agencias estatales, pues eso da un poco de seguridad.

Si las compañías tienen una asociación con la empresa pública tienen más seguridad de que no se va a expropiar ni nacionalizar el proyecto. Si es solo un proyecto privado no existiría esa seguridad.

Por supuesto, hay que repartir las ganancias. Pero tomemos nuevamente el ejemplo de Chile, en donde hay compañías que tienen que dar el 5% de sus ganancias a las comunidades. Hay compañías que deben dar US$200.000 a cada líder comunitario, entonces la asociación con empresas que prestan servicios públicos puede resultar buena.

BNamericas: ¿Cómo ve al momento a la industria minera en Ecuador?

Marsden-Smedley: En Ecuador se mueve muy fuerte la resistencia contra la minería en territorio, y en esto no solo influyen factores internos sino también externos, como lo que pasó el año pasado con la mina Cobre Panamá. 

El presidente Daniel Noboa necesita recursos para financiar la operación Fénix contra el narcotráfico y el crimen organizado. Por los referéndums del año pasado [sobre minería en el Chocó y de petróleo en el bloque 43 ITT), él no tendrá todos los recursos previstos, por lo que seguramente estará mirando con mucho interés nuevos proyectos mineros para recaudar fondos.

Adicionalmente, Noboa no es un populista; está demostrando responsabilidad fiscal y conciencia de que requiere recursos para los cambios necesarios para enfrentar la inseguridad.

Si bien ya en la época del presidente Rafael Correa en el país se movía mucha droga, Ecuador no tiene la historia de violencia de décadas de otros países, por lo que pensaría que la población se seguirá resistiendo a la minería, como ya lo hemos visto.

BNamericas: Si se logra concretar la expansión de Mirador y avanzan Curipamba y La Plata, ¿eso podría abonar positivamente en la visión de inversionistas? 

Marsden-Smedley: Ecuador ahora maneja el 70% de la cocaína que se manda a Europa, pero si Nayib Bukele cambió totalmente la situación de inseguridad en El Salvador, hay que pensar que Ecuador es, en Latinoamérica, la segunda prueba en cuanto a aplicación de mano dura en la región.

Estamos viendo un cambio en la manera en que se enfrentan estos retos. Hemos visto que, a corto plazo y a cierto nivel, lo que está haciendo Noboa está funcionando. 

Si él logra a mediano plazo bajar los homicidios, desarrollar y mover las minas, pese a los bloqueos y protestas que habrá, hasta en corto plazo habrá oportunidades de inversión.

Ecuador no tiene la experiencia en temas de alta violencia, pero las compañías sí. Por ejemplo, en Colombia, en la década de 1990, operaban en zonas de alto riesgo y varios integrantes de sus equipos fueron secuestrados, pero las empresas siguieron funcionando.

La minería es un sector que puede entender y acomodarse a los riesgos, pero hay que manejarlos bien. 

Otra ventaja que tiene Ecuador es que Noboa es partidario de los negocios y él va a apoyar al sector privado. Eso es algo que ahora, por ejemplo, Colombia no tiene y tampoco México. Hay pocos países en Latinoamérica que pueden decir que cuentan con ese apoyo.

Dependiendo de lo que pase en los próximos 6 meses, creo que se podría ver inversión significativa de grandes jugadores en el mercado.

BNamericas: ¿Cómo ve en general a la industria minera en la región?

Marsden-Smedley: Hay diversos escenarios, pero es importante recordar que, si se quiere llegar antes del 2030 a las metas internacionales de energía verde, el consumo de minerales críticos tiene que duplicarse cada 5 años.

En África y Latinoamérica en general, las empresas operan en sitios de alto riesgo y conocen esos riesgos; por lo tanto, buscan cómo proteger sus inversiones en un ambiente volátil. 

Por citar ejemplos, actualmente la minería en el Salvador está muy interesante. Nuestro equipo ha visto que hay compañías interesadas en comprar tierras.

Muchas personas creen que Bukele impulsará la minería, pues al ser populista puede hacer lo que quiere, pero precisamente su poder es su popularidad e históricamente ha habido mucha resistencia a la minería. 

El presidente salvadoreño necesita dinero y la minería lo da, pero si él ve que hay mucha resistencia y no es popular, seguramente no lo hará.

Ecuador está en una situación similar. Noboa necesita dinero y seguramente está pensando mucho en la industria minera como fuente de ingresos, pues para su plan de seguridad necesita dinero.

La diferencia entre Ecuador y El Salvador es que el segundo ha podido nacionalizar y centralizar el poder; en Ecuador la situación tiene que ver más con los gobiernos y comunidades locales.

Muchas de las decisiones en Ecuador que tienen que ver con la minería se hacen a través de los municipios y con acciones como referéndums. Noboa no tiene la libertad de Bukele.

BNamericas: Las decisiones en el Salvador dependen de la popularidad de Bukele, pero, ¿cómo se ven las posibilidades de la industria en términos de legislación?

Marsden-Smedley:  La minería industrial en El Salvador comenzó en los años 70, con la mina de oro San Sebastián, que terminó dañando el río, y en torno a la cual desde el principio hubo mucha resistencia de la comunidad y mucho activismo, con poder de parar minas, que persiste en el país.

En 2008, debido a la fuerte oposición, a Pacific Rim Mining se le negó la licencia para explotar El Dorado. 

Es evidente que los grupos que se oponen a la minería metálica tienen el poder de pararla. Sin embargo, en 2021 se creó el regulador de minas, lo cual ha abierto expectativas.

BNamericas: ¿Se puede pensar en una participación relevante de China en la minería en El Salvador?

Marsden-Smedley: La inversión China es importante para El Salvador. Es muy probable que se dé un acuerdo de comercio [las negociaciones entre los dos países ya se iniciaron en abril] y allí puede haber un tema de concesiones de minas.

BNamericas: ¿Podría Estados Unidos también estar interesado en minería en El Salvador?

Marsden-Smedley: No he visto un líder político que sea tan popular como Bukele. En El Salvador hay seguridad y la inversión de Estados Unidos en general está creciendo mucho.

Parece que tanto las compañías de Estados Unidos como las de China están preparándose para el comienzo de la minería en El Salvador.