A. Latina no debe ser “actor pasivo” ante rivalidad entre China y EE.UU., según expertos

América Latina debe tomar una postura más activa en la rivalidad entre EE.UU. y China para no ser considerada un “actor pasivo” cuyo único papel es ser destino de inversión o proveedor de commodities, plantean expertos en relaciones exteriores.

“El camino más recomendable es la autonomía inteligente. No se trata de asumir una neutralidad frente a estas tensiones, porque en ciertos casos Chile y Latinoamérica pueden estar de acuerdo con EE.UU. y en otros casos con China”, señaló Heraldo Muñoz, exministro de Relaciones Exteriores de Chile, durante un webinar.

Agregó que China es el mayor socio comercial de muchos países latinoamericanos, pero EE.UU. es también el principal inversionista directo en las mismas economías, lo que pone a los gobiernos nacionales en un dilema cuando se trata de la fricción entre Beijing y Washington en materia de derechos humanos, democracia, autonomía nacional y políticas económicas.

Sin embargo, Muñoz también advierte que EE.UU. pareciera no tener una política planificada para la región, mientras que China continúa consolidando su influencia en América Latina.

“Existe una actitud de EE.UU. hacia México y Centroamérica, pero política hacia América Latina yo creo que no existe”, manifestó el experto, que agregó que Beijing ha tomado medidas como distribuir sus vacunas contra el COVID-19 para estrechar los lazos, mientras que Washington se ha mantenido más distanciado.

Una opinión similar expresó Benedicte Bull, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Oslo, quien señala que “EE.UU. llega con pocas ofertas”.

Con respecto a cuál debería ser la postura de América Latina, Bull planteó que lo ideal sería una posición regional coordinada, pero admitió que eso no sucederá en el corto plazo. Mencionó como ejemplo el reciente viaje a China del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

“No escuché a Lula hablar de América Latina ni una vez”, manifestó.

En cambio, aboga por una posición en la que los gobiernos latinoamericanos combinen el pragmatismo y la protección de sus propios intereses con una respuesta basada en defender la democracia y el Estado de derecho.

Bull y Muñoz hicieron estos comentarios durante un webinar organizado por la Fundación Chilena del Pacífico y dedicado a los efectos para América Latina de la ruptura entre Washington y Beijing.

En los últimos años, los chinos han consolidado su posición en la región con vínculos comerciales más estrechos con los países latinoamericanos e inversiones más cuantiosas en industrias esenciales como energía, telecomunicaciones, minería e infraestructura.

Algunos países latinoamericanos también se han sumado a la iniciativa de la Franja y la Ruta de Beijing y al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB), patrocinado por China.

Sin embargo, esto también ha generado preocupaciones con respecto a la transparencia y el respeto a los estándares democráticos, debido al mal historial chino en este sentido.

En este frente, Bull advirtió que muchos de los movimientos de China en la región no han tenido transparencia y que los críticos en Latinoamérica han sido dejados de lado.

Al mismo tiempo, denunció el "proteccionismo reactivo" de Washington para sus propias industrias, como la Ley de Reducción de la Inflación del año pasado y su amplio uso de sanciones para lograr objetivos políticos, lo que, según la académica, lleva a muchos en la región a ver a EE.UU. como un amenaza más que una fuente de oportunidades.