México
Entrevista

Lo que tiene que saber del multimillonario corredor de remesas EE.UU.-México

Bnamericas
Lo que tiene que saber del multimillonario corredor de remesas EE.UU.-México

El corredor de remesas EE.UU.-México es el tercero más grande del mundo por volumen, después de China e India, y hay varios actores, tanto nuevos como consolidados, que buscan quedarse con una parte del multimillonario mercado.

Para obtener más información y analizar el tema desde el ángulo de las fintechs, BNamericas entrevistó por correo electrónico a dos académicos que se especializan en esta área: Bernardo Bátiz-Lazo, profesor de historia en tecnología financiera y comercio global de la Universidad de Northumbria de Reino Unido y profesor investigador de la Universidad Anáhuac de México, junto con Ignacio González Correa, estudiante de posgrado del Departamento de Economía de la Universidad de California, Davis.

Bátiz-Lazo y González trabajan en proyectos para definir materias de género en el ámbito de las compañías emergentes de fintech de Latinoamérica y el impacto a largo plazo del cambio tecnológico en las remesas entre EE.UU. y México.

Nota del editor: la entrevista se realizó en conjunto con el editor y periodista sénior de BNamericas Ulric Rindebro

BNamericas: Con respecto al mercado de remesas del corredor México-Estados Unidos, ¿quiénes son los protagonistas? ¿hay nuevos participantes de rápido crecimiento?

Bátiz-Lazo: Primero aclaremos que estamos hablando de remesas familiares en el tercer corredor más grande del mundo por volumen, después de China e India. Por remesas familiares entendemos una transferencia transfronteriza de fondos desde un remitente hacia un beneficiario. El remitente es un trabajador migrante, que puede ser documentado, o legal, o indocumentado, ilegal, nacido en México o un descendiente de al menos un padre nacido en México que envía alrededor del 20% de su salario, o un promedio de US$370 al mes en dos o tres cuotas, al otro lado de la frontera. Los beneficiarios son familiares, generalmente una mujer: madre, una parienta cercana o su cónyuge.

No hay un solo intermediario que trabaje en ambos lados de la frontera. En parte esto se explica porque, por ejemplo, en EE.UU., las licencias son emitidas por los estados individuales. Esto significa que hay que cumplir con un gran número de regulaciones, lo que si bien no es imposible, sí implica recursos significativos.

En cambio, hay varias capas en el mercado y cada una se comporta de manera muy distinta en términos de su organización industrial. A nivel minorista, hay más de 100.000 agentes de remesas en EE.UU., mientras que, al mismo nivel, hay una sinfín de pagadores en México: desde sucursales bancarias y cajeros automáticos de BBVA Bancomer, Banorte y Banco Azteca hasta unos 22.000 puntos de las tiendas minoristas Oxxo, además de farmacias, supermercados —como Soriana— y otros, como los actores de línea blanca Elektra y Coppel, cada uno con cerca de 1.000 puntos de venta en todo el país.

En otro nivel están las empresas de remesas. En este caso, Western Union tenía el 80% del mercado en la década de 1980, lo que se redujo a alrededor del 30% para 1995 y a 12% para 2010. Mientras tanto, surgieron unas 60 empresas dedicadas a las remesas. La consolidación dejó unas 30 en este momento y es probable que la consolidación continúe.

En otro nivel, están los agregadores, como BTS y TransNetwork, que controlan alrededor del 60% del volumen. Y en un nivel superior, unos 15 bancos que tienen el mando del mercado transfronterizo en todo el mundo

Fintechs como Xoom —de Paypal—, Remitly, Wise o Global66 podrían ser los recién llegados, pero tienen una pequeña fracción del mercado. Trabajan principalmente con la clase media, o bancarizados, personas físicas, pymes.

BNamericas: Las fintechs que atienden el corredor EE.UU.-México solo tienen una pequeña participación de mercado. ¿Por qué ocurre eso? ¿Cuáles son las barreras?

