Gbnos. suspenden contrato de consultoría por Yacyretá

Los Gobiernos de Argentina y Paraguay suspendieron un contrato avaluado en US$8mn anuales con la consultora Cidy mediante el cual prestaba servicios a la planta hidroeléctrica Yacyretá de 3.200MW, informó el servicio gubernamental de noticias de Argentina. La decisión, anunciada el martes por autoridades argentinas en una conferencia de prensa, es acorde a la estrategia del Presidente, Néstor Kirchner, de reducir las ineficiencias en los proyectos de obras públicas y reasignar los ahorros para beneficiar a quienes resulten afectados por el proyecto, dijo a BNamericas el director ejecutivo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) en Argentina, Oscar Thomas. EBY es la empresa de riesgo compartido que administra la planta binacional. Los Gobiernos crearon una comisión técnica para estudiar el contrato, que expira el 2008, y decidir en 45 días si cancelar o modificar el contrato, señaló Thomas. EBY tendría que pagar a Cidy una garantía cercana a US$1mn si rescinde el contrato, lo que según Thomas vale más la pena si se compara con los US$8mn por año que costaría mantenerlo. Según Thomas, esto equivale a pagar alrededor de un mes y medio de las tarifas, cuando se cobra todos los meses sin realizar ningún trabajo, sólo por estar a disposición de EBY. EBY podría contratar a profesionales argentinos y paraguayos para reemplazar a los empleados de Cidy por menos del 20% del costo que implica mantener el contrato con Cidy, agregó Thomas. El grupo Cidy está encabezado por la firma estadounidense Harza y la alemana Lahmeyer, y los otros participantes son el consorcio argentino Coady y la paraguaya Etic. Cidy fue contratada originalmente en 1979 para realizar estudios de factibilidad técnica y económica, y fue recontratada para ofrecer asistencia con licitaciones y contratos, y en la dirección, supervisión y coordinación técnica de la construcción de la planta Yacyretá. EBY ha pagado a Cidy unos US$500mn desde el comienzo del contrato en 1979, el que efectivamente costó a EBY cerca de US$1.000mn porque ha tenido que obtener financiamiento para pagar las cuentas, indicó Thomas. Cidy concluyó la mayoría de sus principales obligaciones contractuales en 1998 con la puesta en marcha de la décima y última turbina de la planta, pero desde entonces ha cobrado el mismo monto sin hacer demasiado por ganárselo, sostuvo Thomas. El ejecutivo dijo que luego de analizar la estructura global de costos de la entidad, se consideró que Cidy está cobrando US$8mn por año y no está produciendo tanto como lo hacía originalmente, cuando en realidad sí se ganaba dicha suma. Agregó que desde 1998, la demanda de servicios de consultoría ha sido cubierta prácticamente por completo y debieran haber reducido sus tarifas al mínimo. Sin embargo, según Thomas, el contrato de Cidy se renovó el 2002 para incorporar nuevas tareas, pero sus obligaciones no fueron bien definidas y terceros han desempeñado gran parte de las obras de todos modos. Si Cidy es lo suficientemente inteligente, renunciará, al advertir que durante 25 años se le pagó más de la cuenta, expresó Thomas, añadiendo que sólo se trata de sentido común. Yacyretá se encuentra actualmente generando sólo al 60% de su capacidad y EBY pretende invertir otros US$900mn para aumentar la producción anual de 11.300GWh a 19.700GWh en cuatro años al aumentar el nivel de agua a 83 metros por sobre el nivel del mar de los actuales 76 metros, recalcó Thomas. Parte del dinero se invertirá para reubicar a alrededor de 16.000 familias cuyos terrenos se inundarán por el aumento en el nivel del agua, manifestó Thomas. El proyecto completo incrementará la generación hidroeléctrica como un porcentaje de la generación total de Argentina de 16% en la actualidad a cerca de 25%, acotó Thomas, agregando que con la creciente demanda y los problemas en el sector eléctrico de Argentina debiera darse una alta prioridad al término del proyecto lo antes posible. Ya se han invertido cerca de US$11.000mn en el proyecto, alrededor de la mitad de ellos financiados por el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras que Argentina y Paraguay aportaron el resto.