Colombia y México
Entrevista

Los siete pecados en la gestión ESG

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Los siete pecados en la gestión ESG

La integración de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en el tejido operacional de una empresa tiene un buen sentido comercial, según el consenso general.

Aquellos que los siguen, tienden a superar a la competencia y demuestran una mejor gestión de riesgos.

Las consideraciones ESG no harán más que cobrar cada vez más importancia en el desarrollo y financiamiento de proyectos, la tramitación de permisos y los pagos.

Y Latinoamérica, donde las empresas locales y regionales están despertando a esta nueva realidad, no es una excepción.

Si bien algunos señalan que el trabajo de adhesión inicial requerirá estirar presupuestos que ya son ajustados, otros dicen que dejar de lado los criterios podría afectar aún más los resultados y las perspectivas futuras.

En el sector minero, el aspecto ambiental ha sido tradicionalmente el más crítico, pero un enfoque en los criterios sociales y de gobernanza —en Perú y Colombia, por ejemplo,—  es tal vez igualmente vital en la actualidad.

Los criterios ESG han ido más allá de un ejercicio de marcar casillas, dice Michael Cullen, director gerente de la oficina en Colombia de la consultora de gestión global FTI Consulting.

Debe haber un cambio de mentalidad en toda la empresa, mientras que el análisis debe realizarse "de manera regular y adecuada", dice Cullen.

“Lo que veo en el sector minero en particular es un montón de júniors que tratan de fingir hasta que lo logran”, agrega.

Para ahondar sobre las tendencias generales en materia ESG y conocer más sobre Latinoamérica, BNamericas conversó con Cullen, cuya empresa tiene una práctica de consultoría ESG.

BNamericas: Se suele decir que las empresas debieran enfocarse en diseñar un marco estratégico que integre los criterios ESG con el plan de acción comercial, que es un área en la que trabaja FTI Consulting…

Cullen: ESG es una palabra de moda en este momento, pero los elementos de los criterios ESG han rondado a la industria extractiva y de infraestructura durante años, sobre todo lo ambiental.

En términos del nuevo movimiento, hemos visto dos cosas que son diferentes e importantes. Primero, vimos este punto de inflexión para la comunidad inversora internacional que se remonta a la crisis financiera mundial de 2008, seguida de cerca por el desastre ambiental de [la plataforma petrolera en el golfo de México] Deepwater Horizon, y luego [el accidente nuclear de] Fukushima. Creo que [la activista medioambiental] Greta Thunberg es simplemente la última versión de un movimiento que ya está en marcha en términos de este enfoque en los criterios ESG.

Lo importante es que esto ya no es retórica. Mientras el concepto ESG toma vuelo en los mercados financieros del mundo, vemos decisiones financieras realmente importantes influidas por la adhesión a estos conceptos ESG. Por ejemplo, trabajé en un acuerdo multimillonario en Colombia el año pasado que estuvo a punto de fracasar a causa de una institución financiera en Europa. Su comisión de criterios ESG no se sentía cómoda con elementos del programa comunitario histórico de la empresa proveedora.

Mi punto aquí es que ya no se trata solo de valores y conceptos teóricos elevados, sino de cerrar acuerdos y sacar partido para sus proyectos. Creo que lo teórico se ha convertido en una realidad comercial.

BNamericas: En términos de adopción de criterios ESG ¿cómo se comportan las empresas de Latinoamérica en general en comparación con otras regiones?

Cullen: Desarmaría un poco ese concepto de empresa, ya que empresas europeas y canadienses en particular —por ejemplo, los fondos de pensiones canadienses— están prestando mucha atención a estos temas porque obviamente queda expuesta su reputación y debido a ciertas nuevas regulaciones gubernamentales que se implementan en sus países de origen.

En Estados Unidos, con las firmas de capital privado, hay una creciente preocupación por este tipo de asuntos. Asimismo, las compañías australianas también están cada vez más preocupadas por estos temas.

En cuanto a las multilatinas, las grandes empresas latinoamericanas, hay menos énfasis en algunos de estos temas de lo que estamos viendo en multinacionales que llegan a la región.

También diría que hay una gran ola de inversiones provenientes de China. Y eso se produce además justo después de las ayudas por el covid. Las entidades chinas no ha dado tanto énfasis a estos asuntos ESG como ocurre con las de Norteamérica, Europa o Australasia, por ejemplo.