González: Alrededor del 90% de las remesas del corredor México-Estados Unidos comienzan y terminan en efectivo. Entendemos que es bastante diferente en otros países como Malasia, donde los códigos QR son bastante populares.

En el corredor México-Estados Unidos, los remitentes tienen una bancarización relativamente alta, pero no quieren hacerse cargos de pagos digitales. Las razones para iniciar las transferencias en efectivo son un umbral muy bajo para el fracaso y una fuerte tendencia a optar métodos “probados y comprobados”. Una minoría de ellos, alrededor del 6%, son de comunidades indígenas que no hablan ni leen español. Entonces, siguen el ejemplo de amigos o auxiliares.

Los beneficiarios son en su mayoría mujeres, principalmente familiares mayores o cónyuges de migrantes. Según el Banco Mundial, hay 304 millones de mujeres sin acceso a cuentas bancarias en América Latina. Los beneficiarios también han sido objeto de malos servicios y altas comisiones de los bancos, por lo que temen y son escépticos de los intermediarios financieros. Sin embargo, ha habido algunos éxitos recientes, como es el caso de BBVA en México que, después de unos cinco a siete años de inversión y trabajo duro, migró el 85% de los 14 millones de transacciones pagadas en efectivo en 2015 al pago del 85% de sus 18 millones de remesas anuales a través de tarjetas N2 —de prepago— en 2022.

Un desafío importante para las fintechs es cumplir con las normas para conocer a los clientes (KYC). Esta es una parte importante de la operación para remitentes y pagadores. Se deben realizar grandes inversiones en esta área para mantener contentos a los reguladores y disuadir el lavado de dinero.

Otra barrera relevante es que muchos migrantes viven en zonas rurales de México con poca cobertura de telefonía móvil y poco acceso a internet, por lo que es difícil enviar dinero a casa de manera digital a través de aplicaciones.

BNamericas: Tienen las fintechs en general acceso a infraestructura de pagos de la banca? O en otras palabras, ¿qué infraestructura de pagos suelen utilizar las fintechs para transferir fondos desde EE.UU. hacia México?

Bátiz-Lazo: Los remitentes suelen utilizar cajeros automáticos para sus retiros o cobrar sus cheques con el agente de remesas. Por lo tanto, las fintechs podrían captar este negocio mediante tarjetas de débito o N2 (de prepago) emitidas por ellos mismos u otros. Del lado de los beneficiarios, las fintechs podrían usar cajeros automáticos o celebrar acuerdos de agentes para acceder a sucursales minoristas de protagonistas como Banorte o Banco Azteca u otros actores importantes como Oxxo y Elektra. Eso sí, las comisiones por usar cajeros automáticos de bancos en que uno no es cliente son bastante elevadas en México.

En ausencia de una licencia para tener depósitos a la vista, deberán tener acuerdos de corresponsalía bancaria en dólares y en pesos con bancos de cada lado de la frontera. Además, la Fed y el Banco Central mexicano crearon "Directo a México", que es un servicio de pago que acelera las cosas y evita el código Swift.

BNamericas: En cuanto a los costos de las remesas en Latinoamérica, ¿cuál ha sido la tendencia de los últimos años y qué impacto han tenido las fintechs?

González: Los costos de las remesas derivan de una comisión y el diferencial cambiario. La primera es más fácil de rastrear. En términos generales, las comisiones han bajado de un promedio de US$30 en la década de 1990 a US$10 en la actualidad. Eso significa alrededor del 6% de una transacción, que aún está por encima del objetivo de sostenibilidad de 3% establecido por la ONU para 2030.

Inicialmente, las fintechs tenían una propuesta muy interesante y atractiva, con mejores tipos de cambio y comisiones en el rango de US$7-8 para transacciones individuales. Más recientemente, algunas como Broxel han comenzado a ofrecer remesas sin comisión.

