Aprobación de Gabinete chileno cae en medio de investigación por violación

La acusación de violación contra el médico chileno Manuel Monsalve, convertido en uno de los responsables de la lucha contra la delincuencia, llega en un momento crítico para la actual administración de izquierda.

Monsalve, quien recientemente renunció a su cargo de subsecretario del Interior, fue una figura clave en la ofensiva gubernamental contra el delito, hasta que una asesora de la cartera lo acusara de violarla.

La Policía inició una investigación y Monsalve niega haber cometido delito alguno.

En su reemplazo fue designado el abogado y académico Luis Cordero, quien se desempeñaba como ministro de Justicia.

El refuerzo de la seguridad pública encabeza la agenda pública en un contexto de crímenes especialmente violentos ―y nunca antes vistos―, como tiroteos entre cárteles de la droga y el asesinato de policías.

De hecho, la delincuencia y los logros del gobierno sobre el terreno serán un tema central de debate el próximo año, cuando comience la campaña electoral presidencial.

Antes de eso, los chilenos votarán por legisladores locales y regionales este fin de semana, con todas las miradas puestas en el color político de los concejales municipales electos, dado que las listas de candidatos tienden a seguir aproximadamente las líneas divisorias políticas nacionales establecidas.

La gran pregunta hoy ―y tras la acusación de violación contra Monsalve y la afirmación de que había ordenado a los detectives que revisaran las imágenes de las cámaras de seguridad de un hotel donde ocurrió el supuesto incidente― es qué impacto tendrá esto en las preferencias de los votantes.

Si bien el regreso al voto obligatorio tras una reforma reciente creará desafíos para las comparaciones y los pronósticos, los politólogos examinarán los datos en busca de señales de contagio de la esfera de la política nacional.

Los índices de aprobación del presidente de izquierda Gabriel Boric ya rondaban el 30% y la salida de Monsalve no ayudará.

Boric sabía que Monsalve había utilizado recursos del Ministerio del Interior para comprobar las cámaras de seguridad del restaurante donde cenó con su compañera de trabajo, pero no le denunció ni le despidió en el acto, según la oposición. Monsalve no dimitió hasta dos días después de confiar al mandatario lo que había hecho. Un día después, Boric dio una conferencia de una hora, a veces confusa y beligerante, que en ningún momento ayudó a aclarar lo que sabía y cuándo lo supo.

El caso parece haber afectado los índices de aprobación de Boric y los de otros altos funcionarios, incluida su ministra del Interior, Carolina Tohá.

Según un sondeo realizado la semana pasada por la encuestadora Cadem, el índice de aprobación de Boric cayó cinco puntos porcentuales a 27%, apenas tres puntos por debajo del 24% de mayo, cuando agentes de policía fueron emboscados y asesinados a tiros en la zona sur del país. La popularidad de Tohá, por su parte, retrocedió 11 puntos a 35%. Los índices de aprobación de otros pesos pesados del Gabinete, como el Ministro de Hacienda, Mario Marcel, también descendieron: el de Marcel, ocho puntos, a 47%.