Nuevo Pdte. pone sus cartas sobre la mesa

El nuevo Gobierno de Bolivia es frágil, pero el Presidente Carlos Mesa y su gabinete independiente cuentan con el respaldo del pueblo y van bien encaminados, dijo a BNamericas el analista independiente Álvaro Ríos. Se trata de un Gobierno por y para el pueblo, señaló el analista y agregó que espera que la gente se dé cuenta de que ahora tienen un Gobierno que trabajará para ellos y que no habrá funcionarios trabajando para sí mismos. Mesa fue vicepresidente hasta el viernes pasado, cuando el Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada renunció producto de las violentas protestas populares y del escaso apoyo al interior de su propio Gobierno. Ríos afirmó que se trata de ministros honestos, en oposición a los que existían en el pasado y agregó que existe una gran satisfacción tras conocerse sus identidades y que son profesionales independientes y no se escogieron simplemente por los partidos políticos. Sin embargo, Mesa está consciente de la cuerda floja por la que su Gobierno debe caminar. En una ceremonia celebrada en el Palacio de Gobierno el domingo, advirtió a sus 15 nuevos ministros que cualquier error podría hacer que Bolivia cayera en el abismo. Según Ríos, ya casi todo ha vuelto a la normalidad, pero las cosas son difíciles y en estos momentos se requiere mucho respaldo internacional y el Gobierno necesita el apoyo de los partidos políticos. Una de las primeras medidas de Mesa fue anunciar un referéndum sobre el proyecto que produjo las protestas en contra de Sánchez de Lozada, la exportación de gas natural hacia EEUU. El proyecto ha dividido al país rico en gas entre el oeste, que está principalmente habitado por pueblos indígenas pobres, y el este, donde se produce el gas. El analista acotó que si el resultado del referéndum va a ser bueno o malo es otro tema, pero que al menos ahora están avanzando hacia un objetivo, porque antes no había nada. Agregó que podría tardar algún tiempo y que sería muy malo perder el mercado de gas natural licuado (GLN), pero si eso es lo que quieren los bolivianos, hay que respetarlo. Agregó que el proyecto de gas es sólo un proyecto y que no se debiera permitir que dividiera al país. Pero no todos están a favor de un referéndum nacional. Líderes cívicos de la provincia este de Tarija, donde se produce la mayor parte del gas boliviano, programaron una marcha el martes en protesta porque no quieren que el resto del país decida cómo se debe administrar su gas, informó la prensa local. Aunque Mesa ha entregado cierta estabilidad a la situación social y política de Bolivia, a muchos inversionistas extranjeros les preocupan sus planes de modificar la ley de hidrocarburos aumentando las regalías para las empresas privadas. El embajador estadounidense David Greenlee se reunió con Mesa el fin de semana para expresarle su respaldo al nuevo Gobierno, pero también para buscar garantías sobre la ley de hidrocarburos. Según citó el periódico El Mundo, Greenlee afirmó que depende del Gobierno cambiar las leyes, pero si cambian las reglas del juego podrían haber problemas con los inversionistas, cuando lo que más necesita el país en este momento es la inversión.