Regulaciones y tendencias a ojos del instituto chileno del amoníaco verde MIGA

El almacenamiento y la distribución de amoníaco verde y sus derivados requerirán el desarrollo y adaptación del andamiaje regulatorio.

Este no es solo el caso de Chile, sino de otras jurisdicciones que buscan aprovechar esta particular ola de la transición energética.

El amoníaco, por ejemplo, está regulado en Chile como sustancia peligrosa debido a una normativa que no necesariamente lo considera un vector energético. Pero se están logrando avances, pues el gobierno dio a conocer recientemente un plan de trabajo al respecto.

En la segunda parte de una entrevista de dos partes, BNamericas conversa sobre regulaciones y más con Pamela Delgado, directora ejecutiva del Instituto Milenio en Amoníaco Verde Como Vector Energético (MIGA), fundación chilena de investigación que se centra en cinco pilares y en que participan académicos y estudiantes de cuatro universidades locales.

BNamericas: En cuanto al proceso Haber-Bosch, entendemos que es vital un suministro de energía sostenido porque los sistemas no pueden simplemente apagarse y encenderse como una luz.

Delgado: El proceso Haber-Bosch requiere mucha energía y es poco flexible. Presenta un desafío enorme producirlo a partir de energías limpias.

Hoy en día, esto aumenta los costos porque requiere o almacenamiento, o una combinación de almacenamiento de hidrógeno, por ejemplo, o de baterías, que es más caro aún, o un sobredimensionamiento de las instalaciones.

BNamericas: Sabemos que quizá no pueda revelar mucha información, pero ¿están trabajando con la industria?

Delgado: La ANID, que es la agencia que nos financia, nos pidió personalidad jurídica. Entonces, formamos una fundación que está vigente desde marzo de 2023, la cual nos permite también crear, generar otro tipo de actividades fuera del ámbito del proyecto. En esa línea hemos trabajado en algunas consultorías, asesorías, formaciones.

Y un tema candente en este minuto es la seguridad y la salud.

La industria se está preparando y la regulación necesita prepararse para eso porque hasta el día de hoy el amoníaco que se utiliza está principalmente concentrado en una empresa, Enaex, que es la que produce explosivos, y el resto está en uso de refrigeración muy puntual y en instalaciones muy pequeñas.

Ahora estamos hablando de escalas mucho mayores, a nivel industrial. Se van a requerir muchas normativas para transporte vía terrestre, ductos o buques, por ejemplo.

Si bien hay experiencia a nivel mundial, aquí en Chile prácticamente no hay, hay muy poca, y la regulación y las instituciones aún no están preparadas para las escalas que están previstas.

BNamericas: ¿Cuál es la situación general?

Delgado: Hoy en Chile el amoníaco se regula como sustancia peligrosa y es fiscalizado a través del Ministerio de Salud.

Por ejemplo, tiene determinadas concentraciones de exposición de trabajadores. Hay un marco regulatorio existente; sin embargo, cuando hablamos del amoníaco como sustancia peligrosa, no necesariamente involucra el uso de amoniaco como vector energético, e implica, por ejemplo, que si el ducto necesita pasar por determinado territorio, los planos reguladores no lo permiten. Esa es una de las cosas que se han visto enfrentados los proyectos, por ejemplo.

O en zonas industriales tampoco está permitida cierta capacidad de almacenamiento de amoníaco hacia arriba. Tienen que estar a una distancia mínima de cualquier centro poblado o de cualquier otra instalación, y eso dificulta también el desarrollo.

BNamericas: Entonces, en términos muy básicos, hay regulaciones, pero ¿hay que adaptarlas?

Delgado: Exactamente. Y tomar definiciones como país de cómo queremos tratar esta sustancia. También, si se quiere hacer combustión del amoníaco, va a ser necesario regularlo eventualmente como combustible, que es algo que aún no se hace en ninguna parte del mundo, esto es nuevo en todas partes, no solo en Chile.

Nosotros como instituto nos vinculamos en otros ámbitos también con el sector público y con el sector privado. En particulares, por ejemplo, estamos trabajando en un proyecto que busca hacer recomendaciones de política pública para el desarrollo de este mercado.

BNamericas: Volviendo a un tema que estábamos conversando, ¿es factible que empresas locales se conviertan en compradores de parte de esta producción a gran escala?

Delgado: Sí. De hecho, algunos de los proyectos consideran la venta a nivel local de producto para aplicaciones específicas, por ejemplo, la producción de fertilizantes.

BNamericas: Chile cuenta con abundantes recursos solares y eólicos para estos proyectos. ¿Prevén alguna tendencia en términos de plantas de energías renovables, es decir, podría haber más sistemas aislados o más plantas conectadas a la red? Sabemos que los cargos de la red podrían ejercer presión sobre los costos de producción.

Delgado: Creo que va a haber una combinación de las dos y va a depender principalmente del mercado al cual esté destinado el proyecto en particular porque el mercado europeo está demandando hidrógeno verde o amoníaco verde.

Sin embargo, en Asia están dispuestos a recibir la variante azul. El azul es el que puede ser con captura de carbono o puede ser con un porcentaje menor de emisión. Y ellos también definieron un umbral de emisiones que es un poco más alto de lo que se considera en otros partes como hidrógeno verde. Eso permite que se pueda tener, por ejemplo, proyectos que si bien sean de generación solar, tengan un respaldo en la red, lo cual permite aumentar el factor de planta.

Hay dos componentes que son clave en la reducción del precio de la producción de hidrógeno y amoníaco, uno es el precio de la electricidad y el otro es el factor de planta. O sea, mientras más tiempo tú la mantengas operando, tu costo unitario va a ser menor.

Otro punto importante es que hay un proyecto en particular, que es el de Guacolda [central térmica a carbón en la Región de Atacama] de cofiring, amoníaco con carbón como una medida de reducción de emisiones de carbono a la atmósfera. Y que puede impulsar aún más el mercado del amoníaco, reduciendo emisiones, y esto permite reconvertir infraestructura existente.

BNamericas: ¿Algún mensaje final, alguna reflexión?

Delgado: Si bien nuestro corazón es la investigación, tenemos una responsabilidad de vincularnos con distintos actores en el impulso de este tipo de tecnología, y eso es algo que estamos fomentando a través de iniciativas como lo que te mencionaba del proyecto de políticas públicas y otras que se buscan difundir, que buscan generar conocimiento.