"Los lobbies están trabajando para aumentar los costos de la energía y el consumidor paga la cuenta"

Es usual escuchar que Brasil es un país con energía barata pero tarifas eléctricas caras. Sin embargo, Carlos Faria, presidente de la asociación de consumidores de energía Anace, no está de acuerdo con esta afirmación.

“No se puede decir que nuestra energía es barata porque todo está incentivado”, dice en esta entrevista con BNamericas. El dirigente critica los subsidios al sector y explica por qué se necesitan cambios urgentes en el modelo nacional de contratación eléctrica.

BNamericas: ¿Cuáles son las principales razones para que Brasil sea un país de energía barata pero tarifas eléctricas caras, si es que se puede afirmar tal cosa?

Faria: No estoy de acuerdo con que la energía en Brasil sea barata, como se suele decir. Basta con mirar el "medidor de subsidios" del organismo de control de la energía Aneel. En 2024, se asignaron 45.000 millones de reales [US$ 7.800 millones] a la [cuenta de desarrollo energético] CDE, incluidos 12.500 millones de reales para fuentes incentivadas, 11.600 millones de reales para generación distribuida y 10.500 millones de reales para la [cuenta de consumo de combustible] CCC.

En otras palabras, el 60% del valor de la CDE se utilizó para beneficiar a la generación. Entonces, no se puede decir que nuestra energía es barata porque todo está incentivado. ¿Y quién paga esto? Todos los consumidores, especialmente los pequeños, que no pueden migrar al mercado libre [donde se puede contratar energía incentivada, como la solar y la eólica].

Nos oponemos a los subsidios. No tiene sentido subvencionar fuentes que ya son competitivas.

BNamericas: ¿Ve la desigualdad social histórica de Brasil reflejada en el sistema eléctrico del país?

Faria: Por supuesto. Los lobbies funcionan y tienen influencia. Un buen ejemplo es el proyecto de ley sobre los parques eólicos marinos. Hasta ahora, los consumidores han conseguido que el presidente Lula vete los jabutis que están en el proyecto de ley. Si el Congreso Nacional revoca los vetos, los consumidores tendrán que pagar 20.000 millones de reales anuales durante los próximos 25 años.

[Nota del editor: Los jabutis son artículos o enmiendas que no están relacionados con la legislación propuesta y que los legisladores incorporan como herramienta de negociación].

Una de las absurdidades que se han intentado introducir en el proyecto de ley es la de contratar reserva de capacidad [de centrales térmicas] con un 70 % de inflexibilidad [es decir, generar el 70% del periodo contratado]. Esas termoeléctricas tendrían que estar activas más de 6.000 horas al año, quitándole al [operador de la red] ONS la facultad de encender o apagar esas centrales cuando fuera necesario.

Los lobbies están trabajando para aumentar los costos de la energía y el consumidor paga la cuenta, especialmente en el mercado regulado, que paga la seguridad del sistema.

BNamericas: ¿Por qué las tarifas eléctricas son tan altas en Brasil? ¿Tiene esto que ver con los subsidios?

Faria: Sí. Están compuestas por costos de generación, transmisión y distribución; cargos sectoriales; e impuestos, que son federales, estatales y municipales, como PIS/Cofins, ICMS, alumbrado público, etc.

BNamericas: ¿La reforma tributaria reducirá el impacto de los impuestos en las tarifas de electricidad?

Faria: Hay que esperar que esto se mantenga así para que no empeore con la reglamentación de la propuesta de reforma constitucional que instituyó la reforma. La electricidad es esencial y no debería ser gravada. Actualmente, el 6 % del presupuesto de los hogares destinado al consumo cautivo se destina a la cuenta de electricidad. Eso marca una gran diferencia.

BNamericas: ¿Cómo se puede cambiar esta situación?

Faria: El ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, lleva dos años diciendo que necesitamos un nuevo modelo. Es legítimo que los lobbies defiendan sus sectores, pero solo conseguiremos reducir realmente la cuenta de electricidad si hay voluntad política para promover una reforma integral al modelo actual.

Hoy podemos asegurar electricidad al 98 % de la población, pero es fundamental actualizar el modelo para garantizar energía segura y limpia. La matriz ha cambiado: hay energías renovables, térmica e hidroeléctrica. Necesitamos reducir nuestra volatilidad con un modelo de contratación en que las fuentes no reciban tantos incentivos.

La eólica y la solar no se venden "baratas" porque cuando no hay viento ni sol entra en juego la energía firme [térmica o hidroeléctrica], que tiene un costo. Por eso, el nuevo modelo necesita definir que las renovables se contraten con una garantía de compensación por su intermitencia, estando asociadas a baterías, hidroeléctricas o termoeléctricas.

BNamericas: ¿Se refiere a la contratación general en el entorno regulado o en el mercado libre?

Faria: En general. En primer lugar, es importante que todos los consumidores puedan migrar al mercado libre. Solo así podremos tener competencia y precios a la baja.

BNamericas: ¿Cuál es la evaluación de Anace sobre las subastas de reserva de capacidad?

Faria: Son un mal necesario porque no tenemos suficiente capacidad para satisfacer la demanda cuando la necesitamos. Son necesarias para garantizar la seguridad del sistema.

BNamericas: Aneel dio al gobierno otros 15 días para resolver el déficit tarifario de la hidroeléctrica Itaipú. ¿Qué opina al respecto?

Faria: Ya estamos frustrados con la tarifa de Itaipú. Hoy, como activo totalmente depreciado, debería costar menos de lo que cuesta actualmente al consumidor. Es un activo que ya ha sido pagado por el consumidor, por lo que no tiene sentido que haya otro aumento de la tarifa.

BNamericas: ¿Por qué la CDE debería disminuir en 2026 después de alcanzar un pico de 40.000 millones de reales este año, según datos de Anace?

Faria: Principalmente por la cuestión de la CCC. Como estamos impulsando la interconexión del estado de Roraima, hay una tendencia a gastar menos en combustible, así como en activos que estamos dejando de pagar, que se deprecian y salen de la CCC.