En China, gran parte del financiamiento proviene de instituciones avaladas por el gobierno, por lo que sienten menos presión financiera para cumplir con los estándares emergentes.

BNamericas: ¿Es justo decir entonces que, en general, el financiamiento dependerá cada vez más de las credenciales ESG de la parte solicitante?

Cullen: Creo que esa es exactamente la dirección en la que van las cosas. Uno no obtendría financiamiento de muchas de las instituciones financieras internacionales más respetadas si no cumple con sus criterios ESG. Claramente nos estamos moviendo por ese camino.

A pesar de que los privados establecen y conducen los requisitos, en cierto punto los gobiernos y sus agendas legislativas van a ponerse al día. Entonces, lo que ahora se considera una mejor práctica liderada por actores financieros del sector privado, en última instancia, creo que encontrará su camino hacia una legislación multijurisdiccional para las empresas que invierten en el país o en el extranjero.

En algunas áreas, como la mano de obra esclava moderna y la corrupción extranjera, estos marcos legislativos ya están bien establecidos, pero todavía tenemos algunos caminos por recorrer en otros frentes de respeto social y ambiental.

BNamericas: ¿Cree que el nuevo gobierno de EE.UU., dado su enfoque esperado en la sostenibilidad, presionará a las empresas para que mejoren las condiciones?

Cullen: Creo que bajo la administración de Joe Biden habrá más requisitos normativos que implemente el gobierno sobre las empresas estadounidenses que invirtien en el extranjero.

BNamericas: ¿Qué le diría a una firma latinoamericana del sector extractivo, por ejemplo, que busca financiamiento?

Cullen: No veas esto como un barniz que uno va a poner en su operación para conseguir inversiones y ser visto como un actor responsable.

La gente habla de estos conceptos de “lavado de imagen verde”, por ejemplo, y exagera sus credenciales ESG para obtener una mayor inversión, mejores rendimientos del precio de las acciones, etc.

Mi consejo es que al hacer el trabajo uno se convierte en una entidad más rentable y exitosa.

Si uno hace todo lo que se requiere en materia ESG, uno se convertirá en una mejor organización y será más fuerte, eficaz y rentable a largo plazo.

BNamericas: ¿Alguna reflexión final?

Cullen: Tengo una lista denominada los siete pecados en la gestión ESG y aborda lo que no son los aspectos ESG.

Primero, estos no son un ejercicio de verificación de casillas de cumplimiento.

En segundo lugar, no se trata de contratar a una empresa de comunicaciones para que incline la historia a su favor.

Tres, estos no son un problema para el equipo de responsabilidad social empresarial ni de los ingenieros ambientales en terreno en América Latina; deben ser abordados por el presidente ejecutivo y el directorio.

En cuarto lugar, no se puede pensar en ellos [por ejemplo] como un concepto separado de la producción de minerales y el valor de las acciones porque están intrínsecamente vinculados.

En quinto lugar, no se trata de reglas y regulaciones sino de un cambio cultural.

Seis, debe haber un cambio de mentalidad en toda la empresa.

Lo que veo en América Latina y en el sector minero en particular es un montón de júniors que tratan de fingir hasta que lo logran. Tratan de hablar de la boca hacia afuera sobre los principios ESG con la esperanza de que las Newmont y las BHP del mundo aparezcan y sean engañadas en algún momento de que esta júnior cumple sus exigentes requisitos globales. Pero he visto fracasar esta estrategia en reiteradas ocasiones en Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Panamá, Bolivia, en toda América Latina, porque los programas ESG y de auditoría de las grandes compañías son demasiado sofisticados para tratar de fingirlos durante el proceso de due diligence.

Eso es un fenómeno que estoy viendo aquí. Aunque hay un costo por hacer el trabajo correctamente al inicio, se traducirá a la larga en poder vender un proyecto de manera mucho más fácil y exitosa.

Estas júniors operan con un presupuesto limitado. No es que no quieran hacerlo correctamente, sino que a menudo simplemente no tienen los fondos para hacerlo bajo sus modelos de viabilidad económica.

Y siete, el análisis ESG debe realizarse de manera regular y adecuada. Este no es un trato de una sola vez, sino que debe ser un proceso constante y continuo, especialmente en América Latina, donde el medio geopolítico puede evolucionar en cuestión de días.

Como presidente del Consejo Empresarial Australia Colombia, Cullen analizará cruciales temas ESG en la minería andina durante una conferencia en línea que realizará el Consejo Empresarial Australia-América Latina el 4 de febrero.

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