Alianza de centroderecha enciende carrera presidencial de Bolivia

A medida que se acercan las elecciones presidenciales de Bolivia en agosto, gana terreno la posibilidad de una alianza entre representante de partidos políticos de centro y derecha que podría resultar decisiva.

Luego de que el expresidente Carlos Mesa se retirara de la contienda electoral con el objetivo de apoyar a una alianza para frenar al partido oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), nuevas figuras políticas se han mostrado a favor de la alianza promovida por el Bloque de Unidad. 

El bloque está conformado por Mesa y el también expresidente Jorge Quiroga, el empresario y antiguo “rey del cemento” Samuel Doria y el gobernador del departamento de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y ya cuenta con el apoyo de Vicente Cuellar, rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y la exministra de Vivienda María Amparo Ballivián. 

Si bien la alianza aún tiene pendiente definir a su candidato único, decisión que según medios locales se tomará a través de una encuesta, parece ser que el actual alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, será el elegido. 

Según un reporte de la consultora Control Risks, Reyes Villa viene liderando la contienda electoral y se perfila como la opción más fuerte. 

Si ningún candidato obtiene más del 50 % de los votos en la primera vuelta, el 17 de agosto, o al menos el 40 % de los votos con un margen de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo clasificado, se celebrará una segunda vuelta el 19 de octubre.

MAS

Mientras que la oposición empieza a alinear esfuerzos para los comicios, el partido oficialista sigue en medio de disputas entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales. 

El expresidente —figura de izquierda que aún cuenta con un respaldo popular significativo— sigue criticando abiertamente la gestión de Arce mientras vive en la zona central de Bolivia. En enero, un juez lo declaró en rebelión tras no presentarse por segunda vez a una audiencia en su contra por un presunto abuso sexual contra una menor de edad, acusaciones que el expresidente ha negado calificándolas de ataques por motivos políticos orquestados por Arce, su antiguo aliado y actual rival político. 

Dado que Morales viviría en la zona del Chapare, en el departamento de Cochabamba, bajo el resguardo de sus partidarios de los sindicatos cocaleros, su detención es considerada una jugada política riesgosa.

“Aunque la Policía sabe dónde está, no lo ha detenido para evitar probables enfrentamientos con sus partidarios que terminaría con víctimas o una huelga nacional, ya que el gobierno no tiene el apoyo político para correr ese riesgo”, señaló Control Risks en su informe.

En lo que corresponde a los deseos del exmandatario de participar en la contienda electoral, la orden de arresto elimina casi por completo sus posibilidades de participar, aunque insiste en que se presentará y cree que será autorizado a hacerlo.

El MAS elegirá a su representante en las próximas semanas, y es probable que las desavenencias en el partido gobernante dificulten el proceso, además de complicar la situación en los meses previos a las elecciones.

“La causa en su contra continuará durante las elecciones, alimentando las tensiones en el MAS y los disturbios civiles intermitentes durante los próximos meses”, indicó Control Risks. “Probablemente habrá más manifestaciones durante los próximos tres meses que causarán trastornos y vandalismo en la capital”.