Los proyectos de ley sobre GNL e hidrógeno de Argentina a fondo

Argentina está trabajando en el frente legislativo con el fin de atraer inversiones en infraestructura para la producción de gas natural licuado (GNL) y proyectos de hidrógeno de bajas emisiones de carbono.

Los marcos regulatorios que incentiven y protejan la inversión son considerados una pieza vital, al igual que una mayor estabilidad macroeconómica y contratos de consumo.

El país cuenta con abundantes recursos de gas natural y energías renovables y, en el caso del hidrógeno verde, extensos terrenos para la instalación de plantas de energía limpia.

Ya se han anunciado proyectos de GNL e hidrógeno, pero estos aún se encuentran en fase de ingeniería y estudios.

Para ahondar en dos proyectos de ley presentados recientemente al Congreso, uno centrado en GNL y el otro en hidrógeno, BNamericas entrevistó por correo electrónico a Augusto Damiani, socio de auditoría y líder de petróleo y gas de la firma de servicios profesionales KPMG en Argentina.

BNamericas: Para los potenciales inversionistas, ¿cuáles podrían ser algunos de los pilares más importantes del proyecto de ley del GNL?

Damiani: El proyecto de ley relativo al establecimiento de un régimen de promoción del GNL tiene por objetivo establecer un régimen jurídico que dé la estabilidad necesaria en términos jurídicos, económicos y fiscales que los inversores requieren para apostar al GNL en Argentina.

Argentina tiene un enorme potencial con [la formación de hidrocarburos no convencionales] Vaca Muerta, que ya demostró tener productividad de nivel mundial y ser el segundo país con mayor cantidad de recursos de gas no convencional del mundo.

Desde el incremento significativo en la producción de petróleo y gas que tuvo Vaca Muerta en los últimos cinco años comenzaron a surgir otros problemas, principalmente en lo que es la distribución del producto. Y a partir de allí aparecieron las primeras ideas con relación al GNL en Argentina debido a que la licuefacción del gas permite su reducción en 600 veces su volumen y, por ende, hace más viable y menos complejo y costoso su distribución.

Distintos actores del mundo del petróleo y gas han demostrado interés en invertir en GNL en el país en un contexto global de creciente demanda de energía, mayores exigencias respecto a la reducción de emisiones e incrementos de precios significativos en hidrocarburos en general. Pero hasta ahora la principal traba para concretar esas inversiones viene dada por la inestabilidad jurídica y económica que presenta Argentina para los inversores, considerando el actual contexto de alta inflación y escasez de divisas.

Cabe destacar que los proyectos relacionados a GNL son de largo plazo, dado que no solo la infraestructura demora años en construirse y finalizarse, sino que el retorno de la inversión es aún mayor. Por lo tanto, cualquier régimen que desee promocionar inversiones de este tipo debe considerar estos factores a la hora de su implementación.

El proyecto en cuestión apunta a que Argentina se transforme en exportador de GNL, situación que podría modificar y mejorar sustancialmente la macroeconomía del país a futuro. Para eso, otorga la posibilidad de presentar proyectos de inversión durante los primeros cinco años de vigencia de la norma con el requisito de un compromiso de inversión de al menos US$1.000 millones y capacidad mínima de producción de 1 millón de toneladas de GNL por año.

Entre los principales beneficios que otorga el proyecto se encuentran:

• Permite exportaciones durante todo el año y por 30 años, incluso en los meses invernales, que son los de mayor consumo interno

Beneficios fiscales:

• Retenciones móviles para los derechos de exportación: estableciendo porcentajes diferenciales en función de la cotización internacional del GNL (0% hasta US$15 por millón de BTU, 8% a US$20 dólares por millón de BTU)

Impuesto a las ganancias:

• amortización acelerada de los bienes a efectos de impuesto a las ganancias, lo que permite un menor pago en los primeros años
• alícuota máxima de 30%, en comparación con el 35% del resto de las actividades económicas en general
• deducción de intereses y diferencia de cambio generadas por financiación del proyecto
• compensación de quebrantos en hasta 10 años y actualizables por IPC si se dan ciertas condiciones, entre otros

Acceso a divisas: el proyecto otorga libertad para el acceso a divisas para pagos de capital, intereses, dividendos de hasta un 50% de lo obtenido por exportaciones, tratando de otorgar previsibilidad sobre un aspecto primordial que hoy está trabando las inversiones en el país como consecuencias de las medidas para paliar la situación macroeconómica actual.

