Minería en Chile: “Hay espacio para hacer las cosas de mejor manera”

Chile es el primer productor mundial de cobre y sus instalaciones mineras han seguido activas a pesar de la crisis sanitaria mundial. La decisión de no detener las minas ha contribuido a la economía nacional durante los últimos meses, pero las autoridades también concuerdan en que el sector necesita ser apuntalado. 

BNamericas conversó con su subsecretario de Minería, Iván Cheuquelaf, sobre las mejoras que podrían implementarse para ofrecer más certeza jurídica y desarrollar la industria, entre otros temas.

BNamericas: Mucho se ha dicho sobre la importancia de la minería para la recuperación económica del país. ¿Cómo lograr que la minería apalanque el desarrollo del país?

Cheuquelaf: La minería será fundamental en el período postpandemia, la cartera de inversiones para el período 2020-2029 alcanza los US$74.000 millones con 49 iniciativas, 2,1% más que en el catastro del año pasado debido a la incorporación de cinco nuevas iniciativas por US$2.000mn.

Un ejemplo claro de cómo la minería ha sido el motor de desarrollo durante la pandemia es el [indicador mensual de la actividad económica] Imacec acumulado entre enero y septiembre de este año. El Imacec minero promedia 1,7%, mientras que el no minero, -8,7%.

Además, a través de la incorporación de nuevas tecnologías como la automatización y desalinización de aguas, la minería muestra nuevas maneras de hacer las cosas y de funcionar ante situaciones que son adversas. Lo vimos en el período de pandemia, donde fue una de las pocas industrias que logró seguir operando.

Estamos convencidos de que las buenas prácticas pueden ser replicadas en los distintos sectores económicos y así poder seguir creciendo como país, pero a través de un desarrollo sostenible.

BNamericas: ¿Cuáles son los avances de la Política Nacional Minera a la fecha? ¿Cuáles han sido los temas clave?

Cheuquelaf: La definición de la Política Nacional Minera 2050 ha recorrido un largo camino de participación y diálogo con actores clave. Este año se ha estado trabajando en tres etapas: fase territorial, comisiones técnicas y fase virtual.

La fase territorial comenzó en agosto y finalizó el 27 de octubre. Los temas levantados incluyeron pequeña y mediana minería, con foco en el marco regulatorio y el fomento, así como en el desarrollo de capital humano y productividad. También minería verde, donde el tópico más recurrente fue la gestión eficiente y sustentable del recurso hídrico, seguido por pasivos ambientales mineros y, por último, el desarrollo territorial y participación ciudadana. 

Por otro lado, estamos trabajando en las comisiones técnicas —esto termina en diciembre—, que son las encargadas de recoger propuestas de la fase central, establecer metas, visiones, indicadores y una profundización técnica de estos, sumado a la información recogida de la fase territorial y virtual.

La fase virtual —que termina en diciembre— provee un espacio de participación abierto a todos los ciudadanos, mediante encuestas y diálogos online. Llevamos más de 200 inscritos en las distintas fechas de los diálogos ciudadanos y se han abierto talleres exclusivos. Por ejemplo, se ha decidido trabajar en conjunto con estudiantes para buscar la participación de los futuros profesionales mineros de Chile.

Además, firmamos el acto de inicio del proceso de construcción del capítulo indígena de la Política Nacional Minera 2050.

BNamericas: ¿Estarían otros países de la región considerando el diseño de la Política Nacional Minera de Chile como una opción para ellos también?

Cheuquelaf: Sí. De hecho Perú y Argentina ya iniciaron un proceso similar al que estamos realizando en nuestro país.

Además, debemos señalar que esta es una iniciativa del Ministerio de Minería, pero cuya fase de consulta cuenta con el apoyo del BID, en el marco del proyecto de cooperación técnica que tiene como fin último promover la mejora continua de la contribución socioeconómica y el desempeño socioambiental del sector minero de Chile.

El banco financia actividades y provee apoyo técnico en la fase de consulta con la intención de generar conocimiento e intercambio de información relevante para la toma de decisiones. De esta manera, se busca lograr que procesos como el que estamos desarrollando en Chile sean llevados a cabo en más países de Latinoamérica.

BNamericas: ¿Cómo se puede abordar el tema de la institucionalidad y otorgar a los inversionistas la certeza jurídica y agilizar los procesos como piden?

Cheuquelaf: En Chile tenemos una institucionalidad que funciona, lo que se explica con datos como, por ejemplo, que la minería representó casi el 10% del PIB del país durante el 2019 y el 55% de las exportaciones.

Sabemos que aún hay espacio para hacer las cosas de mejor manera y, en este sentido, la Política Nacional Minera 2050 jugará un rol fundamental.

Por una parte, esta hoja de ruta da certezas sobre el camino que debe seguir la minería de aquí a los próximos 30 años, con directrices y lineamientos. Por otro lado, la Política Nacional Minera propone temas como la participación temprana en los proyectos mineros, el uso sostenible de los recursos naturales, la importancia de la innovación y seguridad de sus trabajadores. Todos estos temas posibilitarán tener proyectos más preparados para llevarse a cabo.

