Reformas constitucionales de AMLO son inminente amenaza para sector energético mexicano

El tímido optimismo percibido en el sector energético mexicano en junio, cuando la científica climática Claudia Sheinbaum ganó las elecciones presidenciales, está dando paso a una creciente preocupación, ahora que se acerca la votación en el Congreso de las amplias reformas constitucionales propuestas por su mentor y presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador.

De aprobarse estas en septiembre, antes de que Sheinbaum asuma el cargo, estos cambios prácticamente podrían poner fin a la independencia no solo de organismos reguladores de la industria energética, sino que de gran parte del Poder Judicial.

En un momento en que un resurgido Donald Trump promete un retorno a políticas comerciales y de inversión que darán prioridad a Estados Unidos, las medidas amenazan con frustrar intentos tentativos de Sheinbaum de acercarse a empresas energéticas extranjeras.

Para discutir las perspectivas de la inversión extranjera en el sector energético mexicano y el potencial impacto de estos eventos políticos, BNamericas conversa con David A. Gantz, investigador en el área de comercio y economía internacional en el Instituto Baker de la Universidad Rice. También es profesor emérito de la cátedra Samuel M. Fegtly en la Facultad de Derecho Rogers de la Universidad de Arizona. Por siete años, Gantz fue abogado responsable de Asuntos Interamericanos de la Oficina del Asesor Jurídico Principal del Departamento de Estado de EE.UU. También se desempeñó durante ocho años como juez estadounidense del tribunal administrativo de la Organización de Estados Americanos y fue consultor para varias organizaciones, entre ellas el Banco Mundial. Gantz respondió las preguntas por correo electrónico.

BNamericas: ¿Qué impacto tendrán los próximos acontecimientos políticos, tanto en México como en EE.UU., en el sector energético mexicano?

Gantz: La pregunta principal es cuántas nuevas leyes y enmiendas constitucionales pueden introducirse entre el 1 de septiembre —cuando [el partido gobernante] Morena probablemente tenga supermayoría efectiva en ambas cámaras del Congreso bajo la completa influencia de AMLO— y el 1 de octubre, cuando Sheinbaum se convierta en presidenta. Si AMLO puede lograr que Morena legisle para despedir a los actuales jueces federales y reemplazarlos por jueces electos (en su mayoría de Morena), expandir el poder presidencial arbitrario para cancelar licencias y concesiones vigentes y revocar la apertura de 2013 del sector energético a la inversión privada o a emprendimientos conjuntos con Pemex y CFE, Sheinbaum podría quedar con las manos atadas.

La perspectiva cada vez más probable de una nueva presidencia de Trump, con una serie aún más rígida de políticas populistas America First (apoyadas decididamente por el candidato a vicepresidente J.D. Vance), es otra buena razón para que los inversionistas aplacen cualquier nueva inversión extranjera directa en México.

BNamericas: ¿Qué reformas constitucionales se están proponiendo que podrían afectar al sector energético?

Gantz: La reversión de la ley energética mexicana a los monopolios estatistas de las décadas de 1960 y 1970 (mediante la derogación de las reformas de 2013) podría condenar efectivamente cualquier participación del sector privado en el sector energético, en particular si los potenciales inversionistas saben que cualquier concesión otorgada hoy —por ejemplo, para proyectos independientes de electricidad— podría cancelarse a voluntad en el futuro, con incluso menos esperanza de remediación judicial que la que ofrece México hoy.

BNamericas: ¿Cuál sería el impacto en el sector si se aprueban estas reformas?

Gantz: La producción de petróleo de Pemex seguirá disminuyendo y la falta de producción de gas natural y de gasoductos obligará a México a aumentar sus ya masivas importaciones de gas desde Texas. El sector eléctrico será aún menos confiable, con interrupciones más frecuentes incluso que hoy, habrá una producción más dependiente de combustibles fósiles y un sostenido déficit de infraestructura de transmisión.

BNamericas: ¿El tratado de libre comercio T-MEC ofrece algún recurso a los inversionistas?

Gantz: Las reformas, como están redactadas, entran en conflicto con las disposiciones de tratamiento nacional del Capítulo 2, y con el trato no discriminatorio por parte de empresas controladas por el Estado, en el Capítulo 22. Otras reformas podrían entrar en conflicto con las obligaciones de inversión en virtud del Capítulo 14.

Dicho esto, el cumplimiento de las decisiones del panel de disputas entre estados bajo el Capítulo 31 es problemático. Estados Unidos perdió un caso hace un par de años sobre reglas de origen para automóviles, pero se negó a cumplir. Si México pierde la actual acción del panel sobre maíz transgénico, hay muchas posibilidades de que México también se niegue a cumplir. Un inversionista privado del sector petrolero y eléctrico podría tener legitimación activa para presentar un caso de arbitraje de diferencias entre inversionista y Estado bajo el Capítulo 14, que preserva principalmente el arbitraje tradicional en esos dos sectores (pero en pocos otros).

Los inversionistas sensatos, particularmente en proyectos que requieren remuneración a largo plazo, probablemente seguirán evitando a México, como lo han hecho con AMLO.

BNamericas: ¿Cuál cree que es el escenario más probable para los inversionistas del sector energético mexicano bajo la administración de Sheinbaum?

Gantz: Preferirán esperar, al menos hasta bien entrado 2025, especialmente si Trump es reelegido. La IED en México sigue siendo de entre US$30.000 millones y US$35.000 millones anuales, como en 2019, a pesar de las enormes presiones sobre las empresas por el nearshoring. Además, se dice que alrededor del 90% de esa nueva inversión es reinversión de actores ya presentes en México. Es probable que eso no mejore bajo una administración de Sheinbaum, a menos que ella rechace muchas de las políticas de AMLO.

Es útil tener a[l secretario de Relaciones Exteriores Marcelo] Ebrard y a[l secretario de Hacienda Rogelio Ramírez] de la O en el gabinete, pero no pueden esperar superar las políticas de AMLO si quedan escritas en piedra en septiembre. Además, Sheinbaum respaldó la mayoría de las políticas extremas de AMLO durante la campaña, lo que le dificulta doblemente cambiar de rumbo, incluso si es legalmente posible.

En mi opinión, parece probable que AMLO continúe controlando a Morena y a la mayoría de los gobernadores estatales mucho más allá del 1 de octubre. Sheinbaum parece ser más inteligente y pragmática que AMLO, pero no tiene dinamismo. ¿AMLO pasará a segundo plano, como lo han hecho la mayoría de los presidentes mexicanos anteriores? Yo y muchos otros tenemos nuestras dudas.