Argentina entra en default selectivo ante fracaso de negociaciones

Las conversaciones entre Argentina y los holdouts encabezados por el fondo de cobertura NML Capital fracasaron. Al no haberse logrado acuerdo, el país entró en default por segunda vez en 13 años luego de incumplir el pago a sus acreedores.

El default selectivo se aplicará a los bonos del país emitidos bajo la ley de Nueva York cubiertos por órdenes judiciales y no a otras clases de bonos.

Daniel Pollack, representante especial designado por el juez estadounidense Thomas Griesa para presidir las negociaciones de conciliación entre las dos partes, señaló en un comunicado que no se había alcanzado acuerdo.

El fallo del juez Griesa emplazaba al país a pagar a los holdouts al mismo tiempo que a los tenedores de bonos reestructurados en virtud del denominado dictamen pari passu o de trato igualitario. Esto habría significado un pago de US$1.500mn a los holdouts y US$539mn en pagos de intereses a los acreedores reestructurados en poder de US$13.000mn en bonos.

"Por desgracia no se llegó a acuerdo y la República de Argentina entrará inminentemente en default", señaló Pollack. "Hoy 30 de julio era el último día del período de gracia para que la República de Argentina pagara los cientos de millones de dólares en intereses a sus tenedores de bonos canjeados, es decir, a quienes aceptaron bonos en el 2005 y 2010 a cambio de los bonos que tenían luego del incumplimiento del 2001".

"La República de Argentina no cumplió dichas condiciones y, como resultado, entrará en default", agregó.

Pollack emitió su comunicado mientras el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, pronunciaba un extenso discurso durante una conferencia de prensa desde el consulado de Argentina en Nueva York, lo que siguió a una acción de la agencia de riesgo crediticio Standard & Poor's, que momentos antes había rebajado la calificación de deuda de Argentina de 'CCC-' a 'default selectivo'. Se espera que otras agencias calificadoras imiten la medida.

Kicillof, quien participó en las conversaciones a pedido de Pollack, reiteró la posición de Argentina en la conferencia de prensa e insistió en que el país no puede pagar a los holdouts más de lo que se pagó en los canjes del 2005 y 2010, al tiempo que lamentó que el juez Griesa requiriera la solicitud de suspensión proveniente de los demandantes encabezados por NML.

El ministro también criticó al juez Griesa por bloquear los pagos a los tenedores que previamente habían canjeados sus bonos y lo culpó del default, mientras afirmó que el país no firmará un acuerdo por extorsión.

Consultado sobre los planes de modificar la jurisdicción de los bonos de EE.UU. a Argentina, Kicillof no entregó una respuesta clara y solo señaló que seguirán trabajando con el mediador y con los fondos buitres.

El comunicado enviado por Pollack mediante correo electrónico mientras Kicillof daba sus declaraciones en la conferencia televisada pareció tomar al ministro desprevenido pues este se manifestó sorprendido.

"No debe permitirse que el default se vuelva una condición permanente o la República de Argentina y los bonistas, tanto los que aceptaron el canje como los holdouts, sufrirán un daño cada vez peor, y el ciudadano común y corriente de Argentina será la verdadera víctima", señaló Pollack.

En un comunicado enviado a BNamericas, un vocero de NML señaló: "Durante este proceso, el representante especial propuso una serie de soluciones, muchas de las cuales nos parecieron aceptables. Argentina se negó a considerarlas y por el contrario prefirió el default".

En conversación con BNamericas, Charles Blitzer, de Blitzer Consulting, quien ha manejado numerosas reestructuraciones de deuda soberana, dijo que este era un día triste para Argentina y su gente. Hubo soluciones propuestas por parte de los demandantes y los bancos locales, las que podrían haber evitado un default y haber allanado el camino para que Argentina atrajera el capital necesario para reactivar su economía y recuperar el rápido crecimiento. Los demandantes e incluso las instituciones financieras argentinas trabajaron duro para encontrar soluciones abordables, pero la respuesta del gobierno parece ser "nunca".