Asimismo, el proyecto intenta fomentar el desarrollo local dado que exige inversiones con contenido nacional en forma creciente a medida que pasan los años: 15% los primeros 10 años, 30% desde el año 11 hasta el 20 y 50% hasta los 30 años.

BNamericas: ¿Y qué pasa con el proyecto legislativo del hidrógeno?

Damiani: El proyecto de ley de promoción del hidrógeno responde a dos principales motivos que Argentina debe atender. Por un lado, el compromiso a disminuir las emisiones de carbono, surgido a partir del Acuerdo de París, por otro lado, brindar un marco regulatorio para un sector que tiene potencial de desarrollarse en el país, incluso interesados en invertir y desarrollar proyectos, pero poco conocimiento al día de hoy de cómo llevarlos a cabo.

El proyecto fomenta el uso de hidrógeno para la generación de energía otorgando beneficios que son diferenciados en función del origen del hidrógeno, y tiene un plazo de 30 años.

Cabe destacar que el hidrógeno es uno de los elementos en los que algunos países han decidido apostar para lograr la descarbonización de la matriz energética. El hidrógeno es el elemento más simple y abundante del universo. Su combustión no genera emisiones por sí mismo sino que libera agua. Una de sus principales ventajas es que es almacenable y transportable dado que puede comprimirse y almacenar en tanques.

Considerando estos factores, podría utilizarse para transporte terrestre, ya sea como reemplazo de combustible en tanque y en motor de combustión interna liberando agua o bien mediante conversión con pila de combustible, donde el hidrógeno se descompone liberando electrones y generando la corriente eléctrica. Estos potenciales usos en la industria automotriz y transporte en general, en los que dicha industria ya se encuentra invirtiendo y desarrollando, hace que sea atractivo a la hora de analizar proyectos de inversión en hidrógeno.

Puede ser obtenido mediante diferentes procesos y orígenes, siendo los más relevantes los siguientes tipos:

• Hidrógeno verde: obtenido a través de un proceso denominado electrolisis, el cual utiliza energía eléctrica generada por fuentes renovables para separar el agua en sus componentes, hidrógeno y oxígeno
• Hidrógeno gris: obtenido a partir de la reformación del gas natural
• Hidrógeno rosa: obtenido a partir de energía nuclear
• Hidrógeno negro: obtenido a partir de la gasificación del carbón
• Hidrógeno azul: obtenido a partir de los dos procesos anteriores, pero aplicando técnicas de captura, almacenamiento y uso del carbono, lo que disminuye la emisión de dióxido de carbono equivalente

El proyecto de ley busca establecer ese marco regulatorio dando previsibilidad a los inversores en este tipo de proyectos, promocionando a los de bajas emisiones.

Los principales beneficios del proyecto son:

• Amortización acelerada en el impuesto a las ganancias de los bienes, que varía su plazo dependiendo del tipo de hidrógeno obtenido
• Acreditación y/o devolución anticipada del impuesto al valor agregado generado por la compra o fabricación de bienes de capital u obras de infraestructura para la producción de hidrógeno
• Deducción de carga financiera generada por la financiación del proyecto en el impuesto a las ganancias
• Compensación de quebrantos en hasta 10 años
• Exención de derechos y tasas de importación de bienes para proyectos de producción de hidrógeno por los primeros 10 años de entrada en vigor de la ley
• Estabilidad fiscal por hasta 30 años
• Acceso libre en hasta un 50% a las divisas generadas por las exportaciones
• Derechos de exportación de 0% durante los primeros 10 años, que se incrementará en forma diferencial dependiendo del tipo de hidrógeno

Asimismo, el proyecto crea la agencia nacional del hidrógeno como organismo descentralizado encargado de asesorías a la autoridad de aplicación.