Sin embargo, a medida que la era del “dinero barato” da paso a una alta inflación, se vuelve evidente que muchas fintechs quemaron el dinero de inversores como locos, en gran parte manteniendo los precios de las transacciones, es decir, las comisiones y el tipo de cambio, artificialmente bajos. Para volverse rentables, compañías como Wise o Xoom están aumentando sus comisiones a unos US$30 por transacción, aproximadamente el equivalente a lo que cobran los bancos, por lo que queda “solo” la comodidad y la rapidez como característica diferenciadora de su oferta. Además, las empresas “tradicionales” de remesas como Western Union, MoneyGram y algunas compañías medianas de remesas ya ofrecen servicios digitales para enviar fondos fuera de las fronteras a través de sus sitios web y aplicaciones.

No podemos ver cómo las fintechs se volverán más atractivas para las grandes masas de migrantes si la escasez de fondos las presiona a aumentar o seguir aumentando las comisiones en EE.UU. mientras que los cobros son altos en México por usar cajeros automáticos, terminales de puntos de venta o sucursales físicas. Por lo tanto, parece seguro que en un futuro cercano las fintechs ofrecerán un servicio costoso que utilizarán principalmente los adinerados y las pymes.

BNamericas: Y a futuro, ¿qué impacto podrían tener las fintechs en los costos?

Bátiz-Lazo: Como se mencionó, insignificante. Por un lado, ya hemos explicado por qué creemos que los costos de las fintechs aumentarán. Por otro lado, estas compañías de tecnología financiera seguirán enfrentándose a una economía en que impera el efectivo mientras no se logre una bancarización generalizada o se use mucho más las tarjetas N2 —de prepago— que facilitan la interoperabilidad, es decir, el enrutamiento hacia México a través de su sistema de pago en tiempo real SPEI, no despegue el sistema de pago mexicano QR —llamado CoDi y lanzado en 2019—ni haya un esfuerzo conjunto de los bancos federales y otros intermediarios privados que tome en serio la necesidad de aumentar la inclusión financiera y reducir las barreras a la exclusión financiera.

BNamericas: En los últimos años, las remesas a Latinoamérica han aumentado mucho. ¿Cómo la expectativa de una recesión en EE.UU., donde vive una gran parte de los migrantes latinoamericanos, y una alta inflación podría afectar las remesas a la región en el segundo semestre y en 2023?

Bátiz-Lazo: Ese es ciertamente el caso. El crecimiento de las remesas durante 2020 y 2021 no fue exclusivo de México. Por ejemplo, mientras las remesas a este país se habían incrementado 27,1% al cierre de 2021, aquellas a Guatemala habían subido 34,9%; a El Salvador, a 26,8%; a República Dominicana, a 26,6%; a Colombia, a 24,4%; y a Jamaica, 20,4%.

Sin embargo, al menos en el caso mexicano, la mayor parte de la migración está liderada por empleos agrícolas, y de la construcción, en California y Texas. Por lo tanto, la sequía actual y el posible colapso del mercado inmobiliario podrían tener un impacto mayor que el descenso general del empleo. Esto se debe a que dicha combinación con una recesión general bien podría traducirse en una reactivación de las deportaciones masivas y, con ello, una caída de las remesas en el mediano plazo.

Un factor interesante por considerar es que ni el número de migrantes ni el salario de ellos ha aumentado a un ritmo anual de 20%. Por ende, según esta estimación a la rápida, podemos suponer que se está produciendo un importante lavado de dinero. Esto plantea un riesgo extra para las empresas de tecnología financiera que desean ingresar a este mercado.

BNamericas: Dado el crecimiento de la migración dentro de Latinoamérica, por ejemplo, los venezolanos que se mudan a Colombia y Chile, ¿podría surgir un ecosistema asociado de proveedores de remesas que se enfoquen en este mercado en particular?

González: La experiencia personal sugiere que aquí es donde las fintechs podrían tener un mayor impacto, pero principalmente dentro de la población bancarizada. Algunas fintechs habían hecho esfuerzos para captar remesas dentro de América Latina. Tomemos por ejemplo Global66. La fintech chilena especialista en remesas tiene más de 500.000 clientes en América Latina, según [el sitio web de conocimiento de startups y capital de riesgo] Startupeable. Sus clientes prefieren esta opción fintech por sobre los bancos tradicionales porque es cómoda y económica. Además, es una mejor opción para los destinatarios que no están cerca de áreas bancarias, como explica Tomás Bercovich, presidente ejecutivo de Global66.

