Alacero apunta a la perspectiva de una recesión en el sector siderúrgico, impulsada por la inflación global y la política monetaria local

Por Alacero

Esta es una traducción automática del comunicado de prensa publicado originalmente en portugués.

Datos de Alacero, la Asociación Latinoamericana del Acero, muestran que las perspectivas de crecimiento del sector en América Latina para finales de 2022 y principios de 2023 son moderadas, dado el contexto de inflación global y política monetaria contrastada, con bancos en América Latina endureciendo sus políticas monetarias.

“El pronóstico está impulsado por una menor demanda externa, debilitada por las altas tasas de interés y la caída del poder adquisitivo. El mundo vive un proceso inflacionario sin precedentes, ampliamente distribuido entre países”, analiza Alejandro Wagner, director ejecutivo de la asociación que genera datos para el sector en la región y actúa como vocero de la industria.

También según datos de Alacero, la desaceleración se extenderá por América Latina, sumando los desafíos externos de la coyuntura global, como la crisis energética en Europa y la guerra en Ucrania, a los desafíos locales, como la inflación. La previsión de crecimiento para 2023 es baja, incluso superior a la esperada en China y Estados Unidos, principales socios comerciales de la región.

De los sectores que requieren acero en América Latina, la construcción civil cayó un 1,8% de junio a agosto de 2022, mientras que la industria automotriz creció un 29,3% de julio a septiembre del mismo año, la maquinaria mecánica creció un 0,8% de junio a agosto de 2022 y el hogar el uso cayó un 13,7% durante el mismo período. En cuanto a los insumos demandados en la producción de acero, el petróleo cayó un 0,9%, el gas aumentó un 1% y la energía un 0,4%, todos datos de junio a agosto de 2022.

En cuanto al desempeño del sector entre enero y agosto de 2022, las exportaciones acumuladas de acero aumentaron un 47,3%, totalizando 7.740,7 mil toneladas. Así, las exportaciones aumentaron un 10,7% en agosto respecto al mes anterior. Las importaciones, por su parte, sufrieron una reducción del 12,5% en el acumulado de 8 meses de 2022, con relación a igual período de 2021, totalizando 16.871,1 mil toneladas. En agosto, el valor fue el 25,4% superior al de julio.

La producción se mantiene relativamente estable, impulsada por el importante volumen de exportaciones. El resultado acumulado de los primeros 9 meses del año registró una importante reducción del 4,1% en la producción de acero crudo, con relación a igual período del año anterior, registrando 46.862,5 mil toneladas. Los laminados presentaron reducción del 3,7% en el mismo período, con 41.033,8 mil toneladas.

¿Cuál es el escenario en Brasil?

Datos de Alacero muestran que Brasil creció 4,6% en 2021, con una expectativa de 2,7% para 2022 y una estimación de 0,6% para 2023. De los sectores demandantes de acero en Brasil, la construcción se contrajo 5,7%% de junio a agosto de 2022. mientras que el sector automotriz creció un 32% de junio a septiembre del mismo año, la maquinaria mecánica disminuyó un 4% de junio a agosto de 2022 y el uso doméstico cayó un 16,7% en el mismo período. En cuanto a los insumos demandados en la producción de acero, el petróleo disminuyó un 1,2%, el gas un -0,1% y la energía un 2,8%, todos datos de junio a agosto de 2022.

En cuanto a las expectativas de mediano plazo para la construcción, se espera una recuperación: el sector privado debería aumentar la inversión el próximo año, en un contexto de inflación más estable. El sector automotriz registra una posible desaceleración en el ritmo de crecimiento de la producción, debido a menores ventas locales y una caída en las exportaciones a Argentina y Colombia (el sector puede tener un excedente de unidades en stock).

En cuanto a la maquinaria mecánica, se espera un crecimiento de la demanda de maquinaria agrícola. Brasil va camino a otra cosecha récord de 200 MTn en 2023-2024, lo que seguirá impulsando la producción de este tipo de maquinaria. En cuanto al uso doméstico, la expectativa es que el gobierno impulse una política de redistribución del ingreso, estimulando la demanda e impulsando la producción.