Proyecto de GNL en El Salvador podría abrirle la puerta al gas en Centroamérica

A un costo de US$900 millones, el proyecto Energía del Pacífico de Invenergy en Acajutla entrará en funcionamiento el próximo año. Aportará 378MW de potencia instalada a la red de El Salvador, mientras que una unidad de almacenamiento y regasificación procesará 280 millones de pies cúbicos diarios y almacenará hasta 137.000m3 de GNL importado.

Sampo Suvisaari, director de negocios de energía de Wärtsilä para el área norte de América Latina, conversó con BNamericas sobre el proyecto, que se convertirá en la mayor inversión privada en infraestructura del país y cubrirá el 30% de su consumo eléctrico una vez que entre en funcionamiento.

Wärtsilä es el contratista principal del proyecto y será el operador de la planta. BW LNG operará la terminal de regasificación, mientras que Shell suministrará el gas.

Según Suvisaari, el proyecto está iniciando la fase de pruebas con la llegada de la unidad flotante de almacenamiento y regasificación, que recibirá cargamentos de GNL y los preparará para su utilización en la planta, que fue inaugurada el viernes pasado. Ahora se espera que entre en operaciones en marzo de 2022.

Según el ejecutivo, la iniciativa ha sido bien recibida por las autoridades locales debido a los empleos que generará tanto en las fases de construcción como de operación.

“Para un país relativamente pequeño y para una localidad como Acajutla, algo alejada de la capital, albergar un proyecto de esta magnitud, con nueva tecnología, es muy beneficioso. Es una gran inversión extranjera para apoyar al sector eléctrico", aseguró.

BNamericas: ¿Podría explicarnos brevemente la importancia de este proyecto para un país como El Salvador?

Suvisaari: El Salvador es un país relativamente pequeño, pero sí son más de 7 millones de habitantes, y con crecimiento de necesidades eléctricas. Básicamente tienen una demanda de más o menos 1.000MW o un poquito más y una capacidad instalada de 2.500MW. Instalar una planta de casi 400MW es un impacto fuerte en ese sistema. El sistema tiene muchas plantas de motores, luego tiene algunas más antiguas, y también tiene una planta geotérmica relativamente importante, de 80MW, además de varias plantas hidroeléctricas. Recientemente también han entrado muchas plantas solares, con lo cual el porcentaje de energía solar también empieza a ser importante. Energía eólica no hay tanta en el país; más bien es energía solar, hidroeléctrica y todo lo demás hasta hoy ha sido a base de combustóleo, de bunker oil.

Estamos entregando la planta de generación como un proyecto llave en mano. Hace ya diez años Wärtsilä estaba apoyando el desarrollo del proyecto cuando apenas era una idea. Desarrolladores locales nos contactaron, les ofrecimos nuestra tecnología y también les ofrecimos apoyo en el desarrollo del proyecto. Eso tomó bastante tiempo, por varias razones, por ser un proyecto novedoso y también porque, para desarrollarse, participó en una licitación el 2013 y básicamente ganó un PPA. De ahí se tuvo que desarrollar todo para hacerlo realidad. 

No es solamente construir una planta. También tienes que construir la infraestructura para importar gas natural licuado. Por sus cualidades, sus tamaños, hacer una planta de importación de GNL es complicado, y sobre todo en esos tiempos. En 2013 y 2014, el mercado de GNL estaba bastante activo, se hablaba de proyectos mucho más grandes, los vendedores de GNL no se interesaban por un proyecto de este tamaño, medio millón de toneladas al año era considerado poquito. Estaban buscando proyectos de uno o dos millones, porque los había en ese momento. Para los desarrolladores fue bastante complicado, tomó mucho tiempo encontrar al proveedor de GNL, que finalmente llegó a ser Shell, con quien hicieron un contrato de largo plazo. 

Luego buscaron un socio más grande, porque los socios locales, para llevar el proyecto de esta magnitud y cuando uno suma todos los montos, es bastante grande. Tuvieron que encontrar un desarrollador mayoritario y finalmente lo encontraron: Invenergy, que hoy en día es el socio principal, y por eso todo esto tomó su tiempo.

Wärtsilä siempre estuvo como parte del proyecto, ofreciendo la tecnología, una planta de motores a base de gas natural y a ciclo combinado, pero utilizando motores de combustión interna. El beneficio es que estos motores son muy responsivos. Como hay un gran número de motores, en este caso 19, uno puede ir prendiendo y apagando motores, entonces los escalones para llegar a la eficiencia son muchos y siempre puedes estar operando con los motores cerca de su carga máxima para tener la máxima eficiencia por motor. 

Esto también te da redundancia o confiabilidad, porque, en vez de tener una o dos turbinas grandes que en algún momento pueden fallar o tener mantenimiento y uno pierde la mitad o toda la capacidad del ciclo combinado, aquí son 19 motores y uno puede tener, por ejemplo, un motor en mantenimiento y vas haciendo los mantenimientos sin afectar los otros 18 motores, por lo cual ofrece mucha estabilidad. Lo que nosotros estamos promocionando mucho es que este tipo de tecnología ofrece llegar a una eficiencia alta, pero al mismo tiempo es una buena combinación con energías renovables, justamente por esta flexibilidad. A nivel mundial estamos promocionando que, donde necesiten una planta que a veces es carga base o a veces es complementaria o balanceo de energías renovables, esta es la solución.

BNamericas: ¿En qué otros lugares de Latinoamérica ven potencial para centrales de este tipo, con motores en lugar de turbinas para generar energía? ¿Cuáles son los desafíos de traer GNL a los mercados de la región?

Suvisaari: Hemos visto potencial en muchos países. Tenemos una planta muy similar en República Dominicana, que se construyó antes. Estamos construyendo una central parecida en Colombia, que no es de ciclo combinado, pero sí de motores de gas, de 200MW, y con una función muy parecida: esta lista para operar cuando se necesita y cuando haya períodos de sequía seguramente estará operando continuamente. Tiene esa doble funcionalidad. Vemos que hay muchos lugares donde esta tecnología se puede aplicar. En el caso de El Salvador, lo novedoso fue la introducción del gas natural a la región. En los países pequeños, es difícil lograr un proyecto tan grande para importar GNL. Todos los demás países pequeños han tenido este problema, que los lleva a usar el combustóleo como única opción. Este proyecto de importación le va a ofrecer la oportunidad a otras empresas de países vecinos de comprarle gas natural a esta empresa y convertirse a gas natural, si así lo desean. Esto abre las puertas a una generación más limpia con costos de combustibles competitivos en la matriz de energías del país.

Para importar gas natural licuado necesitas infraestructura bastante grande. Hay excepciones. Por ejemplo, New Fortress Energy está introduciendo en algunos países infraestructura más pequeña, pero cuando es más pequeña los costos por millón de BTU tienden a ser más altos. Para tener todo el beneficio de minimizar costos y acceder a este combustible, necesitas traer barcos grandes, porque eso es parte de la cadena. Si no puedes traer los barcos grandes que se utilizan en el transporte de GNL, se limitan bastante las fuentes, desde dónde comprar el combustible. En El Salvador, la decisión que se tomó fue hacer una terminal flotante de tamaño completo que pudiera recibir barcos grandes. Eso da la opción a Shell de traer cualquier barco de su flota mundial, dependiendo de las circunstancias, y de esa forma mantener el precio del combustible competitivo.