BNamericas: ¿Qué tipo de acompañamiento hace el Ministerio de Minería con los proyectos de inversión del sector?

Cheuquelaf: Estamos trabajando en diferentes iniciativas que involucran el acompañamiento a los proyectos de inversión.

Una de ellas es la guía de buenas prácticas para las empresas mineras, con la que se busca identificar los efectos que pueden generar los proyectos de inversión a través de mecanismos de participación temprana, incentivando a los titulares de proyectos mineros a asumir la necesidad de iniciar diálogos tempranos con su entorno antes de que sus proyectos ingresen al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental [SEIA] para identificar los impactos negativos que puedan generar los proyectos de inversión y buscar la forma de gestionar los posibles efectos mediante altos estándares de participación.

En la misma línea, se ha diseñado y puesto en marcha blanca el plan “Más y mejor minería” como una medida de reactivación económica que posibilite el desarrollo sostenible de proyectos mineros en el país. El propósito del plan es implementar un modelo de acompañamiento y orientación técnica a los proyectos mineros en todas sus etapas.  

BNamericas: Algunas compañías júnior acusan que la aprobación de permisos para instalar campamentos de exploración y avanzar con las campañas toma demasiado tiempo porque se les pide cumplir con estándares similares a los de la gran minería. ¿Debería la actividad exploratoria regularse de forma distinta?

Cheuquelaf: La actividad exploratoria se regula de diferentes maneras, ya sea mediante el derecho minero o bien el derecho ambiental.

De todas formas, es necesario realizar una actualización a la forma en que se conceden los permisos ambientales, así como todos los permisos sectoriales necesarios para materializar una campaña de exploración que por lo general dura seis meses.

Es necesario que los órganos del Estado entiendan la temporalidad de esta actividad, así como la inexistencia de cargas ambientales, de impactos ambientales y que estos aspectos sean conjugados con la duración en la tramitación en el SEIA —que está muy bien estandarizada— y, sobre todo, en los permisos sectoriales.  

BNamericas: ¿Debería Chile aplicar la política de “úselo o piérdalo” sobre concesiones mineras que no son exploradas?

Cheuquelaf: Creemos que Chile tiene un sistema de concesiones mineras robusto, sin perjuicio de que siempre puede haber mejoras de gestión que dinamicen la actividad de exploración.

Hemos estado impulsando medidas para que las empresas mineras que no explotan actualmente sus concesiones puedan arrendarlas a bajo costo a los pequeños mineros, lo cual puede ser extendido a empresas júnior y medianas.

Otra medida es la realización periódica de remates de concesiones que no han pagado sus patentes, lo que permite liberar áreas cuando no existen nuevos oferentes. Estas simples medidas de gestión permiten reactivar la actividad exploratoria.  

BNamericas: ¿El fomento a la exploración, la agilización de permisos y el tema de la propiedad minera deberían tener cabida en el debate de la nueva constitución a fin de que Chile continúe siendo un país atractivo para la inversión en minería?

Cheuquelaf: Tenemos la convicción de que se pueden hacer muchas mejoras, sobre todo en los plazos para su aprobación, el requerimiento constante de información, la duplicidad de competencias entre servicios públicos y la disparidad de criterios entre una región y otra. Todo esto dificulta la inversión y desincentiva el desarrollo de nuevos proyectos, lo que se transforma en menor empleo para las regiones e inversión local.

Lo necesario para continuar siendo un país atractivo para la inversión minera es mantener reglas claras. Nuestro país ha sido ejemplo a nivel regional de una institucionalidad que funciona y sin cambios abruptos en la legislación minera, dando confianza a inversionistas nacionales y extranjeros.

BNamericas: ¿Es posible ir más allá de la exportación de cobre y diversificar la industria?

Cheuquelaf: Claro, y ese es uno de los objetivos hacia los que apunta la Política Nacional Minera 2050. Si bien somos el mayor productor de cobre y ese es nuestro principal material de exportación, lo que estamos buscando actualmente, a través de la innovación y la incorporación de nuevas tecnologías, es aportar valor a nuestra minería y comenzar a exportar no solo la materia prima, sino también inteligencia hacia el exterior.

Junto a ProChile estamos trabajando para posicionar a Chile como un productor experto en el uso sanitario del metal rojo, así, siete pymes chilenas compitieron por exportar hacia Dubái sus productos y servicios sanitarios elaborados a base de cobre, y que sirven para combatir el covid-19.

Por otro lado, hace algunos días firmamos un convenio junto al servicio de geología y minería Sernageomin y el consorcio JRI-EcoMetales a fin de elaborar una guía para la presentación de proyectos de reprocesamiento de relaves y ripios. El documento será publicado por Sernageomin durante 2021 y busca establecer los primeros pilares de lo que será la minería secundaria en nuestro país, lo que permitirá, entre otras cosas, generar nuevas inversiones, mayor empleo e innovación.

Finalmente, y muy en línea con lo anterior, Chile tiene un gran potencial en tierras raras. Actualmente, en el país existen unos 750 relaves con tierras raras que no han sido extraídas.

Si queremos que nuestra minería sea competitiva a nivel mundial debemos trabajar fuertemente para que esta sea cada día más sostenible, fomentando la innovación y la diversificación.