Al igual que en el caso del proyecto de GNL, el proyecto de ley de promoción del hidrógeno establece requisitos de integración de contenido local, que varía de un 20% a un 50%, dependiendo del momento en que se realiza el proyecto de inversión y del tipo de hidrógeno que finalmente se va a obtener, con posibilidad de computar el excedente contra impuesto a las ganancias en hasta un 10%.

BNamericas: Nos parece que hoy en día en Argentina todo parece indicar que la inversión llegaría primero al sector de GNL…

Damiani: El gas natural ha sido adoptado por el mundo en general como el combustible de transición hacia energías más limpias y menos contaminantes. Podemos visibilizar que las inversiones en GNL pueden llegar primero considerando que se trata de un combustible que actualmente se utiliza en el mundo en grandes cantidades para generar energía y que reemplace cada vez con mayor proporción el uso del carbón y petróleo. Asimismo, ya existen países exportadores de GNL como Australia, Estados Unidos, Catar y Rusia, entonces, es un área que requiere de menos investigación, desarrollo y experimentación en comparación con el hidrógeno como fuente de energía que está en una etapa más incipiente. 

Ya sabemos del potencial de Vaca Muerta, y esa es la clave para que Argentina pueda desarrollar GNL dado las grandes cantidades de recursos que el país posee (más de 800 billones de pies cúbicos de gas no convencional).

Adicionalmente, existen petroleras interesadas en desarrollar los proyectos de infraestructura necesarios para la licuefacción de gas. Es de esperar que, si se establece un régimen que pueda dar previsibilidad a las principales preocupaciones de todas las partes involucradas, las inversiones lleguen primero en este sector. Básicamente lo que se está esperando para invertir es que demostremos, a nivel país, que podemos brindar seguridad jurídica y económica a mediano y largo plazo.

De cualquier manera, es importante destacar que justamente se necesita previsibilidad dado que se trata de proyectos a largo plazo, tanto de infraestructura como de producción y exportación de GNL. A modo de ejemplo, se estima que la construcción de la planta de GNL pueda demorar hasta 10 años. Por eso mismo, también el proyecto establece beneficios de distinto tipo a 30 años, para poder definir un horizonte de tiempo razonable a efectos de desarrollar el sector.

BNamericas: Los reglamentos serían fundamentales, pero ¿este es el caso en que los detalles específicos suelen ser los más difíciles de definir?

Damiani: La clave para que este proyecto sea un éxito depende de la reglamentación y disposiciones que la autoridad de aplicación debe realizar en función de lo que la ley le permite y exige. Por eso es importante el tratamiento de estos proyectos lo antes posible, así como definir los plazos para la reglamentación, de manera de otorgar confianza a los inversores y que los beneficios que otorgan los proyectos tomen aún más relevancia y sean visiblemente factibles para desarrollar los proyectos en función de ello. Por ejemplo, va a ser clave las pautas para la elegibilidad de los proyectos, así como los mecanismos de cómputo de componente nacional.

BNamericas: ¿Hay un consenso general en Argentina sobre el factor de la macroeconomía, o sea, se considera que una mejora es una condición habilitante importante para el desarrollo de proyectos?

Damiani: La clave para lograr un desarrollo económico sustentable que permita cambiar la matriz económica argentina y evitar crisis recurrentes radica en lograr inversiones en proyectos a largo plazo que permitan la generación de divisas genuinas y empleo calificado. Pero, para llevar a cabo este tipo de proyectos, es imperativo contar con un marco regulatorio que otorgue previsibilidad económica, política y regulatoria en general. 

Por dicho motivo es que estos proyectos de ley a largo plazo —que declaran el interés nacional sobre estas actividades clave como producción de hidrógeno y GNL y que serán llevados a cabo durante diferentes mandatos presidenciales y legislativos— deben otorgar la confianza y seguridad suficiente a los inversores de que las reglas del juego son claras y no van a ser modificadas una vez aprobadas. Esto puede dar el impulso necesario a los inversionistas para creer y confiar en el país, generando así posibilidades de desarrollo y crecimiento que ayuden a estabilizar la macroeconomía argentina.