Sin embargo, es necesario tener una cuenta bancaria para operar con Global66. No existe la posibilidad de usar tarjetas N2 —de prepago—, ya que estas complican el proceso de cumplimiento de KYC, mientras que cuantos más clientes minoristas uno tenga, mayor será el nivel de complejidad. Al mismo tiempo, no podrá acceder a una aplicación fintech si se encuentra en EE.UU. sin un número de seguro social válido.

Afortunadamente para los inmigrantes en Chile, BancoEstado ofrece servicios financieros formales a los inmigrantes, principalmente a través del producto CuentaRut, que es una tarjeta de débito cuyo único requisito es tener un documento nacional de identidad vigente emitido por Chile. Con ello los inmigrantes pueden bancarizarse. Esta cuenta les permite usar, por ejemplo, Global66.

Sin embargo, BancoEstado y otros bancos también ofrecen servicios de remesas a través de sus aplicaciones móviles, por lo que las fintechs también enfrentan esta competencia. En este punto, vale la pena mencionar que Global66 había decidido expandir su horizonte comercial y ahora están hablando de un “banco global”, en lugar de una empresa de “remesas”, incluidas las transferencias instantáneas entre pares a través de su billetera digital, tarjetas de débito (MasterCard) y remesas. En la misma línea, Retorna es una compañía nueva que busca democratizar las remesas dentro de América Latina. La empresa liderada por Atilana Piñón utiliza un modelo que comparte elementos de Global66 y los operadores del corredor EE.UU.-México, ya que es una fintech que envía dinero fuera de las fronteras, pero también ofrece tarjetas de regalo, en lugar de efectivo, para comprar en tiendas asociadas.

Por supuesto, todavía hay una gran parte de la población que podría tener una CuentaRut, pero no la tiene. Hay muchos inmigrantes que usan los operadores “tradicionales”. Por ejemplo, es muy común entre los inmigrantes haitianos utilizar agentes de Western Union para enviar dinero al extranjero. Este patrón podría estar relacionado con diferentes variables como la desconfianza en los bancos, barreras idiomáticas y seguir el ejemplo de amigos, familiares o auxiliares.

Dicho esto, el producto CuentaRut es un caso atípico en la región. Casi la mitad de los adultos en América Latina no tienen acceso a una cuenta bancaria, por lo que las opciones de fintechs para personas bancarizadas aún tienen problemas para ingresar a ese mercado y llegar a los inmigrantes indocumentados.

Suscríbete a la plataforma de inteligencia de negocios más confiable de América Latina con herramientas para Proveedores, Contratistas, Operadores, Gobierno, Legal, Financiero y Seguros.

Suscríbete a la plataforma de inteligencia de negocios más confiable de América Latina.

Otros proyectos

Accede a información clave sobre miles de proyectos en Latinoamérica: etapas, capex, empresas relacionadas, contactos y más.

  • Proyecto: Pico Machay
  • Etapa actual: Difuminado
  • Actualizado: hace 1 día
  • Proyecto: Don Sixto
  • Etapa actual: Difuminado
  • Actualizado: hace 1 día
  • Proyecto: Lavra Velha
  • Etapa actual: Difuminado
  • Actualizado: hace 2 días

Otras compañías

Accede a información clave sobre miles de empresas en Latinoamérica: proyectos, contactos, accionistas, noticias relacionadas y más.

  • Compañía: Soventix Chile SpA
  • Soventix Chile SpA (Soventix Chile), una subsidiaria de la alemana de energía Soventix GmbH, se constituyó en 2014 para el desarrollo, construcción, operación y mantención de pr...
  • Compañía: Grupo Vilaseca
  • Grupo Vilaseca es un conglomerado multinacional ecuatoriano que opera en los sectores de empaque, alimentos, suministros industriales y desarrollo inmobiliario. La corporación h...